Con su célebre universidad que es la más antigua del mundo occidental (la leyenda dice que por allí pasó Dante Alighieri), el título de "libre, laica e independiente de las escuelas eclesiásticas" con la que esta casa de estudios nació en 1088; la tradición de izquierdas que mantuvo a la ciudad y la región históricamente gobernadas por el Partido Comunista Italiano y la socialdemocracia (con una breve interrupción de centro derecha), el reconocimiento como "Capital Europea de la Cultura" entrado el nuevo siglo, Bolonia se destaca, desde el Renacimiento para acá, como un gran polo de producción e intercambio cultural del mundo. 

Los libros, claro, están en el centro de esta marca local, pero en particular los dedicados a las infancias y juventudes. Así lo atestigua el lugar que ocupa la Feria del Libro Infantil de Bolonia, que hoy es el principal evento profesional del mundo dedicado a este campo. Y el que acumula una rica historia que está cumpliendo 60 años, motivo por el cual la feria tendrá dimensiones especiales. Por eso, aunque oficialmente el evento se inaugura el 6 de marzo y finaliza el 9, una cantidad de actividades se extienden por toda la ciudad ya desde el fin de semana. 

Meca de derechos e ilustración

En lo que hace a venta de derechos, esta es "la feria" de la literatura infantil y juvenil (LIJ). Por eso un sector importante que nuclea es el de autores, editores, agentes literarios, y hasta productores de televisión y películas, alrededor de las licencias. A toda escala: desde la o el ilustrador que va con su carpetita de proyectos bajo el brazo, hasta los grandes sellos internacionales. Gran parte del intercambio para lo que se edita en la LIJ Argentina, y lo argentino que se edita afuera, nació de lo que han llevado y traído a esta feria emprendedores locales.  

A la Feria de Bolonia también se la reconoce como meca de la ilustración; su exhibición y los premios que otorga suelen abrir puertas de reconocimiento a nivel mundial. Su gran "Muestra de Ilustradores" (que viaja por el mundo y en 2019 estuvo en la Argentina, por primera vez en Latinoamérica) es todo un acontecimiento en sí mismo. El argentino radicado en España Gusti es parte del jurado que durante meses tuvo el nada fácil trabajo de selección. Quedaron elegidas las obras de 80 artistas de 28 países; entre un total de casi ¡22 mil! ilustraciones que enviaron artistas de 91 países del mundo. 

Entre esos 80 elegidos (por quedar calificados se los menciona como "winners", ganadores) hay este año seis argentinos: Mariana Ruiz Johnson, Cristian Turdera, Pablo Alvarez, María José De Tellería, Laila Ekboir y María Elina Méndez.

El aniversario redondo, y el regreso a la presencialidad plena (el año pasado el evento fue semi presencial), habilitan cierto clima de celebración ya desde la previa: "Daremos la bienvenida a Bolonia a muchos amigos, incluidos artistas y autores que acompañan y enriquecen la feria desde hace años. Desde ese deseo de estar juntos llevaremos adelante, como siempre, lo que es la misión de la Feria de Bolonia: crear un espacio para el diálogo sobre nuevas tendencias, nuevos caminos y nuevas formas de publicación global", define en diálogo con Página/12 Elena Pasoli, directora de la feria.


Orgullo argentino

Y está también el Premio Bologna Ragazzi que esta feria otorga en diferentes categorías a los mejores libros ilustrados para niños del mundo. También ganarlos significa para autores y editores obtener una gran visibilidad en el mundo editorial, también los postulantes se presentan de a miles, de todas partes. También aquí un libro argentino obtuvo un importante reconocimiento: Todo lo que pasó antes de que llegaras, de Yael Frankel, publicado por el sello local Limonero, obtuvo esta distinción en la categoría "Ficción". 

Otro galardón de la feria es el BOP, Premio Bolonia a los Mejores Editores Infantiles del Año, con una particularidad: son los propios editores y editoras los que destacan la calidad e innovación de sus colegas y sellos en las distintas regiones del mundo: tiene el mérito especial de ser el premio que dan los pares. También aquí la producción local fue nominada, con los sellos Calibroscopio y Iamiqué (dedicado a la divulgación de la ciencia para chiques) escogidos entre los cinco finalistas del Caribe, Centro y Sudamérica. El lunes se anunciarán los ganadores (uno por cada región del globo) en la feria. Y editoras de estos dos sellos locales (ambos proyectos nacidos al pulso de la gestión independiente y la constancia en las publicaciones de calidad) estarán presentes.

Otros dos sellos argentinos de LIJ han recibido previamente este reconocimiento: Limonero en 2019 (ahora premiado por uno de sus libros) y Pequeño Editor, en 2015. También Libros del Zorro Rojo, nacida en Barcelona pero con una activa filial en Argentina. 

"¡Qué orejas tan curiosas tienes!" es una de las novedades de Iamiqué. 

