La palabra "presentes" se hace cuerpo el 24 de marzo en les pibes que cantan "Madres de la Plaza, el pueblo las abraza", más candente en la ciudad de Rosario, donde todas ellas han muerto. Y caminan para siempre entre lxs manifestantes. En les pibes del Centro de Estudiantes del Superior de Comercio, que marcharon con las fotos de las y los 22 estudiantes desaparecides de su escuela, algunas hechas por ellxs mismxs, otras de las tradicionales de estas marchas. Más de 80.000 personas se convocaron desde la plaza San Martín hasta el Parque Nacional a la Bandera para terminar de expresar en el acto esa condensación de luchas pasadas y presentes que significa la marcha por Memoria, Verdad y Justicia. El acto terminó con el clamor del barrio Los Pumitas, que subió al escenario con una bandera que decía: "Los pueblos originarios exigimos justicia por Máximo", el niño de 11 años asesinado el 5 de marzo, en el marco de un tiroteo entre bandas. "No queremos chicos encerrados, queremos chicos libres", clamó la tía del niño, y recibió aplausos de toda la concurrencia. Mientras ella hablaba, en la pantalla gigante pasaban imágenes de Eduardo Garat, abogado cuya desaparición en 1978 se comenzará a juzgar en los Tribunales Federales de Rosario, en el marco de la causa Guerrieri IV, que juzga delitos de lesa humanidad contra 62 víctimas. Sus tres hijos, Florencia, Santiago y Julieta, así como Elsa, la compañera del militante, darán testimonio por primera vez el lunes próximo. 

Reclamos contra la justicia que "cumple las órdenes de Juntos por el Cambio", la denuncia de la persecución judicial a militantes populares, fueron parte del documento final, leído entre otres por la referente travesti trans Karla Ojeda y el padre de Franco Casco, que sufrió desaparición forzada en 2014. "Al mejor estilo de persecución judicial, como la sufrieran Lula, Lugo, Dilma y otros dirigentes del campo popular latinoamericano persiguen también a Cristina Fernández de Kirchner", decía el documento que también expresó: "En nuestra provincia, parte del Poder Judicial y lo peor de la política persiguen a varios ex funcionarios del Ministerio de Seguridad, entre ellos Nadia Schujman, militante de Hijos y querellante en los juicios de lesa humanidad". Hubo lugar para el reclamo por la "Ley de reparación histórica pos dictadura para travestis y trans". 

El documento tuvo algunos párrafos destinados a la realidad social urgente de la ciudad. "Bandas narcopoliciales balean y asesinan a diario a vecinos y vecinas de nuestros barrios populares. Como por ejemplo, a Jimi Altamirano, asesinado por las mafias, y el de Maxi Jerez de 11 años de vida, baleado junto a tres niños más, en el barrio Los Pumitas. Su familia y toda la comunidad reaccionaron valientemente pidiendo justicia por Maxi y por todos", expresó el documento, y siguió: "La violencia en nuestras barriadas tiene como caldo de cultivo la pobreza y la desocupación. No se la puede enfrentar militarizando, como ha quedado demostrado infinidad de veces. Se necesita resolver la miseria y darle un futuro a nuestros pibes y pibas con políticas públicas, sociales e inclusivas. Y desmantelar las bandas narcopoliciales y enfrentar el narcotráfico y el narcolavado por el cual un puñado de grupos y financieras se enriquecen sin medida con la sangre de nuestros pibes y pibas y la inseguridad de todos y todas". Fue el párrafo más aplaudido por un público que escuchó la lectura del documento a varias voces mientras comenzaba a lloviznar.

La marcha había terminado para una gran mayoría, pero las columnas seguían bajando por calle Córdoba. Una gran bandera negra con el nombre 30.000 encabezó la marcha, mientras muchxs manifestantes llevaban pancartas con las fotos de desaparecides de Rosario. 

Marchar el 24 de marzo es siempre una invitación a tomar el pulso de una sociedad que se apropió de la fecha para encontrar el lazo que une su reclamo con los planes de exterminio social, político y económico de la última dictadura cívico militar. Colegios profesionales, partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales van con sus banderas, pero también con pancartas hechas para la ocasión. "Luchamos por el futuro, los 30.000 nos convocan", había escrito en birome sobre una cartulina uno de los integrantes del Sindicato de Cadetes, que marcharon con sus motos. El Movimiento Sindical Rosario se hizo presente, y también cada uno de los gremios que lo componen.

Niñas y niños forman parte de la conmemoración que es también una declaración de principios. Melody, de cinco años, estaba sentada en el cordón, cerca de su mamá, bailaba y se reía al ritmo de los redoblantes que, con los colores de Rosario Central, recordaba el asesinato de Carlos "Bocacha" Orellana y pedía justicia. 

Como nunca, todas las luchas que atraviesan el presente de la ciudad se concentraron en las muchas cuadras de manifestantes. Familiares y Amigos de Jimi Altamirano, el joven que fue secuestrado en Ovidio Lagos y 27 de febrero, asesinado y tirado frente a la cancha de Newell's Old Boys, el 2 de febrero pasado. "No queremos más muertes por el narcotráfico, pedimos justicia por nuestro amigo pero tampoco creemos que la militarización de nuestros barrios sea la solución, no queremos la vuelta de gendarmería ni más policías", dijo una de las que llevaba la bandera. 

Un poco más adelante marchaba Ramón Casco, el papá de Franco, quien también participó en la lectura del documento final. La bandera era muy elocuente: "Sin justicia para Franco Casco no hay nunca más". 

Al paso de la marcha por Paraguay y San Lorenzo, la presencia de una tanqueta de la Policía Federal Argentina pareció una provocación a les manifestantes, que protestaron y gritaron contra la intromisión. "Asesinos", les gritaba una de las manifestantes, mientras el agente, arriba de su moto, reclamaba que sólo estaba trabajando. Los gritos de "provocadores" no llegaron a mayores y la tanqueta se estacionó al lado de la Bolsa de Comercio. 

Más allá de ese momento de zozobra, la marcha tuvo sus tramos más tranquilos y los más festivos, con la murga Okupando Levitas vestida con sus colores, las banderas pintadas con motivos artísticos y las pancartas manuscritas. Por segundo año consecutivo, Nietes Rosario marcó su presencia, tomó la palabra para marchar junto a HIJOS, en un trasvasamiento generacional que no se detiene. 

Heterogeneidad fue la palabra clave. La Red Nacional de Docentes por los Humedales fue una de las organizaciones de la sociedad civil que se convocaron. "El ecocidio de hoy tiene sus raíces en los intereses económicos que viene a reponer la dictadura militar, que se expresa en la actualidad en el desarrollo del extractivismo y el agronegocio", expresó Lorena Udler, una de las integrantes de ese colectivo. Como un aleph de las luchas populares, las marchas del 24 de marzo son el cauce de las demandas contemporáneas que expresan hoy el Nunca Más.