La decisión de Tecpetrol de despedir al menos a 249 trabajadores que se desempeñan en el yacimiento El Tordillo, de Chubut, podría derivar en un conflicto generalizado a todo el sector a partir de este viernes, según anticiparon dirigentes del gremio petrolero provincial. Como forma de resistencia, los trabajadores ocuparon el yacimiento “para seguir cumpliendo tareas de producción normalmente y preservar las máquinas y las instalaciones” desde la tarde del lunes. El plenario de delegados abrió un compás de espera hasta el viernes, para esperar la definición de otro conflicto que se desarrolla en paralelo, por 206 despidos en la empresa de servicios San Antonio, cuya conciliación vence mañana, jueves. Si no hay solución, el viernes podría desatarse un conflicto con alcance a todo el sector.

 Los despidos afectan, en principio, a 249 trabajadores de empresas contratistas de Tecpetrol que prestan servicio en El Tordillo, área concesionada a la empresa del grupo Techint hasta el año 2047. Según relató a una radio de Comodoro Rivadavia el dirigente petrolero Carlos Gómez –que es, además, diputado provincial–, Tecpetrol “le ordenó a sus contratistas remitir los telegramas recién después del mediodía del lunes, para que los trabajadores fueran notificados después de finalizada su jornada y el martes ya no pudieran ingresar a su trabajo; pero varios de nuestros compañeros recibieron la notificación verbal el mismo lunes, ante lo cual se tomó la decisión de permanecer desde esa noche en las instalaciones para garantizar la producción y preservar máquinas y vehículos asignados a la actividad”. Mientras esto sucedía, empezaron a llegar los telegramas. 

 “Es una provocación de Tecpetrol; todos saben que este jueves vence la conciliación obligatoria de (la empresa de servicios petroleros) San Antonio por los 206 telegramas remitidos hace más de 30 días, y quisieron aprovechar la situación para jugar a fondo. Hoy (por ayer) podríamos haber cortado la ruta, movilizarnos, pero el plenario de delegados eligió no dividir el conflicto y esperar la resolución de los despidos de San Antonio, e intimar a Tecpetrol a retrotraer los despidos antes de 72 horas. Si no hay solución, el viernes el conflicto se generaliza, y va a perjudicar a todas las operadoras, incluso las que están haciendo grandes esfuerzos por continuar con la producción. Hacemos responsable de la situación a Tecpetrol, y a las autoridades provinciales que deberían estar defendiendo los puestos de trabajo en vez de echar más nafta al fuego, como es el caso de algún ministro”. La alusión era por Sergio Bohe, ministro de Hidrocarburos del gobierno de Mario Das Neves, que el lunes había minimizado el conflicto poniendo en duda los despidos en Tecpetrol que empezaba a denunciar el gremio. Tras estas advertencias,  la Secretaría de Trabajo de Chubut intimó a que las empresas informen sobre los despidos y prometió tomar alguna acción en caso de que se confirmasen. 

El conflicto en toda la zona petrolera patagónica ha tenido manifestaciones diversas desde principios de 2016, cuando el ministerio de Energía de la Nación desistió de la política de autoabastecimiento petrolero. En Santa Cruz prácticamente se paralizaron todas las inversiones. En Chubut, hubo empresas que intentaron mantener la actividad, aunque con recortes, mientras otras, como Sinopec o Sipetrol, abandonaron la operación de yacimientos, que en algún caso fue retomada por otras empresas. Tecpetrol redujo notablemente su actividad y la decisión de esta semana, que afecta a casi un tercio de los trabajadores que se desempeñan en El Tordillo (hasta ahora, eran aproximadamente 800), indica que sigue en el mismo camino. La empresa del grupo Techint argumenta que, si no se desprende de estos 250 trabajadores, la operación es económicamente inviable. Pero no mostró los números ni aceptó discutir otras alternativas con el gremio. El viernes, su actitud puede llevar a Chubut a un conflicto generalizado.