No hubiera estado mal que This Is Us (estreno del día de mañana por FOX Life a las 22) se presentase como una pregunta. Más que una afirmación certera sobre la familia Pearson, lo que hay en esta serie de 18 episodios de una hora es un examen sobre la idiosincrasia de sus miembros. ¿Realmente estos somos nosotros?, es la cuestión que subyace en este melodrama de la vieja escuela que se asienta sobre una estructura con sus vueltas de tuerca. “Creo que son personas normales, y lo que quiero decir con eso, nadie está tratando de salvar al mundo o proteger al Presidente, no son superhéroes ni nada de eso. Es una historia muy estadounidense pero también es muy universal”, asegura Sterling K. Brown, uno de sus protagonistas, en una conferencia telefónica de la que participó PáginaI12.   

En el inicio anda dando vueltas el número 36. Cuatro personajes cumplen esa edad y ninguno parece tener ganas de soplar las velas. Hay adultos estancados y un padre joven a punto de tener trillizos.  Está Randall (Brown), un exitoso ejecutivo que rastreó a su padre biológico; Kevin (Justin Hartley) estrella de la TV que se siente reducido a un objeto sexual; Kate (Chrissy Metz) que está luchando con la obesidad; y Rebecca (Mandy  Moore) y Jack (Milo Ventimiglia) enfrentando un parto complejo. Presentados las historias comenzarán a moverse los hilos argumentales que reservan puntos de contacto entre los que aparecen en pantalla (y que no conviene adelantar), sorpresas y  certeros golpes emocionales apenas por arriba del cinturón. Nada está librado al azar, las palabras son justas y los alivios cómicos funcionan (algunos mejor que otros), todo para lograr empatía con los personajes. En definitiva, This Is Us ofrece un cuadro muy pulido, fresco y tristísimo al mismo tiempo, en el que la cotidianeidad y el paso del tiempo, las decisiones de vida y las segundas oportunidades, dejan al espectador cavilando.

Inesperadamente, este producto confeccionado por Dan Fogelman (guionista de Crazy, Stupid, Love) se volvió uno de los grandes hits de la actualidad de la tevé estadounidense, tanto de público como de crítica, nominado en cuanta premiación ande dando vueltas. Según su creador todo se debe al tono, el timing y el elenco. No hay cinismo cool, ni autoconsciencia pop, tampoco escenas de violencia gratuita, la serie apela a temas mundanos como los de la noventosa Party of Five. Con tantos programas explorando la oscuridad humana, apareció uno que indaga justamente sobre la ternura, esperanza y compasión. Y a pesar de ser un registro coral, la deriva que interpreta Brown sea posiblemente la que conmueva de entrada, “A menudo una persona negra viene añadida con un glosado en la narración de la historia. No es el caso de This Is Us. Randall es afroamericano y no es sólo por coincidencia, sino que nos ayuda a articular la historia. El viaje de un joven negro en una familia blanca va a ser diferente que el viaje de sus hermanos”, dice el actor nominado a un Emmy por este papel.

–Hacía mucho que un drama familiar no conmovía tanto como lo hizo This Is Us, ¿a que lo adjudica?

–Son personas en sus treinta que están comenzando a navegar la próxima fase de la vida, ya sea la paternidad, su ocupación, lidiar con el sobrepeso, o la búsqueda de un padre biológico que nunca ha conocido. La gente está en la encrucijada tratando de averiguar cuál es el siguiente paso para ellos en la vida, y creo que es algo que todos nosotros podemos relacionarnos.

–El año pasado, usted tuvo una actuación muy lograda en American Crime Story: The People v. O.J. Simpson, y ahora ofrece una composición de profundidad emocional. ¿Cómo llegó a estas interpretaciones?

–Diría que el personaje de Randall está un poco más cerca de mí, en general. Es un hombre en busca de algo, en busca de una figura paterna. Perdí a mi padre de niño. Tenía sólo diez años cuando falleció, así que eso es algo que puedo entender agudamente.  Por otro lado, Randall es un tipo al que le gusta estar en control y se encuentra fuera de sí. ¿Y si introdujera este elemento sobre el que no tengo potestad cuando querría desesperadamente conectar con éste? Ese fue el punto de partida  para explorar el personaje.

–A diferencia de los demás Randall sufre un duro golpe desde que nace, ¿su mayor lucha es contra el desarraigo?

–Lucha contra muchas cosas. En primer lugar,  es muy bueno en su trabajo. También lucha con el hecho de que se ve a sí mismo como el producto del abandono. Así que está tratando de averiguar el porqué. ¿Qué era lo que ellos consideraban indigno de sostener? Lo criaron unos padres increíblemente cariñosos pero también lo han tratado con diferencias frente a sus hermanos. Tiene que lidiar con las presiones sociológicas de ser un negro en este país. Ser parte de una minoría te obliga a pensar cómo funciona el mainstream. De afuera todo parece perfecto pero para él esa no es garantía. Randall es sólo una de muchas personas que están tratando de averiguar cómo llenar los agujeros, los lugares en los que nos sentimos vacíos.

–Durante la última década, la televisión se llenó de antihéroes. ¿Qué se siente ser parte de un programa que es justamente lo opuesto?

–Estoy muy orgulloso de pertenecer a algo por fuera de ese retrato, aunque aquella sea una muy buena televisión, por cierto. Soy fan de Walter White de Breaking Bad y Frank Underwood de House of Cards como cualquiera. This Is Us, sin embargo, no solo tiene calidad sino que trata sobre buenas personas tratando de hace lo correcto. Puede que esto no suene muy sexy o emocionante o atractivo. Nuestros guionistas, y en particular Dan Fogelman, han sido capaces de encontrar un formato contando una historia que genera genuina emoción sobre personas que tratan de vivir la mejor vida que puedan. Me hace muy feliz ser parte de algo que promueve la bondad y la capacidad de la humanidad de elevarse cuando se conectan unos con otros.