Los principales referentes de Cambiemos salieron ayer a cuestionar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Si bien en el oficialismo insisten en que no hay intenciones de polarizar con la ex mandataria, lo cierto es que diversos pesos pesados del espacio le dedicaron párrafos en sus declaraciones públicas. “Cuando te pones el jean o el poncho porque crees que te va a dar votos, se nota”, sostuvo la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, figura central de la campaña en ese distrito. “Hay algunos candidatos más concentrados en pensar cómo se proyectan para ser presidentes en el 2019”, se sumó la candidata Gladys González. La cabeza de lista en la Ciudad del oficialismo, Elisa Carrió, remató con que “le da pena” la ex presidenta. 

Diversos integrantes de la campaña sostuvieron a este diario que no hubo una intención unificada de concentrar el fuego en CFK, sino que se dio en diversos reportajes de los referentes del espacio. El propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, negó ayer que exista una táctica de polarizar en provincia de Buenos Aires con la ex mandataria. “Nunca existió ese deseo de polarización. Lo que pasa es que algunos creían que no hablando más de Cristina iba a desaparecer el apoyo que podía tener. Nosotros creemos que el apoyo a los dirigentes es una decisión de los ciudadanos, no de los dirigentes. La polarización surgía más de abajo para arriba que otra cosa”, sostuvo Peña, quien optó por ningunear las posibilidades electorales de la ex presidenta: “Representa a una minoría muy concentrada geográficamente, que junto a sus intendentes y dirigentes revalida una forma de ver Argentina y la política que hace tan solo algunos años era la ultra mayoría del país”. 

No obstante, CFK es uno de los puntos centrales de la preocupación oficial. Las encuestas sobre la provincia circulan como el agua por una cascada. A partir de allí, los macristas transmiten mensajes contradictorios: algunos dicen que hay empate, otros aseguran que están “algunos puntos arriba” de la ex mandataria y otros admiten que están abajo, aunque por poco. 

Sea como fuere, esa preocupación cobró forma en los cuestionamientos que concentró CFK por parte de distintos referentes del oficialismo. Vidal, sin ir más lejos, la cuestionó por la imagen que dio en sus últimas apariciones de campaña. “Yo soy de las que creen que en la vida y en la política uno tiene que ser la misma persona y que los personajes no sirven, porque no se sostienen”, aseguró. “Cuando vos te ponés el jean o el poncho porque creés que te va a dar votos, se nota. Cuando vos hablás en un tono que no es el tuyo; esto es como si yo mañana me pusiera a gritar y a pelear con toda la política”, afirmó la gobernadora. “Todo lo que sea disfraz, no sirve”, la cuestionó.

En tanto, la precandidata a senadora de Cambiemos Gladys González afirmó que hay “algunos más concentrados en si van a conducir su partido político” y “más concentrados en pensar cómo se proyectan para ser presidentes en el 2019”. Por su parte, Elisa Carrió consideró que CFK “le da pena”. “Me da pena la situación en la que terminó, la familia , la soledad. Podés ser muy rico, haberte robado un país, pero... No es una elección buena de vida buscar el poder, afectó a sus hijos”, sostuvo la candidata a diputada del oficialismo en la Ciudad. “Yo ya me desocupé de la Tierra; hago puntos para el Cielo, y eso es servir”, consideró. También afirmó que CFK no tiene votos, porque no lo ve “ni en la calle ni en las villas”. “Para mí Cristina, como dice Schiaretti, “no existe”, es como Menem –completó Carrió–. ¿Te acordás el miedo a Menem en 2003? Es igual”.