El hombre que apretó el gatillo a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner, Fernando Sabag Montiel, habló desde la cárcel tratando de desvincular a todos: a su pareja, Brenda Uliarte, a los integrantes de Revolución Federal o a cualquier vertiente opositora violenta. Desde el penal pretendió instalar que actuó solo, sin ayuda, sin financiamiento y sin conexión alguna. Pero además, no sólo reiteró que quiso matar a CFK y la bala no salió porque se puso nervioso, sino que insistió en que no se arrepiente. Al mismo tiempo, Sabag le mandó una carta al fiscal Diego Luciani -acusador en el juicio conocido como Vialidad- reclamando “que otros jueces intervengan en la causa, Andrés Basso, Jorge Gorini, Julián Ercolini”, o sea todos los que participaron de la ofensiva judicial contra la vicepresidenta.
La producción del programa Minuto 1, de C5N, que conduce Gustavo Silvestre, se comunicó con Sabag Montiel en el penal de Ezeiza. En el diálogo pareció hilar bien las frases, a diferencia de las incoherencias que aparecen en la carta.
-- Entenderás que mi situación es muy comprometida --dijo--. Yo estuve buscando los medios de forma despavorida. Yo lo hice por motus propio (NdR: lo correcto es motu proprio, que significa por su propia iniciativa). Están inventando una historia. Actué solo. Con respecto al atentado, sí. Y tengo las pruebas acá. Brenda Uliarte no tiene nada que ver --le dijo a la producción de C5N.
-- ¿Y por qué la quisiste matar?
-- Básicamente por la situación del país.
-- ¿Y la quisiste matar?
-- Sí, estaba cargada, tiré el gatillo y el tiro no salió. Tenía cinco balas el arma. Después, me plantaron balas en mi casa. Pusieron droga diciendo que yo era un drogadicto. Están defenestrando, inflando una imagen que yo no soy.
-- ¿De dónde lo conocés a Luciani? --preguntó el equipo de Silvestre.
-- Lo conocía de la tele de antes. Es obvio que Luciani tenía bronca. Es él el que tiene las causas, que tiene problemas con Cristina. Yo en vez de tirar el pestillo, imagínate los nervios de estar en un lugar. De tirar la corredera, tiré el pestillo para atrás y cuando tiré el gatillo, no salió el tiro. Porque entre tanto tumulto, tanta gente, estaba nervioso.
-- ¿Te arrepentís de haber hecho esto?
-- No.
La secuencia relatada por Sabag Montiel se ajusta a lo que señalaron los peritos y criminalistas: en el medio de la gente, se puso nervioso, no corrió para atrás la corredera, el proyectil no entró a la recámara y no salió. Desde todo punto de vista, fue un milagro.
Como se ve de la transcripción, la prioridad de Sabag Montiel fue hacerle el juego a lo que está haciendo la jueza María Eugenia Capuchetti, en base a lo que señala la Cámara Federal M (por macrista): cerrar la causa cuanto antes, adjudicándole la tentativa de asesinato a tres "locos" (Sabag Montiel, Uliarte y Nicolás Carrizo, el líder de los vendedores de copos). Nada de husmear en el financiamiento, en el insólito adelanto del diputado del PRO, Gerardo Milman (“Cuando la maten voy a estar camino a la costa”), ni en el papel de Revolución Federal ni la Policía de la Ciudad. Los abogados de Cristina, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal, y también el fiscal Carlos Rívolo se oponen a ese cierre, pero ya se sabe que Comodoro Py es una cancha inclinada.
Antes del diálogo desde la cárcel, Sabag Montiel le mandó una carta a quien parece su ídolo, el fiscal Luciani. El texto es muy difícil de leer, pero el gatillero se despacha con algunos disparates. Por ejemplo, dice que está secuestrado tanto "por CFK mis abogados como la jueza. Me quitaron el contacto con mis allegados. Ellos rompieron mi celular para estar incomunicado, desaparecerme a mi y a Brenda Uliarte. Los medios de comunicación están mintiendo, inventando una pobre historia”. O sea, arremete contra Cristina, contra sus propios abogados y contra Capuchetti, como si todos estuvieran en el mismo barco y fueran sus enemigos.
En la carta desvincula a Uliarte y también a Gabriel Carrizo --“Le plantaron un arma como a Nisman" y “Lo de Revolución Federal es un invento"--. El redondeo es que pide que lo juzguen Andrés Basso, Jorge Gorini y Julián Ercolini, los dos primeros integraron el tribunal que condenó a Cristina Kirchner en Vialidad y Ercolini fue el que instruyó la causa armada, con lo que queda claro que Sabag hace planteos disparatados, pero sabe perfectamente quienes protagonizan la ofensiva judicial contra el Frente de Todos y en especial contra la vicepresidenta.