Cincuenta y seis personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad, luego de que un tren impactara contra el tope de una vía en una terminal de Barcelona. Al momento del choque, la mayoría de los pasajeros viajaba de pie ya que la formación se encontraba en la estación Francia, tramo final del recorrido. El ministro de Fomento español, Íñigo de la Serna, aseguró que “el tren accidentado había pasado la última inspección, el 18 de julio pasado”. Sin conocerse todavía las causas del siniestro, la División de Transporte de la Policía catalana anunció en un comunicado que el maquinista dio negativo en la prueba de alcoholemia y drogas.

Como todos los días, el tren “R2 sud” de la compañía Rodalies –la empresa ferroviaria de Barcelona– salió de la estación Sant Vicenç de Calders, en Terragona, a las 6.01 de la mañana (horario local). Una hora y cuarto después, luego de pasar catorce estaciones, la formación llegaba a su última parada, la Estación Francia, en pleno centro de la ciudad de Barcelona. Pero al entrar en el andén, por causas que todavía se desconocen, la cabina del maquinista chocó contra el tope hidráulico de la vía 11, y el propio impacto rompió el enganche del vagón del conductor con el resto de la formación. Al mismo tiempo, los vidrios del tren estallaron y el segundo vagón se descarriló. Lidia García, pasajera del R2 sud, relató al diario catalán La Vanguardia el momento del choque. “Parecía un terremoto. Muchos se han caído al suelo, porque había gente de pie en el tren, y he visto a varias personas con cortes en la cabeza y en la cara de los golpes”, explicó.

Según los propios pasajeros, segundos después del impacto el pánico se apropió de la estación. Gritos, pedidos de auxilio y alarmas comenzaron a multiplicarse. Al conocerse la magnitud del siniestro, los servicios de emergencias activaron los protocolos y, en segundos, ambulancias, personal de bomberos y la Policía local se presentaron en la estación para evacuar a los viajeros. En total, de los 70 pasajeros, se contabilizaron 56 heridos, incluido el maquinista. Horas después, sólo doce personas continuaban hospitalizadas, tres de ellas, con heridas graves aunque, según los informes médicos, se encuentran fuera de peligro.

Tanto el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se acercaron a la estación Francia a los pocos minutos de conocida la noticia. Ambos funcionarios destacaron los servicios de emergencia, al destacar la actuación “rápida y efectiva”. A su vez, el ministro De La Serna llegó a la estación ferroviaria y agregó nuevos detalles de la investigación: aseguró que el tren en cuestión es un Civia que había pasado todas las inspecciones que contempla el plan de mantenimiento del convoy, la última el pasado 18 de julio. Además, explicó que la formación accedió al andén correctamente (“las balizas que limitan la velocidad en el acercamiento a la estación funcionaron con normalidad”, señaló) e informó que una “sala de crisis” investigará para establecer la causa del impacto. El primer paso será revisar las cajas negras, donde quedan grabados los índices de velocidad y el registro de frenada.