Un gustito a poco le quedó a Racing en su empate sin goles contra Belgrano. Buscó mucho pero encontró poco, pese a que utilizó diferentes vías para quebrar el muro defensivo de los cordobeses. Intentó con el desborde del siempre inquieto Johan Carbonero, con los pases en profundidad de Maxi Moralez o Juan Ignacio Nardoni, con las jugadas asociadas por el medio, con centros al corazón del aérea y con disparos de media distancia.

Justamente su mejor oportunidad en todo el partido se dio con un cañonazo de Matías Rojas. La pelota llevaba tanta violencia que pegó en el travesaño, picó en la línea, volvió a dar en el travesaño y salió. Esa jugada se dio en el mejor pasaje del equipo local sobre la mitad del primer tiempo. En ese lapso Maximiliano Romero picó magistralmente la pelota sobre la salida de Nahuel Losada y la mandó al fondo del arco, pero el VAR trazó líneas y borró las sonrisas de los hinchas. Poco más tarde Leonardo Sigali se anticipó a las manos de Losada pero otra vez el VAR intervino para marcar la mínima posición adelantada del defensor.

A Belgrano, a diferencia de Racing le quedó gustito a mucho porque consiguió lo que había ido a buscar: un puntito que suma si se piensa que su principal objetivo del año es mantener la categoría. El equipó que dirige técnicamente Guillermo Farré conserva la base con la que ascendió, con algunas pocas incorporaciones. El entrenador dispuso una línea de cinco (Carlos Compagnucci, Erik Godoy, Alejandro Rébola, Nicolás Meriano y Lucas Diarte) que le dio buen resultado pese a que era la primera vez que elegía ese sistema. En el inicio desprendió mucho a Compagnucci por el andarivel derecho y eso le permitió algunas aproximaciones en la búsqueda de su principal referente ofensivo, Pablo Vegetti. En su llegada más peligrosa, Vegetti entrando en velocidad metió un derechazo que se fue muy cerca del poste izquierdo de Gabriel Arias.

De los jugadores de campo el más destacado de Belgrano fue el pibe Bruno Zapelli, de 20 años, de muy buena técnica en el manejo de la pelota. La figura fue Losada que estuvo muy seguro descolgando centros y saliendo a cortar cuando las circunstancias lo requerían.

Racing quiso más, pero no tuvo peso ofensivo para resolver sus insistentes ataques. Y para que debute el peruano Paolo Guerrero falta mucho.