La Rioja una vez más es noticia por la vulneración de derechos de una niña en el marco de un conflicto judicial. Ya es habitual que los denunciados por delitos contra sus hijas sean quienes eligen como estrategia mediatizar el caso criminalizando a su denunciante. Este caso había tomado relevancia en redes sociales hace más de un año cuando Christian Dupuy compartió un post de facebook en el que un papá denunciaba públicamente ser víctima de impedimento de contacto y falsas denuncias porque la Justicia había dispuesto medidas de protección a favor de la niña. 

Aquel posteo era acompañado con el rostro de la niña feliz con su papá y capturas de pantalla que aludían que su madre era un peligro para la integridad de la menor. Tras 12 mil compartidos y un masivo impacto, la violencia digital contra su ex no se hizo esperar, incluso ella denuncia que un vecino intentó secuestrarle a su hija para “devolvérsela” a su papá.

La madre de la niña que ya había denunciado varias violencias hacia ella y hacia la menor previo a la viralización, tras el posteo se interpuso una medida cautelar que prohíbe al progenitor exponer el caso públicamente, pero esta persona desobedece las restricciones. En enero de 2022 a él se le conceden la eximición de prisión por el delito de desobediencia a la autoridad. Aún así, en noviembre exponiendo el caso en twitter consiguió la ayuda de una supuesta ONG de Buenos Aires que a veces dice ser de la Matanza y a veces de Caballito. Quien presidirá esta ONG comercializa productos de limpieza por menor y mayor pero tienen aspiraciones políticas militando en el partido celeste de CABA. Vinculada al libertario Nahuel Sotelo y al diputado de Juntos por el Cambio, Alberto Asseff, esta mujer llegó a La Rioja para intervenir en dos causas judiciales atravesadas por delitos violentos contra niñas denunciadas por sus madres. Hace un tiempo difunde en sus redes sociales la versión de la defensa de los acusados por delitos violentos, apela a la violencia simbólica contra estas madres y logró viralizar un video en tiktok en el que se escucha una conversación privada entre los progenitores de una niña riojana envuelta en este conflicto judicial. En el audio se oye a una mujer que manifiesta estar desbordada por la maternidad y se la percibe muy inestable mientras se oye de fondo el llanto incesante de un bebe. Este video pasó los 2 millones de reproducciones y más de 5000 comentarios de personas opinando sobre un caso. El domingo a la noche usando este video como disparador, la dirigente del partido celeste de CABA habló en un medio nacional en representación de la causa riojana dando información falaz del expediente. Rolando Graña entrevistó al progenitor denunciado a sabiendas que violaba una medida cautelar de la justicia riojana, y junto a sus panelistas opinaron sobre el caso sin mencionar ninguna de las denuncias de fondo que recaen sobre a quién se le dio voz para revictimizar a su ex por televisión.

Lo que nadie sabe de este caso mediatizado que atraviesa la vida de una niña, es la versión de la joven madre. Ella denuncia sufrir violencia desde el año 2017. Esta joven madre acusada de ser similar a las asesinas de Lucio Dupuy, desde los 24 años se siente encerrada en el ciclo de la violencia de género. Este ciclo que creyó cerrar cuando se separó o cuando se mudó de provincia, que parece que nunca va a terminar. Esta mamá describe que los actos de violencia hacia ella escalaron con el embarazo y que su psiquis colapsó cuando falleció su padre dos meses antes de tener su bebe. Hoy reconoce lo mucho que le costó superar la depresión post parto que padeció hace 4 años y asume que la exposición mediática de esos audios descontextualizados son una forma de violencia vicaria.

Por lo que esta mujer describe su agresor habría ejercido todo tipo de violencias hacia ella, pero la violencia psicológica casi le arrebata la vida y actualmente la sigue ejerciendo. La violencia vicaria es la expresión más cruel de la violencia de género, este tipo de violencia sucede cuando el agresor desplaza el ejercicio de la violencia hacia algo o alguien por lo que la víctima tenga sentimientos. Por este desplazamiento, el hombre expresa su odio dañando lo más preciado que tiene la mujer sobre la que ejerce violencia: dañando a las mascotas, daña su imagen desfigurando su rostro con ácido, desprestigia su “buen nombre y honor” publicando anuncios eróticos con su número de teléfono, amenaza con dañar o matar a sus padres o familiares, rompe sus objetos preciados, quema su ropa, etc. Cuando una mujer tiene hijos con un hombre violento el problema suele ser que su agresor conserva poder y derechos sobre los hijos que tienen en común. Por lo mismo, los transforma en objetos para continuar el maltrato y la violencia. En nuestro país no es un delito tipificado, pero sí una violencia ampliamente ejercida con impunidad.

La madre de esta niña en 2021 se preocupaba porque el caso de su hija no se convirtiera mediáticamente en otro caso Arcoiris, ella nunca respondió a ninguna publicación del progenitor porque quería resguardar a su hija de los estigmas sociales que devienen de padecer los delitos que denunció. Hoy en vez de ser expuesta como temía, se la expone como “otro caso Lucio” y por más medidas cautelares a su favor, esto ya sucedió.

El caso Dupuy no solo puso el maltrato infantil en debate, también hizo aflorar la misoginia, el antifeminismo, el lesbodio y la violencia contra madres protectoras. Resulta que como encontraron un par de asesinas, torturadoras y abusadoras y ahora el discurso es que todas lo somos, y lo más triste de todo es que demasiada gente parece adherir a esta retórica absurda.