El Senado de Estados Unidos votó ayer a favor de comenzar el debate sobre cómo derogar y, eventualmente, sustituir la ley de salud obamacare promovida por el ex presidente demócrata. Aunque se desconoce todavía el proyecto de ley designado a tal fin y si tendrá éxito, el presidente Donald Trump dijo que es un avance. 

“Éste fue un gran paso”, aseguró Trump, poco después de la votación en una conferencia de prensa en la Casa Blanca y definió el “obamacare” como un desastre para el pueblo estadounidense. “Ahora avanzamos hacia una verdadera atención de la salud para el pueblo estadounidense”, continuó. El vicepresidente Mike Pence, como presidente de la Cámara alta, tuvo que deshacer el empate a 50 votos entre republicanos y demócratas, ya que las senadoras conservadoras Susan Collins y Lisa Murkowski votaron en contra de la moción. 

La votación marcó una victoria inicial para Trump, quien empujó, insultó y amenazó a los senadores en los últimos días para al menos comenzar a debatir la derogación de la ley de salud, según publicó el diario The New York Times. “Cada senador que vote en contra está diciendo a Estados Unidos que la pesadilla (obamacare) es aceptable”, había insistido Trump el lunes. El mandatario mantuvo la presión ayer y publicó al respecto en Twitter después de la votación: “Tuvimos dos republicanos que fueron contra nosotros, que es muy triste, pienso. Es muy, muy triste para ellos”.

Sin embargo, a pesar de este paso, no está claro si los republicanos tendrán los votos que necesitan para derogar la ley que proporcionó seguro médico a millones de estadounidenses. El Senado ahora avanzará con el debate, las enmiendas y, en última instancia, una votación final en los próximos días sobre la legislación que tendría un profundo impacto en el sistema de salud estadounidense, que representa casi el 18 por ciento de la economía.

Los republicanos del Senado no se ponen de acuerdo sobre cómo tumbar la reforma sanitaria conocida como obamacare, por lo que, ante las presiones del presidente Trump, el líder de la mayoría, Mitch Mc Connell, convocó este voto para iniciar el debate, sin un texto concreto, algo que normalmente no suele tener ningún peso ni dificultad para prosperar. Y es que, hasta el momento, los tres proyectos legislativos presentados para ello no logran consensuar a los republicanos, quienes tienen la mayoría en el Senado pero no son capaces de acordar una salida viable para cumplir una de las principales promesas de campaña del magnate. “La única manera de intercambiar ideas es permitir a los senadores discutir. Esto implica votar a favor de un proceso de enmienda abierto”, dijo Mc Connell. 

En la votación, se destacó el voto crucial del senador republicano por Arizona, John McCain, diagnosticado recientemente con un cáncer cerebral y quien, tras su intervención, regresó a Washington exclusivamente para la sesión de ayer. Pese a su delicada condición, McCain votó a favor de comenzar el debate para derogar la ley sanitaria, a pesar de que todas las alternativas a la misma hasta ahora planteadas provocarían que al menos unos 24 millones de personas perdieran su seguro médico en los próximos diez años. Trump dio ayer las gracias a McCain por su regreso y lo calificó de valiente y de héroe estadounidense, pese a que ha sido muy crítico con el senador en otras ocasiones. 

Todos los demócratas, junto a Collins y Murkowski, votaron en contra de comenzar el debate. Sin embargo, una media docena de republicanos mantuvieron la duda hasta el último momento, ya que se mostraron en contra de todas las alternativas legislativas presentadas hasta ahora. Por ello, esta pequeña victoria no garantiza que los republicanos logren aprobar texto alguno para derogar “Obamacare”, aunque lograron mantener viva esa posibilidad. 

“Gran día para el servicio de Salud. Después de 7 años de conversaciones, veremos pronto si los republicanos están dispuestos a dar el paso”, tuiteó Trump antes de la votación. En su serie de tuits, Trump enfatizó que es hora de hacer algo, ya sea solamente derogar “obamacare”, o derogar y reemplazar, y que él tiene la pluma en la mano preparada para firmar lo que apruebe el Congreso. A su vez, el mandatario reprendió de manera pública el lunes por la noche al secretario de Salud Tom Price, al decir frente a una audiencia: “Él está interesado en conseguir los votos, si no le diré: estás despedido”.

Si se logra que el texto sea incluido en la orden del día, los senadores podrán presentar enmiendas en los próximos días y reescribir de facto toda la ley para remplazar “obamacare” por una reforma de inspiración conservadora. Pero los senadores moderados no quieren una reforma que restrinja el presupuesto de Medicare, el seguro de salud público que tienen los pobres estadounidenses que cubre a uno de cada cinco. Ellos tomaron una posición contra la versión de reforma republicana que busca cancelar el Medicare a millón de personas en el curso de la próxima década.

A la inversa, los conservadores exigen una derogación de muchos ítems del “obamacare” y quieren desregular el mercado de los seguros y reducir el presupuesto federal para la salud. “Aunque existen desacuerdos sobre la mejor forma de derogar y sustituir el obamacare, una cosa es cierta: los estadounidenses esperan que nosotros mantengamos nuestras promesas”, dijo el senador republicano por Texas, Ted Cruz.

La semana pasada, no se había alcanzado el consenso entre conservadores y moderados, y el líder de la mayoría había anunciado que tiraría la toalla. Pero Trump lo consideró un hecho inaceptable y convocó a todos los senadores republicanos. Multiplicó los tuits y les tomó la palabra. El mandatario sugirió que los rebeldes podrían sufrir represalias fratricida cuando se re-elijan.