El amor por el fútbol y la amistad que unían desde niños a Erik Díaz y Lautaro Ronchi conmovieron en las últimas horas, tras el desenlace fatal que los encontró tomando una gaseosa en una vereda de barrio Tablada. Ambos fueron heridos de bala el miércoles a la tarde en Ayacucho al 3900 por al menos dos personas que los increparon. Erik, que a sus 19 años trabajaba en la rotisería de su mamá y jugaba en el club Leones de Alvear, falleció apenas llegó al Hospital Roque Sáenz Peña. Lautaro, que está de vacaciones en la ciudad y el lunes tenía que estar de vuelta en la pensión de Racing de Avellaneda, donde juega desde los 11 años, lucha por su vida en una cama de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. "Eran inseparables, él lo iba a buscar, venían a la rotisería, llevaban los pedidos juntos; iban a bailar... Pido que Lautaro se recomponga", se esperanzó Carina, la mamá de Erik, ayer al mediodía mientras esperaba que le devolvieran el cuerpo de su hijo para poder velarlo a pesar de que "tenía toda una vida por delante". Por eso caso la policía detuvo a otro joven.

Angustia e impotencia es lo que manifestaron ayer personas allegadas a los dos jóvenes que fueron atacados por al menos dos personas que pasaron por el lugar donde estaban con otro chico, compartiendo una de las últimas tardes que pasarían juntos de las vacaciones. "Erik estaba en la otra cuadra de la rotisería esperando a otros amigos porque se iban al parque. Vino de trabajar a las tres y media de la rotisería, comimos y me dijo 'mami, me voy a buscar a Lautaro porque ya queda poco, ya se va'. A las 16.30 o 16.45 me llamaron, fuimos al hospital y ahí me dijeron que había fallecido", dijo la madre de Erik, sentada al lado de los objetos de su hijo: una camiseta, la caja con la que hacía repartos y los botines que iba a usar esa noche para ir a una cancha de fútbol 5 con sus amigos.

"Era un chico bueno, que no se merecía esto. Aspiraba al sueño de todo futbolista, que es llegar a primera. Quería ser alguien en la vida. Salió a tomar una gaseosa con Lautaro, que ya se estaba por volver a Racing, y pasó esta desgracia. No lo podemos entender. Los dos tan buenas personas, respetuosos", sollozó. La mujer relató que a mediados del año pasado tomaron una decisión que llevaría a mejorar su calidad de vida. "Nos mudamos de esa zona por lo peligrosa que estaba, porque uno sale y no sabe si se vuelve. Ahí hay un montón de chicos buenos, pero salís y no sabés si volvés. Quería darle una vida mejor, y mirá... Sus amigos son de ahí, de toda la vida, porque él se crió ahí, no tenía problemas con nadie. Vivió 18 años y medio ahí. Te matan en vida", lamentó sobre lo que siente desde que le dieron la peor noticia. "No sé nada (de la investigación), porque yo fui directo al hospital cuando me avisaron esto".

Erik tenía cuatro disparos y entró descompensado al hospital. Ayer, su mamá recordó que había terminado la escuela, jugaba al fútbol en el club Leones y aspiraba a comprarle una casa a ella, relató en Canal 3.

Lautaro, delantero de la cuarta división de Racing, recibió un impacto en el cráneo. Tras una compleja intervención quirúrgica, los médicos indicaron que las siguientes 48 horas serán cruciales. Mientras tanto permanece en estado reservado, con asistencia respiratoria mecánica y en coma farmacológico. "Luego de los estudios entró a una intervención a cargo de los neurocirujanos. Estamos esperando la evolución de estas primeras horas. Tiene lesiones a nivel frontal y parietal. Se realizó limpieza y evacuación de un hematoma. La evaluación es día a día", dijo la subdirectora del Heca, Andrea Becherucci.

La tía abuela del chico dijo ayer en LT8 que "él vivió hasta los 11 años acá, después se lo llevaron. Es jugador de las inferiores de Racing, vino de vacaciones y se iba el domingo”. Apenas se enteraron de lo sucedido, desde el club Racing manifestaron su acompañamiento a la familia de Lautaro en redes sociales. Ayer trascendió que el joven está en el radar de Fernando Gago, quien lo estaba siguiendo con intenciones de empezar a sumarlo a los entrenamientos de la primera división.

Un tercer herido, Lautaro M., de 20 años, sufrió un roce de bala en cada pierna y fue dado de alta horas después de ser asistido. Sin abundar en detalles, desde el Ministerio Público de la Acusación se indicó que las víctimas fueron interceptadas por al menos dos personas que los sorprendieron con múltiples disparos de arma de fuego. La fiscal Marisol Fabbro ordenó medidas en el lugar, donde se levantaron 6 vainas servidas calibre 9 milímetros. Sobre el móvil del crimen, solo agregaron que "se encuentra bajo investigación y hay medidas en curso para dilucidar la motivación".

Con posterioridad la policía detuvo en la zona a un joven de 17 años a quien se le secuestró un arma calibre 32. El mismo fue puesto a disposición del Juzgado de Menores en turno, donde sería indagado por la portación y para establecer si tiene vinculación con el caso o con los autores, ya que el arma no coincide con las utilizadas en el ataque. "Se está tratando de establecer su vinculación con el hecho", se limitaron a decir desde Fiscalía.