La perspectiva histórica se transforma y el teatro acompaña. Y en ese marco es que se encuadra el estreno de Mariquita, la verdadera revolución, una pieza que echa luz sobre aspectos desconocidos de la vida de Mariquita Sánchez de Thompson. Con dramaturgia de Nora Inés Schiavoni, dirección de Marcela Grasso y las actuaciones de Bernardita Orengo y Susana Giannone, la puesta se presenta los sábados, a las 18.30, en la Sala Nün (Juan Ramírez de Velazco 419).

La escena muestra a una Mariquita joven y desesperada. Con sólo 14 años, su padre y su madre buscan casarla con un hombre mucho mayor que ella. Lo habitual a principios del Siglo XIX. “Una no es dueña de sí misma, ni de sus propias elecciones. Primero obedece al padre y después al marido”, reflexiona en voz alta. Pero ella, con otros planes en mente, que involucran a su enamorado Martín Thompson, patea el tablero y desafía al mandato paterno. Surgida a partir de una serie de cuentos escritos por Schiavoni sobre referentes argentinas, la obra propone una mirada alternativa e invita a la reflexión individual y colectiva.

“A Mariquita se la conoce como la mujer que hacía tertulias en su casa, el lugar en el que se cantó por primera vez el himno nacional. Pero no se sabe que gracias a que ella se opuso a casarse se realizó el primer juicio de disenso del país”, destaca la directora Marcela Grasso, quien pone el foco en la importancia de darle centralidad y protagonismo a quienes la historia oficial relegó a un papel accesorio.

Precisamente, ese fue el motor que la impulsó a ponerse al frente del proyecto. “Cuando la autora me presentó el material, la propuesta me interpeló muchísimo y no me pude resistir. Es un texto precioso, y las dos actrices son una joyita. Queremos mostrar un poco más sobre la historia que no nos contaron en los libros, y reivindicar a mujeres como Mariquita; que se conozca lo que hicieron, y que se indague en estas biografías que no aparecen en los manuales escolares. No es una obra donde damos mucha información, pero lo que contamos actúa como disparador para que los espectadores sigan investigando”.

A pesar de los avances de derechos, según advierte la directora, la temática que aborda la puesta sigue vigente para algunas niñas y adolescentes que aún hoy son empujadas al casamiento y a la maternidad. “Esto sigue pasando en otras partes del mundo. Es tremendo pensar que hay mujeres que viven de esa manera. Por eso, este texto es nuestro granito de arena para recordar de dónde vienen muchos de los derechos de los cuales gozamos, y para no olvidar a las pioneras que trabajaron para que eso fuera posible. Mariquita fue una de las primeras feministas. Fue una influencer de la época”.

La potencia de las artes escénicas es una herramienta fundamental en el proceso de la divulgación del pasado con una perspectiva de género. Y es por eso que Grasso continúa trabajando activamente junto con Schiavoni para llevar a las tablas proyectos biodramáticos sobre otras figuras como la de Julieta Lanteri, médica argentina y precursora del movimiento feminista en la Argentina. “No fue casual que se silenciara el rol de estas mujeres”, afirma. “Por suerte, hemos avanzado y, aunque nos queda mucho camino por recorrer, hoy estamos paradas de otra manera, y esta obra es parte de esa lucha para conservar el lugar que tenemos. Existen actualmente en cartel varios títulos como el nuestro en los cuales se reivindican las biografías de mujeres importantes. Y el público lo celebra y sale emocionado, con ganas de seguir conociendo más sobre estas vidas que nos han ocultado”.