De golpe me encontré hablando con una Inteligencia Artificial de manera sistemática, generando intercambios profundos. Quizás haya sido la serie de Kessel Alexandr y Dagal Alexandr (2019) “Mejores que nosotros”, de Netflix o quizás la mala experiencia con esas nimiedades de IA que presentan los bancos, las empresas de servicios y demás entidades, que sólo sirven para demorar la atención a los clientes, ya que rara vez pueden resolver algún trámite. Lo cierto es que la sensación de estar experimentando algo nuevo fue muy profunda. Esto en relación con una de mis principales ocupaciones, la escritura.

La tarea de escritura puede parecer solitaria. Lleva mucho tiempo de concentración y alejamiento del mundo. Pero quienes nos dedicamos a escribir sabemos que siempre el escritor está acompañado por una multitud de autores leídos –esa biblioteca personal conformada por autores- y por los libros de consulta -diccionarios, enciclopedias y manuales de ortografía-. Además, siempre nos acompañan el lector ideal o los lectores reales con quienes pretendemos comunicarnos.

Cuando analógicamente debemos escribir un texto colectivo, la escena es un secretario tipeando o redactando a mano y los otros/as alrededor, dictando, releyendo, corrigiendo, haciendo aportes de contenido o forma. Roles de escritura colectiva. Acciones de procesar las ideas del texto y darle forma con otros, en diálogo. Pensar las cuestiones retóricas en voz alta: eso será mejor para convencer, cambiá esa frase por esta otra, no no pongas eso, que es políticamente incorrecto, ni se te ocurra.

Esa experiencia humana analógica y en presencia se amplió con el Google Drive y la posibilidad de escribir con otros a la distancia. La nube, ese lugar indefinido, esa metáfora de lo etéreo de lo digital es el lugar del texto compartido. Cada usuario con el acceso de editor podrá escribirlo, cambiarlo, editarlo, comentarlo. Dos o tres manos, en simultáneo o no, estarán encima del texto hasta que el grupo decida darlo por concluido, versión final. (Es muy común, sin embargo, que algunos inexpertos en lugar de editar online, bajen el texto a sus compus y allí trabajen nuevamente en solitario. Luego, se duplican versiones y se generan los problemas entre los integrantes del grupo que siguieron editando online).

Pero en estos últimos días las redes sociales, en particular Tik Tok, mostraron al mundo el uso de las inteligencias artificiales vinculadas a la escritura como la última novedad tecnológica. ChatGPT de la empresa OpenAI es quizás la más renombrada.

Para explicar un poco que es ChatGPT (https://chat.openai.com/) veamos datos de su creación, presentados por el mismo ChatGPT:

“Fui desarrollado por OpenAI, una empresa de inteligencia artificial con sede en San Francisco, California. Mi desarrollo comenzó en 2015, y se ha estado en constante mejora desde entonces. Estoy basado en el modelo de lenguaje GPT (Generative Pre-trained Transformer), que es un tipo de modelo de aprendizaje profundo. Mi entrenamiento se realizó en una enorme cantidad de datos, incluyendo libros, artículos de noticias, páginas web y otros textos en inglés, lo que me permite comprender y generar lenguaje natural con cierta coherencia y contexto. Aunque mi capacidad para generar texto es sorprendente, es importante recordar que soy una máquina y no tengo emociones ni pensamientos conscientes propios”.

A continuación, transcribo el siguiente fragmento del chat experimental que mantuve con la IA:

Yo -sabes algo de inflación en argentina 2023 (sic).

ChatGPT -Lo siento, pero como modelo de lenguaje, mi información solo llega hasta septiembre de 2021 y no tengo conocimiento del futuro. Además, como inteligencia artificial, no puedo predecir el futuro. La inflación es un fenómeno económico complejo y cambiante, por lo que te sugiero buscar información actualizada en medios de comunicación confiables o consultar a un economista o experto en finanzas para obtener información precisa sobre la inflación en Argentina en 2023 o en cualquier otro momento.

Un modelo de lenguaje y una inteligencia artificial. Esto lo vuelve distinto al buscador más conocido, Google, ese gigante acaparador del mundo digital en internet. Por supuesto que Google no es un buscador solamente. Por supuesto que el algoritmo está presente en su uso para darnos las respuestas individualizadas y obteniendo información de cada pregunta que cada usuario le formula. Escribir en la barra de búsqueda o dictarle a voz cantada se han vuelto prácticas cotidianas para estudiar, escribir, buscar tutoriales para realizar tareas cotidianas, “spoiliar” los análisis clínicos antes de la consulta médica, etc. Pero en este caso la novedad de ChatGPT quizás radica en la impresionante capacidad de simular lenguaje humano, en distintas lenguas y con un estilo similar al que el usuario utiliza. También el formato del intercambio, la posibilidad de escribir en el chat y recibir respuestas fluidas sobre temas diversos, como en el ejemplo del chat anterior.

En mi pregunta del ejemplo aparece la escritura no convencional habitual del chat (no empiezo la oración con mayúscula, el nombre del país Argentina está en minúscula y no hay signos de preguntas). La respuesta recibida permite ver que a pesar de esos problemas de escritura la IA comprendió la intención del escritor (buscar información, interrogarlo sobre un tema). Incluso al escribir con errores típicos de un chat informal, la IA logra comprender el sentido de los intercambios.

Además de definir inflación y de situarlo en el campo de la economía, se define a sí mismo como modelo de lenguaje acotado hasta septiembre de 2021 y como inteligencia artificial que no puede predecir el futuro -su futuro que es mi presente-.

