El flamante presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva denunció la complicidad de los militares en el intento de golpe de Estado cuando miles de seguidores de Jair Bolsonaro invadieron los palacios de la Presidencia, el Parlamento y el Supremo Tribunal Federal ubicados en el centro de Brasilia.

El historiador, docente en la Universidad Federal de San Pablo y coautor del libro "Brasil autofágico"Fabio Luis Barbosa dialogó en AM750 sobre la actualidad del país y sostuvo que el hecho que se pergeñó el domingo 8 de enero "no fue un golpe de Estado como tal".

"Se armó un espectáculo en el que se percibe esa posibilidad. Ha sido pensado y financiado por quienes les interesaba un espectáculo de esa naturaleza. Más que nada fue un movimiento para negar la legitimidad de Lula", afirmó.

Asimismo, aseveró que si bien Lula no apuntó a los militares como cómplices, "son un punto clave". "Los militares están en una guerra no declarada contra el gobierno", dijo.

En tanto, comparó las políticas del nuevo gobierno entrante y el saliente y marcó sus diferencias: "El lulismo es una política de conciliación y el bolsonarismo es una política de enfrentamiento".

En este sentido, señaló que en Brasil "hubo una condena unánime a lo que pasó, incluso los gobernadores opositores a Lula" y que "estos hechos crearon una cohesión en torno a los valores de la campaña de Lula, como por ejemplo la defensa de la democracia y las instituciones".

Volviendo al tema de la complicidad de las fuerzas de seguridad, Barbosa explicó que "la policia en Brasil es militar, es una herencia de la dictadura que todavía no se puede cambiar", por lo que pudo haber una especie de "complicidad" ya que dicha fuerza "ha desarrollado mucha afinidad al bolsonarismo".

Además, "es un cuerpo también que se autopercibe como defensor del orden, como lo hacian los militares en la Guerra Fría".

"Por eso me parece mas peligroso el rol de la policía en el futuro que el de los militares, porque los golpes en el siglo XXI no van a tener las mismas caras que en el siglo XX, la policia va a tener un rol mas importante", advirtió.

Por último, se refirió al expresidente Jair Bolsonaro y la posibilidad de que sea extraditado para ser condenado. "Bolsonaro tiene temor por su futuro. Él tiene mucha claridad de los crímenes que ha cometido".

En este contexto, remarcó que debe haber un "movimiento social" claro para "construir" una imagen de Bolsonaro como criminal, tal como se hizo con el "Lula ladrón".

"No está clara la fuerza de un movimiento social que pueda criminalizar a Bolsonaro y tampoco la dirección del gobierno de Lula en este sentido", concluyó.