"Bolonia es la gran feria de la LIJ, la gran vidriera cosmopolita. Para los que vendemos y compramos derechos, es muy rico el intercambio", destaca Ileana Loterztain, creadora junto a Carla Baredes (bióloga y física, respectivamente) del sello Iamiqué, dedicado específicamente a libros informativos para chicos. "También es una gran fuente de inspiración, el lugar donde se aprecian las nuevas tendencias. Una vuelve nutrida de cosas nuevas, con las pilas cargadas para arrancar el año y preparar la Feria de Buenos Aires", se entusiasma. Su sello ya estuvo nominado a este premio en 2018, lo cual fue entonces "un empujón importante", destaca. 

Judith Wilhelm irá por cuarta vez a la Feria de Bolonia como editora del otro sello argentino nominado, Calibroscopio: "Es un mundo alucinante para ver, conocer, nutrirse, empaparse de lo que hacen otros y de la mirada de los demás sobre lo que hace uno. Es muy impactante ver el mundo de los libros infantiles metido en esos cuatro días. Por momentos puede llegar a resultar intimidante: ¿qué estoy haciendo yo con mis libritos en medio de esta galaxia de libros? Cuando te sobreponés a eso, es alucinante ver otros mundos, otras cabezas, o coincidir con editores muy distantes. Se generan alianzas muy interesantes. 

Un dibujo de Matías Trillo para "Vida de muerto", seleccionado en Bolonia.

Con esos "libritos" Calibroscopio fue nominado por tercera vez al BOP. Y obtuvo reconocimientos como una nominación especial del Bologna Ragazzi Award por Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto), un cuento de Rodolfo Walsh ilustrado por Inés Calveiro. "Fue importante para el libro la editorial", repasa. Este año ya hay otro reconocimiento: Vida de muerto, de David Wapner y Matías Trillo, fue elegido para The Braw Amazing Bookshelf, una selección de cien libros de todo el mundo destacados especialmente por los jurados de la feria, entre más de 2200 títulos de 62 países.   

Además de Calibroscopio y Iamiqué tendrán presencia en el stand argentino Eudeba, La Brujita del Papel, AZ Editora, Libros del Zorzal, Bianca Ediciones y Editorial Betina. Las y los editores toman la presencia en esta feria, con todo el gasto que implica un viaje de estas características (y el espacio de exposición, que también se paga), como "una inversión y una apuesta emprendedora". Y también una forma de celebrar que, a pesar de todas las dificultades, y casi como un milagro cotidiano, la LIJ argentina sigue dando muestras de vitalidad. Un solo dato del contexto en el que lo hace: La Cámara Argentina del Libro denunció recientemente desabastecimiento y faltantes de papel, aumentos en papel ilustración para tapas de libros e interiores (el tipo de insumo que, por lo general, requieren los libros infantiles) que llegan al ¡300%!

Y sin embargo, se mueve. 


La feria y más allá

Entre las muchísimas actividades que propone esta feria hay de todo y para todos los actores del ecosistema del libro: paneles y actividades vinculadas a temas como la censura en la LIJ (que tras el capítulo de las "correcciones sensibles" que se hicieron a la obra de Roald Dahl cobran gran actualidad), la traducción y sus orillas, el mundo cómic, la cuestión de género (con el 8M transcurriendo en medio de la feria), el rescate de Ucrania ilustrada. Muchas, claro, reunirán a las y los grandes ilustradores (Rebecca Dautremer, Suzy Lee, Albertine Zullo, Roger Mello, Elena Odriozola, entre muchas y muchos). Toda otra serie de actividades hace pie en la celebración del centenario de Italo Calvino. También hay un despliegue de capacitaciones específicas dirigidas al know how del mercado del libro, edición y venta de derechos. 

Entre las actividades argentinas se destaca una mesa que el lunes reunirá al columnista de este diario Mempo Giardinelli hablando de la experiencia de las Abuelas Lectoras, un hito de la fundación que lleva su nombre, Natalia Porta López, coordinadora del Plan Nacional de Lectura, y donde se presentará también el Programa Sur de apoyo a la traduccción del libro argentino de Cancillería.  

Pero la movida se extenderá por estos días por toda la ciudad de Bolonia, como un fantástico hervidero alrededor de la literatura infantil y juvenil. La librería Giannino Stoppani, por caso, es uno de los lugares que funcionarán como satélites. Tras sufrir un incendio el año pasado y renacer, literalmente, de entre sus cenizas, este espacio que tiene 40 años y es a la vez librería infantil, cooperativa cultural, escuela de libreros y centro de formación académica celebra que la aventura de aquel grupo de chicas boloñesas llamadas "le Giannine", que ayudó a promover en Italia la LIJ y promovió redes en todo el mundo, continúa. Hoy mismo organiza una actividad a partir del libro que ilustró el argentino Gusti (ver nota aparte), Bambine e bambini feministi (Chicas y chicos feministas, de Luis Amavisca y Blanca Lacasa, inédito en Argentina). Y de una pregunta que calza en la época: Esseri liberi o liberi di essere? ¿Ser libres o libres de ser?

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