Comerciantes del centro de Puerto Argentino, capital de las Islas Malvinas, colocan en las ventanas de sus negocios carteles con mensajes que reflejan cómo reciben a las y los argentinos que visitan las islas. El creador de contenido Mauro Albarracin compartió su experiencia de viaje con sus seguirores y mostró en sus redes sociales "uno de los tantos mensajes de los Isleños para nosotros".

El cartel registrado por Albarracin, quien viajó a las islas días atrás para cumplir un sueño personal, está dirigido "A la nación Argentina y su gente". El texto, escrito a mano y pegado en una ventana del negocio, dice "serán bienvenidos en nuestro país siempre y cuando renuncien al reclamo de soberanía y acepten  el derecho a la autodeterminación" de los pueblos.

Si bien el creador de contenidos subió un video de este mensaje en particular, afirmó que no es el único que se puede ver en las Islas. "Hay un montón por toda la ciudad", agregó.

En su cuenta de Instagram, el joven publicó también una foto de un cuadro exhibido en un bar de Puerto Argentino, que reivindica a Margaret Thatcher y ridiculiza a los soldados argentinos.


Guerra de Malvinas: cuándo empezó el conflicto y qué paso

El 2 de abril de 1982 se inició una de las guerras más injustas de la historia argentina, cuando el país estaba comandado por Leopoldo Fortunato Galtieri, miembro de la Junta Militar. Se trata de la guerra de Malvinas, que dejó un saldo de más de mil muertes, además de efectos económicos, sociales y diplomáticos.

El conflicto, de la misma manera que el Mundial de 1978, fue utilizado para encubrir lo que ocurría en aquellos años: desapariciones forzadas, centros clandestinos de detención y tortura, robo de bebés, entre otros horrores en manos del propio Gobierno que había asumido el 24 de marzo de 1976 a través de un Golpe de Estado. Fue el último manotazo cuando la dictadura cívico-militar ya se estaba terminando de desplomar.

El frente de batalla argentino estaba colmado de jóvenes de apenas 18, 19 y 20 años (en su mayoría) con una instrucción muy mínima para enfrentar la situación y sin el equipamiento necesario, cosas que dejaba al Ejército Argentino en una postura inferior al británico.

Los medios de comunicación, maniobrados por el Gobierno, informaban en aquellos momentos que la Argentina estaba ganando la guerra y parte de la sociedad salía a las plazas del país a festejarlo.

El 14 de junio de 1982, Argentina se rindió y notificó el fin de la guerra con la muerte de 649 soldados. Se sumaron al menos otros 450 que se suicidaron por las secuelas psicológicas y físicas. Durante años no hubo ningún reconocimiento, amparo o beneficio para los veteranos; muchos incluso perdieron todo al volver.


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