"¡Peeeerooo! ¡El revuelo que genera una foto!", exclama y ríe Leonardo Caruana ante la enésima requisitoria de la prensa luego de que circulara en redes sociales su encuentro con el concejal de Ciudad Futura Juan Monteverde, precandidato a intendente en acuerdo con el Frente de Todos. El secretario de Salud en la gestión de Pablo Javkin ratificó esta semana su disenso respecto del armado político que hilvana el intendente y el Partido Socialista de donde proviene en la arena política. Él remarca que su origen es el trabajo militante en la salud pública, y que su arribo al socialismo vino a partir de acudir al llamado de Hermes Binner y de identificarse con la construcción del modelo de salud pública que hizo de Rosario fama internacional. Pero ahora Caruana experimenta el desencanto que le causa la decisión de la conducción del PS en integrar el llamado "frente de frentes" con Juntos por el Cambio. Lo considera "una decisión pragmática, de corto plazo, y le hace perder fuerza, prescindir de la identidad y los valores que lo trajeron hasta aquí". Por eso la foto con Monteverde aunque –aclara– eso no implica sí o sí que habrá candidatura para él este año. Tal vez sí, tal vez no. Pero como casi nadie se ha lanzado todavía, ¿por qué habría de hacerlo él?

"Yo vengo generando conversaciones con varios referentes, ex ministros de los gobiernos de Hermes, del socialismo, me reuní con Chiqui González, con Claudia Balagué. Juan (Monteverde) me pidió una reunión y digo '¿por qué no tener un espacio de trabajo?' Tengo una relación con los chicos de Ciudad Futura, los conozco particularmente desde cuando el centro de salud era centro de evacuados en Nuevo Alberdi e íbamos con los equipos y pasábamos la noche allí. Juan estaba ahí, el padre Daniel Siñeriz... Por qué no compartir distintas miradas sobre los problemas de la ciudad", explicó Caruana a propósito de la foto.

Cabe apuntar que luego de ese mensaje gráfico, el concejal de Ciudad Futura tuvo una escena similar con la diputada Lucila De Ponti, del Frente de Todos desde el Movimiento Evita. Ambas fotografías denotan el armado político con el que Monteverde proyecta disputar este año la intendencia de Rosario (ver aparte).

En diálogo con Rosario/12, Caruana aclaró: "Tengo diferencias y se las planteé, por ejemplo la construcción que están haciendo dentro del Frente de Todos. Yo sigo siendo crítico del gobierno de (Omar) Perotti por el desmoronamiento que hizo de las políticas sociales y educativas que construyó el Frente Progresista. Esta foto, entonces, es parte de la clave de época que transitamos: hay mucho más de fotos que de construcción teórica y de programas para poder abordar los problemas complejos de la ciudad".

Le quitó así significado electoral inmediato a la famosa foto.  "Hace más efervescencia eso, con lo cual debería ser normal que me siente a charlar con un concejal, y mientras se naturaliza el impacto de los niños baleados internados en el Hospital Vilela".

—¿Significa que no ocuparás ningún cargo electivo en el armado de Ciudad Futura?

—No estuvimos discutiendo eso. Sí su posicionamiento, su lugar en relación a lo que vienen construyendo. Son conversaciones. Planteé claramente que no estaré dentro del frente de frentes. Mi aporte en las últimas cuatro intendencias del Frente Progresista llegó hasta acá, pero tampoco implica que ahora estoy dentro del Frente de Todos. No. Estoy dialogando sobre la posibilidad de una tercera construcción alternativa, un tercer espacio que aglutine quizás no en el corto plazo pero sí en el mediano. Con Monteverde no discutimos nombres ni listas. 

—¿Eso significa que no habrá 2023 para vos?

—Quizás pueda darse si se consolida un tercer espacio definido. Sí me interesa el qué y para qué: una propuesta cuya matriz ideológica sea disminuir la brecha social, la  desigualdad. También he charlado con Fuerza del Territorio, con Bases, otros partidos de centroizquierda que hoy no están en el Frente de Todos ni en el frente de frentes. El lugar, tal vez pueda ser un lugar legislativo o no, pero en una tercera opción. Son conversaciones. Ellos hacen un planteo de postulación a intendente y es una propuesta que se discutirá, pero no cerramos absolutamente nada".  

—Y mientras tanto, seguís en la gestión Javkin.

—Él tuvo el gesto político de darle continuidad a los equipos y a mí como secretario de Salud. Fui y soy colaborador dentro de lo que fue una elección del Frente Progresista, y transitaremos estos meses hasta donde se defina. Tengo diálogo con Pablo, él ya ha dicho que incluso el pluralismo es necesario. Además, le valoro el compromiso de haber sostenido el presupuesto en cuanto a inversión en salud. Pero él me conoce desde que era médico de centro de salud, sabe que mi límite es la matriz de Cambiemos. Siempre fui crítico de políticas que desdibujan la presencia del Estado, y creo que en el armado del frente de frentes eso será lo hegemónico.

—¿Por lo tanto, rompés con el socialismo?

—No estoy afiliado, pero siempre trabajé desde un centro de salud. Me convocó Hermes y y me siento identificado con los valores socialistas. Solo que uno de los sectores del partido no me convoca a dialogar. Con el resto sí me reconozco en la misma construcción. Y Juan (Monteverde) rescata esa parte de las políticas del Frente Progresista. Yo sigo dialogando con la militancia socialista. El camino es posible y quizas en el mediano plazo se pueda retomar esa construcción. 

—¿Y si quedás afuera de cualquier armado?

—Hasta que asumí la Secretaria de Salud era jefe de guardia del Hospital Provincial, trabajaba en un centro de salud, trabajo en políticas sanitarias, docencia. Nunca tomé atajos a lo largo de 30 años; si hubiera querido tomarlos hubiera hecho un pasito más corto en el Ejecutivo y después a otra cosa, pero no soy así. Elijo lugares en función de poder transformar, disminuir la brecha social. El discurso neoliberal se termina cuando no había anticonceptivos, ni vacunas, ni remedios. Todo lo contrario a lo que planteaba Hermes, Miguel, Mónica, ampliar derechos, no recortarlos.

—¿Por lo que decís, la decisión del PS ha sido tomar un atajo?

—Creo que es una decisión pragmática en este contexto, que busca un camino en el corto plazo y pierde fuerza porque prescinde de la identidad y de los valores. Pero quienes toman esta decisión tienen mucho recorrido y lo respeto, pero yo también lo tengo y el respeto tiene que ser mutuo. Entiendo que en otras coyunturas donde la conducción era fuerte, de grandes liderazgos como con Hermes, Miguel (Lifschitz) o Antonio (Bonfatti), fuera distinto. La construcción puede ser amplia, pero cuando antes se discute un proyecto. En el frente de frentes no hay un programa discutido previamente. Hoy se van a sentar esos sectores  a construir con matrices ideológicas contrapuestas, y es muy difícil.