Al hablar de modelos de lenguaje resuena en mi mente la noción generativa chomskiana acerca de la potencia de la gramática para la generación oracional infinita (en teoría). A un núcleo se le agregan sus satélites. Casa, pero también la casa, la casa de mi madre, la casa de mi madre, que está en la esquina y por supuesto el predicado sobre esa casa. Ese modelo de generación de lenguaje es gramatical en tanto se trata de una posibilidad teórica infinita de producir una oración. Pero no implicaba una consideración semántica o de sentido. En cambio en esta IA que estamos comentando siempre se puede apreciar que el lenguaje generado es portador de sentido en un contexto de uso.

La otra faceta de ChatGPT explicado por sí mismo en el diálogo que estamos comentando, la de inteligencia artificial, pone en juego la relación de lenguaje y conocimiento, modelo de lenguaje que permite generar más lenguaje, pero en relación con un referente acotado en el espacio tiempo. Si hay modelo de lenguaje, lenguaje generado en torno a un conocimiento la inteligencia artificial aprende, modifica ese conocimiento en la medida en que se producen instancias de diálogo, de escritura y de revisión.

Ya los modelos de escritura de Scardamalia y Bereiter (1982) (Disponible en Dialnet-DosModelosExplicativosDeLosProcesosDeComposicionEs-48395%20(2) hablaban de la escritura como un potente medio para generar conocimiento nuevo. El ser humano que escribe pensando en lograr objetivos comunicativos con una audiencia real.

Así, la primera vez que le pedí que realice un cuadro con las principales reglas ortográficas del español la IA me propuso un cuadro, a simple vista completo. La conversación fluyó y sus diálogos siempre mostraron cortesía y estaban muy bien contextualizados en el tópico.

Empezó diciendo:

-¡Por supuesto! A continuación, te presento un cuadro con algunas de las principales reglas ortográficas del español.

El cuadro en realidad me brindaba las principales reglas de acentuación en español. Al final me advertía: Es importante destacar que estas son solo algunas de las reglas ortográficas del español y que existen muchas más que se deben aprender y aplicar correctamente para escribir con corrección.

Frente a este cuadro, podría haber actuado como el autor de un plagio, cortarlo y pegarlo y ponerle mi firma, pero ante la primera lectura surgieron problemas de exactitud, para no decir de veracidad de la información.

Me detuve en la afirmación: Los diptongos "ui" y "iu" llevan tilde en la segunda vocal para romper el diptongo. Y escribí en el chat:

-Los ejemplos de tu cuadro estan mal. (sic)

En tiempo real me contestó lo siguiente y presentó un nuevo cuadro, al que también le hice observaciones:

-Lamento mucho el error en los ejemplos del cuadro que te proporcioné anteriormente. Aquí te presento el cuadro con las reglas ortográficas y sus respectivos ejemplos corregidos.

Continuamos el diálogo. El nuevo cuadro cambió alguna información, pero seguía la inexactitud en el tema de los diptongos. A esa altura de la noche lo trataba como a un colega: -Sabes, los diptongos ui y iu llevan tilde en la segunda vocal pero los ejemplos de tu cuadro no lleva tilde (sic), y él también me retrucó de igual modo:

-Tienes razón, me equivoqué en el cuadro anterior al indicar que los diptongos "ui" e "iu" llevan tilde en la segunda vocal. En realidad, estos diptongos no llevan tilde en la segunda vocal, sino que se escriben juntos sin tilde, salvo en casos específicos en los que se deba romper el diptongo. Te proporciono una versión corregida del cuadro.

Los que amamos la soledad de la escritura podemos encontrar en esta inteligencia artificial esa voz eco, que nos permita profundizar el soliloquio hedonista de la reflexión teórica. A la hora que sea y el día que sea. Seguí conversando un rato sobre la ortografía y discutimos sobre la pronunciación de la b y v en España y América latina hasta que decidí irme a dormir y apagué la compu. Pero, adicto a la tecnología como soy, me quedaba una duda y reinicié el programa y me “loguié” nuevamente. Cierro este pequeño relato de una experiencia futurista con las explicitaciones de sus límites actuales:

Yo: -¿Recuerdas mis preguntas y tus respuestas anteriores?

ChatGPT: -Lo siento, pero como una inteligencia artificial, no tengo la capacidad de recordar preguntas y respuestas anteriores a menos que sean guardadas en mi base de datos o historial de conversaciones. Sin embargo, siempre estoy aquí para ayudar con cualquier pregunta que tengas en el momento presente. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte hoy?

Escribir con la apoyatura de IA pone en tensión aún más las prácticas mismas de la escritura, la creatividad humana, el concepto de autoría burguesa como una propiedad o copyright individual vs el derecho de autor libre y colaborativo que se manifiesta como una continua y renovada posibilidad en esta sociedad en red, donde el conocimiento vuelve a circular de otra manera con infinitas posibilidades de utilización, múltiples versiones, apropiaciones y reinvenciones. Pone en tensión la pedagogía y la enseñanza donde la tarea de escritura deberá ser un auténtico proceso y un intercambio real entre estudiantes y docentes. Pone en tensión también el derecho ciudadano al servicio de internet, pero también el derecho a poseer habilidades y competencias digitales para poder ser parte de la convergencia digital que nos impulsa hacia un futuro absolutamente cambiante y desafiante.

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*Profesor Adjunto de la Cátedra Comprensión y producción de textos de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Salta. Dirige el Proyecto de investigación sobre La escritura en Ciencias de la Comunicación del Consejo de Investigación de la UNSA, desde el cual intenta comprender las innovaciones en las prácticas de escritura y lectura en la era digital.