Los restos de Maribel Nélida Zalazar, la oficial de la Policía de la Ciudad asesinada el martes de un balazo en el cuello en la estación Retiro de la línea C de subterráneos, son inhumados este jueves en el cementerio de la Chacarita, tras el velatorio que se llevó a cabo desde las 18 del miércoles en el barrio porteño de Palermo.

Familiares, amigos y compañeros de la fuerza a la que pertenecía la mujer participaron este miércoles y jueves del velatorio de la uniformada, asesinada con su propia arma reglamentaria luego de intentar colaborar con una persona que sufría un malestar.

El velatorio se llevó a cabo en la funeraria Casa Malabia, ubicada en Malabia al 1620, en el barrio porteño de Palermo. A las 11.30, el cortejo fúnebre partió al Cementerio de Chacarita. La caravana fue escoltada por la Guardia de Honor de la División Motorizada de la Policía de la Ciudad y seguida de varios móviles policiales, civiles y oficiales.

Cuando el coche fúnebre comenzó su recorrido, se escucharon los aplausos de policías, amigos y transeúntes que se agruparon para despedir a Zalazar ante la mirada fija de sus propios compañeros, que en dos filas formaron un corredor para el paso del ataúd que iba tapado con una bandera argentina.

Entre las autoridades presentes, estaban el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel; el jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Oscar Berard; y el ministro de Seguridad porteño en uso de licencia, Marcelo D’Alessandro, pese a la utilización que días atrás hizo del caso con el objetivo de volver a instalar el debate sobre las Taser. También estuvieron presentes jefes directos de la oficial asesinada.

En el cementerio se realizaba este mediodía una ceremonia religiosa oficiada por el capellán general de la Policía de la Ciudad y se aguardaba también la palabras de algunas de las autoridades presentes.

Cómo fue el ataque a la policía en Retiro

Este martes, según la investigación en curso, el agresor de Zalazar, Oscar Gustavo Valdez, venía teniendo un problema en una pierna y tomó el subte para ir a la casa de una tía en la que guardaba el DNI. La familiar, además, le iba a dar dinero para ir al médico. 

En ese marco, bajó del vagón del subte, pidió ayuda porque le dolía la pierna. Intervinieron dos empleados de seguridad privada que, luego, le pidieron asistencia a Maribel, a la que conocían bien porque solía estar en el andén.

En ese momento, el hombre se puso contra la pared con las manos levantadas y la pierna doblada, como si lo quisieran detener. 

Le trajeron una silla y luego una camilla. Cuando Zalazar se agachó a asistirlo, Valdez le sustrajo el arma, que no tenía el seguro puesto. 

Ni bien se produjo la sustracción, Maribel se le tiró encima y él disparó dos veces estando cuerpo a cuerpo. Por eso no sirvió la protección del chaleco antibala.

De acuerdo al informe preliminar de la autopsia, la oficial de la Policía de la Ciudad, quien era madre de dos chicos, recibió un único disparo que ingresó por el cuello, atravesó el tórax y le provocó hemorragias internas que derivaron en la muerte.

El detenido

El acusado, que fue detenido ese mismo día en la puerta del Hotel Sheraton, continúa alojado en la Unidad 28 que funciona como la alcaldía de los tribunales porteños, en la calle Lavalle 1337, a la espera de ser indagado en las próximas horas por el juez a cargo de la causa, Martín Sebastián Peluso, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 9.

Valdez enfrentará en su indagatoria una imputación como presunto autor de un "homicidio agravado por ser la víctima un miembro de una fuerza de seguridad", delito contemplado en el inciso 8vo. del artículo 80 del Código Penal y que tiene como única pena la prisión perpetua.

También deberá responder por las "lesiones" que le provocó a un trabajador del subte que fue el primero en asistirlo cuando descendió de una formación y dijo que se sentía mal y que padecía dolores en sus piernas.