La polémica sobre el uso o no de tilde en "solo" parece haber llegado a su fin. La Real Academia Español manifestó que se debe usar la tilde para evitar ambigüedades. Hace 13 años, en 2010, la RAE había expresado, en su Ortografía de la Lengua Española que la palabra "solo" no debía llevar tilde "según las reglas generales de acentuación" por ser un vocablo bisílabas llanas que termina en vocal.

El ente rector del idioma decidió recuperar la tilde "bajo el criterio de quien escribe" y en casos de ambigüedad. La tilde "permite distinguir palabras que se escriben igual, pero que tienen significados distintos y presentan diferente pronunciación", según los académicos.

Así, "sólo" en lugar de "solamente" recupera la tilde, al igual que los pronombres "este, ese y aquel", con sus femeninos y plurales, también en caso de ambigüedad. 

El cambio oficializado se publicará en el Diccionario Panhispánico de Dudas, en la entrada referida a "solo". “A veces se ganan viejas batallas”, manifestó el escritor Arturo Pérez-Reverte, miembro de la RAE, que junto a otros, como Mario Vargas Llosa, reclamaba el regreso de la tilde.  

Así las cosas, la RAE no cree que nada haya cambiado. Por Twitter, la institución declaró: “Lo aprobado en el pleno del 2 de marzo no modifica la doctrina de la 'Ortografía' de 2010. Incluso la expresa de forma más clara: se mantiene la obligatoriedad de no tildar el adverbio 'solo' y los pronombres demostrativos cuando no exista riesgo de ambigüedad”, una valoración que corresponde “a juicio del que escribe”.

Sin embargo, y de manera paradójica, hay académicos, como el propio Pérez-Reverte, que afirman que la norma sobre la ambigüedad es ambigua en sí misma. "¿No se añade nada nuevo? ¿Lo tendrá que justificar? Lamento decir que @RAEinforma , dirigida por un académico antitildista, está dando información sesgada e inexacta”, se quejó en Twitter el autor de El maestro de esgrima. "El pleno del próximo jueves será tormentoso", avisó Pérez-Reverte en la red social sobre el encuentro venidero. 

En rigor, hasta 1999 se dio por entendido que la tilde diacrítica “permite distinguir palabras que se escriben igual, pero que tienen significados distintos y presentan diferente pronunciación”. Ese año se reformuló la norma en la Ortografia de la Lengua Española: "Cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad llevará acento ortográfico en su uso adverbial". En 2010 se recomendó no tildar, y la RAE insiste en que no se cambió el fondo de la cuestión en ese momento, es decir, la tilde seguía siendo una opción

Antes, en 1959 las Nuevas normas de prosodia y ortografía de la RAE expresó que "la palabra solo, en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar una anfibología"