Desde París

Milagro Sala no está sola. Tiene en Francia un grupo muy activo que asume una doble actitud: reclamar a la justicia de Jujuy y al Estado argentino por la activista presa en Jujuy y explicar a los franceses de qué se trata y cuál es el alcance del juicio y la condena a Milagro Sala y los demás miembros de la Organización Tupac Amaru. Siempre están allí, agrupados en la ACAF (Asamblea de Ciudadanos Argentinos en Francia), realizando actos, enviando cartas, protestando de mil maneras posibles, interpelando a los poderes y, sobre todo, llevando a cabo una tarea pedagógica para explicar “un caso que no es tan fácil de entender”, reconoce Laura Franchi, copresidenta de la ACAF. La organización con sede en France pertenece a la Red Internacional por la Libertad de Milagro Sala que el pasado 16 de enero, cuando se cumplieron 7 años de la detención de Milagro Sala en Jujuy, envió una carta al presidente Alberto Fernández pidiendo que se ponga término a la persecución de que es objeto la dirigente social. El texto fue firmado por 14 diputados y senadores de 14 países y con el se completó parte de una intensa campaña donde también figuran las demandas de intervención dirigida a la Corte Suprema, el llamado amicus curae, interpuesto por el líder de la izquierda radical francesa Jean-Luc Mélenchon (causa pibes villeros).

Desde luego, los terrenos de intervención pública de la ACAF abarcan otras causas, tanto judiciales como sociales con una misma filosofía: “defender las conquistas democráticas y sociales” y alertar a la opinión pública sobre las violaciones a las libertades públicas. Y si hay una que es de una claridad apabullante es el abuso de que es objeto Milagro Sala. Explicar este caso es tanto más difícil cuanto que los interlocutores europeos no suelen aceptar fácilmente que, en democracia, puedan existir verdaderos presos políticos. Las manifestaciones, las proyecciones de películas, los conciertos, las cartas a los dirigentes y los partidos políticos, los apoyos a las iniciativas como la del Senador Guillermo Snopek para que se interviniera el Poder Judicial de Jujuy, conferencias internacionales y otras tantas agitaciones figuran en el catálogo de una incansable militancia por el respeto del Estado de Derecho y contra el uso de la justicia como arma de persecución política. En su alocución inaugural ante el Congreso de la Nación, el 10 de diciembre de 2019, el Presidente Alberto Fernández, dijo: « Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática. NUNCA MÁS a una justicia contaminada por servicios de inteligencia”. En el caso de Milagro Sala, ese NUNCA MÁS sigue siendo una deuda. El gobernador Gerardo Morales hace y deshace a su antojo.

¿Cómo actuar entonces para ir más lejos en la defensa de una causa? Tal vez, entre tantas y tantas iniciativas protagonizadas por la ACAF, la que tuvo más alcance pedagógico y en los medios fue la tribuna publicada por el vespertino Le Monde el pasado 16 de enero. El prestigio de este diario y su amplia difusión garantizan el impacto de un texto claro firmado por franceses y argentinos (Alicia Dujovne Ortiz, escritora y autora del libro “Milagro Sala, la chispa de un Pueblo, Laura Franchi, copresidenta ACAF, Geneviève Garrigos, consejera de París y ex presidente de Amnistía Internacional, Elizabeth Nicoli, copresidenta de la Alianza de las mujeres por la democracia, Sophie Thonon-Wesfreid, abogada y presidente de la asociación Francia-América Latina (FAL), Christine Villeneuve, coeditora de las Éditions des femmes). La idea de escribir una tribuna semejante surgió con una pregunta que resume Laura Franchi, la copresidenta de la ACAF: ”Se gestó ante la falta de reacción y una pregunta. De alguna manera nos dijimos: “ ¿qué hacemos, qué podemos hacer ? Por suerte pudimos publicar la tribuna. La idea, de hecho, surgió de un grupo de mujeres que vienen trabajando desde hace mucho tiempo”.

