Desde Córdoba

La interna de Juntos por el Cambio en Córdoba entra en etapa de definición. A pesar de los pocos avances en torno a la conformación del reglamento interno a través del cual el senador Luis Juez y el diputado Rodrigo De Loredo acordarán el reparto de las candidaturas a la gobernación, en la última semana se sucedieron gestos que dieron a entender que el tema debe saldarse cuanto antes. Y dejando la menor cantidad de heridas y heridos posibles. Los dos meses de ventaja que les sacó Martín Llaryora -el candidato de Hacemos por Córdoba impulsado por el gobernador Juan Schiaretti- no parecen una preocupación. Desde la mesa chica de JxC dicen que cuentan con dos candidatos competitivos. “El que pierde, banca”, aseguran. Pero nadie quiere perder.

La vajilla es de cartón…

Con repercusión nacional, María Eugenia Vidal completó el álbum de presindenciables que hicieron pie en la meca cambiemita. Sobre el muro de canto rodado de La Cañada, emblemática postal de la capital cordobesa, la ex gobernadora bonaerense aprovechó para presentar, sonriente, a Darío Nieto, ex secretario de Mauricio Macri, como integrante de su equipo de trabajo. Además, también remarcó que bajará su postulación si el ex presidente es candidato.

Tras un raid en los medios dominantes en la provincia, Vidal se pronunció acerca de la indefinición de la interna cordobesa. No sacó los pies del plato y fue salomónica. “Hay que buscar acuerdos”, dijo sin extender preferencia por ninguno de los contendientes. Para ratificarlo, cumplió con el cursus honorum correspondiente a todo candidato o candidata: almuerzo, foto y sonrisa. Todo armado de manera tal que nada permita siquiera expresar o vislumbrar algún tipo de simpatía. Es por ello que en la frugal mesa De Loredo y Juez se sentaron frente a frente y sonrieron. Los trapos sucios se lavan en casa.

La escena se llevó a cabo en Jesús María, a donde la diputada nacional llegó acompañada por Mario Negri (UCR), el propio Nieto y la anfitriona principal, la también diputada del PRO Soher El Sukaria. La dirigente, quien aspira a terciar por una candidatura a la intendencia por el sector amarillo puro, tuvo días atrás su momento viral tras el reclamo para diputados y diputadas de “agarren una pala”. El Shukaria aceptó la interpelación y subió una pala a sus redes sociales, aunque la foto tenía una marca de agua de otro sitio web.

No es la primera vez que protagoniza un dislate de este tipo. En diciembre de 2020, en medio de la campaña lanzada por la oposición para desacreditar el programa de vacunación contra el coronavirus, acusó al gobierno nacional de no saber “qué mierda (sic) nos van a inocular”. A finales de ese mes, Argentina comenzó la campaña de vacunación a mayores de 60 años con dosis de la Sputnik V, lo que permitió una rápida cobertura sanitaria. Como es sabido, el lobby de Juntos por el Cambio en torno a Pfizer fue tal que hasta Patricia Bullrich ofreció entregar las Islas Malvinas por vacunas.

Las opciones

Es conocida la animadversión de Juez por definir la candidatura mediante primarias, a partir de la posibilidad, que enarbola, de la “intervención” del gobernador Schiaretti. En principio, la cuestión de las encuestas tampoco le cerraba mucho al senador, que prefiere que “nos sentemos en una mesa y resolvamos las cosas”.

“Si no podemos hacerlo, entonces no estamos capacitados para gobernar Córdoba”, repite. De Loredo, en tanto, siempre se muestra propenso a las urnas.

Sin embargo, mucha agua corrió en las sierras cordobesas. Tras el receso que se autoimpusieron ambos postulantes, la “campaña” de corto alcance se retomó. Es en ese marco que las declaraciones de Vidal tienen también efecto. Para algunos más, para otros menos.

“En Córdoba, el esfuerzo que tiene que hacer Juntos por el Cambio es acordar las reglas de la competencia”, sostuvo a manera de reclamo edulcorado. Sin embargo, advirtió que el objetivo es “no dejar un vacío porque eso genera incertidumbre y tensión”. Como era dable esperar, Vidal no perdió la posibilidad de lanzar diatribas antipolíticas disfrazadas de neutralidad y de reclamos “de la gente”: “Si la política se sigue mordiendo la cola y no ocupándose de los problemas de la gente, esa resignación no se va a vencer. Entonces: reglas claras, que cada candidato sepa cuáles son y que las comparta; y luego, por supuesto, que sea lo mejor para Juntos”.

Cuentas pendientes

La visita de Vidal y antes la de Bullrich sirvieron como catalizadores de las necesidades que tiene la Mesa Nacional de JxC para que en Córdoba la situación no se torne inmanejable. El mensaje fue el mismo: la definición depende de Córdoba. Pero debe ser rápida y competitiva.

Algo similar ocurrirá con Horacio Rodríguez Larreta. El jefe del gobierno de CABA volverá a la provincia antes de fin de mes, aunque no asistiría al Cosquín Rock, tal como estaba previsto. Desde su entorno apuntaron a Página/12 que por problemas de agenda la visita está casi caída. “Seguramente estará en Villa María, luego del Festival de Peñas”, que concluye la semana próxima.

También tendrá la foto con los contendientes, esa que se postergó a principios de enero en Jesús María, cuando la tensión entre Juez y De Loredo era máxima y decidieron tomarse unas vacaciones.

Sabiendo que la decisión llegará cuando se defina la fecha de elecciones provinciales y municipales, las cuales aún deben ser convocadas, se pactó una especie de tregua. Más fotos juntos y menos errores no forzados. Mientras tanto, cada uno sigue de campaña por su cuenta, pero sin tensar la cuerda. Saben que el punto de “no retorno” está cerca.

Armando voy, armando vengo

Con la tropa mucho más ordenada, Juan Schiaretti comienza a poner la provincia en “piloto automático” y empieza a trabajar para su instalación nacional como precandidato a presidente. Luego del explosivo discurso inicial en la apertura de sesiones de la Legislatura, el mandatario estuvo en Buenos Aires. Primero fue el momento de “vender” ante la CAME el modelo Córdoba, que esta semana mostró una inflación del 5,39 por ciento en enero. En rol de estadista, respondió preguntas de los asistentes, algo que no sucede muy seguido en territorio mediterráneo. Allí abogó por el fin de la grieta y señaló que es necesario eliminar los impuestos que penalizan a la producción. “Hay que encarar un plan de estabilización en serio”, sostuvo ante un auditorio compuesto por empresarios regionales de todo el país.

Acto seguido, abrió otro paquete de figuritas y le tocó Armando Cavalieri. El encuentro con el secretario del Gremio de Comercio fue profusamente difundido desde los tanques oficialistas. Aunque no hubo foto, se trató del primer contacto con un referente del sindicalismo en el marco de sus aspiraciones nacionales. Cavalieri, quien tiene una buena relación con la senadora Alejandra Vigo, armadora y esposa de Schiaretti, se comprometió a gestionar una reunión con Héctor Daer y Carlos Acuña, de la CGT nacional. Semanas atrás, ante la consulta de este diario, desde el triunvirato sindical se respondió con un escueto “ni idea” respecto de la posibilidad de un encuentro. Ahora, algunos ya le ponen fecha para mediados de marzo.

Con todo, el gobernador cordobés tendrá una pausa en el recorrido nacional y estará en España, donde firmará un convenio turístico religioso con la ciudad gallega de Compostela y posiblemente tenga reuniones con dirigentes del Partido Popular en Madrid.