Nicolás Leiva consolidó una importante carrera en Estados Unidos, destacándose junto a artistas argentinos y latinoamericanos como Hernán Dompé, Carlos Gómez Centurión, Pérez Celis, Manuel Rendón, Olga Amaral Roberto Novoa. En 1981 ganó el segundo premio adquisición en el Salón Nacional de Artes Plásticas de Argentina, iniciando una carrera internacional que le permitió exponer en importantes salas de U.S.A, Latinoamérica y Europa.

Graduado en Artes en la Universidad Nacional de Tucumán en 1978, ciudad en la que nació en 1958, es hijo de una familia catamarqueña. Está plasmando su obra en el solar que fuera de su familia paterna donde será expuesta. El trabajo está inspirado en la serie Historia de un día, de Laureano Brizuela, su abuelo, el fotógrafo y paisajista catamarqueño que tuvo un papel clave en la creación del Museo de Bellas Artes de la Provincia.

En este lugar entrañable y lleno de sentidos para el artista, ubicado en el departamento Fray Mamerto Esquiú –a escasos 3 km de la Capilla del Rosario que Brizuela pintó al menos 8 veces—, cerca de la capital de Catamarca, Nicolás Leiva instaló su estudio temporario, repartiendo su trabajo en el taller de su colega, la ceramista Estela Moreno, en Villa Parque Chacabuco.

Brizuela realizó la serie de seis cuadros de La Historia de un día, aproximadamente entre 1938 y 1950. Pintó el mismo paisaje: un rancho imponente enmarcado en las montañas de las cercanías de la ciudad, fragmentado en 6 cuadros: Amanecer, Media Mañana, Mediodía, Tarde, Atardecer y Crepúsculo. Lo hizo con la técnica y el método del estilo de los pintores impresionistas de la época, que buscaban captar los efectos de la luz en el paisaje y los cambios de colores producidos en el devenir del día.

Nicolás Leiva trabajando en el estudio que montó en Piedra Blanca.

Desde hace aproximadamente 10 años, Leiva combina en su obra la pintura y la cerámica. Actualmente está exponiendo en la Feria de Nueva York una serie de 24 piezas Historias de 12 por 12 que testimonian su forma de ensamblar materiales.

En Piedra Blanca, a la sombra de algarrobos (emblemáticos en la obra de Brizuela), talas y tuscas, con el sonido del agua del canal que pasa casi por medio de grandes paneles en transformación, hacemos esta entrevista encandilados por la intensidad: colores y formas que nos miran desafiantes descubriendo para nosotros, dramatismo, fuerza y belleza.

Aquí el artista ya está recibiendo visitas de colegas, amigos y transeúntes sorprendidos por la intensidad de colores.

¿Cómo fue el proceso de concepción de esta obra y la decisión de radicarse unos meses en Catamarca para plasmarla?

Había un deseo latente que creció con el tiempo, de pronto tomé conciencia del movimiento incesante de la vida y tomé la decisión: es ahora. La lectura de la página www.laureanobrizuelaartistavisual.com, que muestra parte importante de la obra, posiblemente actuó como disparador y organicé mi agenda para pasar una temporada en Argentina, en Piedra Blanca, en la casa de mis padres y hacerla aquí.

El proyecto es para mí una forma de unirme a la obra de mi abuelo, de unirme a él. Siento que me uno a él a través del deseo. Elegí su Historia de un Día que fue realizada en etapas, está conformada por seis piezas extraordinarias que contienen un gran dramatismo: al realizar las seis piezas Brizuela cumple un deseo, un proyecto. Yo también estoy trabajando 6 piezas y cumplo el mío, a lo mejor esto es la historia de mi día, pero es muchas cosas más. Estuvo acompañándome y colaborando mi amigo el escultor Hernán Dompé aquí en Piedra Blanca, juntos comprobamos el dramatismo de la obra de mi abuelo, sobre todo la de la noche y mientras trabajábamos decíamos que es como alcanzar la plenitud esto de tocar tres o cuatro cosas a la vez, porque voy y vengo de un panel a otro.

Siento que con este proyecto vamos a empezar a viajar juntos con mi grand papá, siento que nos estábamos esperando mutuamente y que haremos un camino en el que nos conocerán a los dos. Yo vengo de un camino en el exterior, ahora con esta obra creo que caminaremos juntos por Argentina.

Lo que estás creando en seis piezas, es absolutamente diferente en técnica, dimensión, color, a la obra en la que te inspiras…

, este es el tiempo en que estamos unidos. Yo tengo obras de fragmentación, tengo trípticos, somos tres: mi esposa, mi hija y yo, tres. Excusa para mostrar una obra con varios registros, la sexualidad, la fecundidad, la retroalimentación, está también el tema de mi religión, soy un hombre creyente… En los seis paneles hay sustratos. El movimiento está adelante…Él las hizo en tiempos diferentes, yo las trabajo juntas, me muevo constantemente, yo giro y él está acá puede ser un registro de la cantidad de relatos que contiene cada una, que aún no sé en qué terminarán…

En lo formal, ¿cómo planificas el camino de la muestra?

En primer lugar, será expuesta aquí en Piedra Blanca, en el patio de la casa de mis padres, bajo los árboles, al lado del canal, al aire libre. Me gustaría mucho que la visiten los niños de las escuelas. Luego estamos planificando llevarla al Museo de Bellas Artes Laureano Brizuela, el tercer paso sería exponerla en la Facultad de Artes de la Universidad de Tucumán. Tengo una invitación de la decana Silvia Agüero, que por otro lado será la curadora. Después seguiremos un camino con la muestra que me gustaría que sea por Argentina.

¿Por qué la Historia de un día y no otra pintura o serie por ejemplo las capillas?; ya que Brizuela pintó la mayor parte de las iglesias y capillas de nuestra zona de Las Chacras.

Yo siento que no podía ser otra. Es magnífica, me intriga

Sí, podría haber tomado otro de sus temas, por ejemplo, las capillas, pero siento que no puede ser otra que la historia de un día. Me emociona mucho La noche, (creo que la llamaba el crepúsculo), la última pieza de la serie. Podría estar ahí el punto de los sueños, transmite un lugar oscuro, de simbologías, en esa dirección estoy trabajando la mía, mi noche tendrá en la cerámica los focos de luz. Todavía no resolví las posiciones de las piezas. Todo esto me emociona, me hace pensar en mi vieja

Estás trabajando con tu colega Estela Moreno

Sí, Estela Moreno, esencial en este proyecto mío; hace la parte de cerámica, es una persona exquisita, una artista que crece día a día, ella está dentro del proyecto que crece cada día y es un placer trabajar con ella.

Me gusta jugar con la cerámica en mi obra, desde no hace mucho, alrededor de ocho años, utilizo la cerámica en mi obra. Por ejemplo, en estos momentos tengo expuestas en Nueva York piezas que tienen cerámica.

¿Se expondrá en forma conjunta la Historia de un día de Brizuela y la tuya?

Sería maravilloso concretar ese sueño.