El texto aclara el contexto en el cual Milagro Sala fue detenida y condenada. Ese marco es el de “la apropiación indebida de la justicia para fines personales y políticos”, una suerte de “guerra jurídica que se caracteriza por una sucesión de juicios fabricados y basados en múltiples cargos, por el nombramiento de jueces que modifican la composición de tribunales locales y por la corrupción de testigos”. En pocas líneas, queda planteada la metodología del “lawfare” que tantos estragos ha hecho en la Argentina y que se concentró en Milagro Salas por que la activista hizo lo que las autoridades no fueron capaces de llevar a cabo. En este sentido, la Tribuna recuerda que “que todas las promesas de progreso social que no fueron cumplidas por los gobiernos provinciales y nacionales fueron concretizadas por Milagro Sala y Tupac-Amaru”. No es entonces ninguna sorpresa que el gobierno de Gerardo Morales,” con el respaldo del gobierno nacional de Mauricio Macri y los sectores más ricos de la economía, hayan querido poner fin al ejemplo de autogestión en su provincia”.

La tribuna denuncia todo el entramado provincial encabezado por Gerardo Morales y, también, lo que subyace en esta condena:” Milagro es víctima del racismo de las clases pudientes y de las ambiciones personales del gobernador Gerardo Morales, su enemigo jurado, quien ve en ella una rival temible”. La consecuencia de esta historia descabellada radica en que “Milagro Sala es hoy una de las más antiguas prisioneras políticas de América Latina. Su salud, ya frágil por los años de encarcelamiento, se agravó recientemente a raíz de una trombosis en la pierna izquierda, cuyo tratamiento en un hospital le es negado”.

Los firmantes aportan también una aclaración importante: los lazos entre la Provincia de Jujuy y Francia. La extracción de litio efectuada en la Provincia fue efectuada gracias a “fondos extranjeros, en particular franceses”. Por ello, la tribuna interpela al gobierno francés a “emprender una acción humanitaria ante el gobierno argentino para obtener su liberación como ya lo ha hecho en situaciones semejantes”.

Laura Franchi explica a Página/12 que, si bien el tema de Milagro Sala “es un poco complicado, al principio fue muy difícil introducirlo, cada vez más la gente en Francia se va interesando. Se ve cómo personajes como Macri y otros están libres y dando vueltas por el mundo y no se los condena; esto despierta la inquietud de saber qué pasa con esa mujer. Nosotros hemos mostrado la particularidad de la acción de Milagro Sala en una Provincia muy pobre, donde el Estado está ausente, y donde existe un sistema feudal”. Para Laura Franchi, el Estado Nacional debería intervenir en este caso “para reparar una injusticia”.

La ACAF remitió también una carta a la Internacional Socialista antes de su vigésimo sexto congreso (noviembre de 2022), de la cual, absurdamente, es miembro Gerardo Morales en calidad de Presidente de la Unión Cívica Radical. Ni su acción ni sus ideas tienen la más lejana relación con los valores socialistas. La carta enviada por la ACAF y la red Internacional por la Libertad de Milagro Sala resalta que “la larga trayectoria de la Internacional Socialista defendiendo la libertad, la justicia y la solidaridad en el mundo se ve empañada por la actitud antidemocrática y autoritaria del arriba mencionado” (Gerardo Morales).

Como con Nelson Mandela en África del Sur, quienes militan por la libertad de la jujeña saben que los combates así son largos, inciertos, y que se requiere una irrenunciable acción para liberar a los presos políticos. Como con Mandela y los innumerables conciertos y documentales que, a través del mundo, fueron el sustento de su liberación, Milagro Sala requiere la misma imaginación y la misma perseverancia para que se entienda que se está ante un acto de barbarie judicial. Hay que explicar y mostrar. Eso es lo que hizo la ACAF con tantos y tantos actos celebrados en Francia, con la tribuna de Le Monde y la proyección de la película de Marta Valle “Amasando Futuro”. El documental fue presentado en la sala PINO SOLANAS" Espacio INCAA de la Embajada Argentina en Francia. Si la aplastante injusticia que retiene a Milagro Sala constituye un campo de acción muy amplio, la ACAF va mucho más allá con su permanente cercanía y acciones por causas sociales argentinas, a las que, como el caso de las Cantinas Populares, contribuye materialmente. No son palabras que se van sino actos que construyen. Hay, en París, en el seno de la Asamblea de Ciudadanos Argentinos en Francia, una muestra real del país con el que soñamos: solidario, justo, siempre despierto, atento a los otros, sea quien sea, de pie para defender a quienes, por la fuerza, por la pobreza, por la corrupción o el feudalismo, están en los márgenes, consciente al extremo de que nunca se deben ceder, en ningún campo, las conquistas de la democracia.

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