Es increíble si uno se aleja un poco. Es bizarro, digno de una serie mucho más retorcida que Borgen.

Es increíble que Bullrich y todos los demás JxC, pero sobre todo ella, siga montada al caballito de la inseguridad y que en dos semanas absolutamente todo el mundo mediático desplegara interminables coberturas de delitos graves, menos graves y absurdos, como un video bastante largo de una mechera de tercera edad robándose un batón. No es que la crisis que atravesamos no incluya una evidente avanzada de delitos violentos, ni que a los crímenes haya que restarles un gramo de importancia. Pero la sobreinformación genera climas y oculta otra agenda, siempre.

Durante la gestión de Bullrich en el Ministerio del área el delito aumentó y le sumó la violencia institucional, que ya parece una frase hecha pero que significa que las fuerzas de seguridad a su mando cometieron hechos ilícitos y delictivos bajo órdenes políticas. Una Miss Argentina era empleada jerárquica del ministerio de Bullrich. La que habla de "equipos de trabajo". Su subordinado parecía tener más expertise en siliconas que en seguridad. Su jefe ahora habla de dinamitarlo todo. Le faltó explicar cómo se combina seguridad con dinamita.

¿Quién en este país cree que Santiago Maldonado se ahogó? Debe haber, debe haber mucha gente que lo cree, pero nunca si no son del Pro o no están abducidos por el dispositivo macrista de medios, que son el 99 por ciento. Pero la evidencia, la información sobre pericias alteradas, los testimonios, la lógica y hasta Florencia Arieto nos hacen saber que esa mujer encuentra en la violencia una liberación catártica que usa como promoción de su imagen. Es increíble que tanta gente quiera violencia. Como si nuestras generaciones mayores pero vivas no hubieran pasado su juventud y su adultez padeciendo la oscuridad de la violencia. Como si hubiese fallado la transmisión generacional no de los bandos, eso no importa, sino de la pérdida de todos de la vida en paz.

Uno no sale indemne, nadie sale indemne de un país en el que en centros clandestinos de detención se tortura en los genitales a los secuestrados, o se viola a las secuestradas, o se tortura a padres delante de hijos o viceversa. Aunque uno lleve su vida personal a distancia, aunque uno se dedique a cualquier cosa, se huele sangre, se choca con el dolor a cada paso, se respira terror, se infecta el aire. Se dinamita la tranquilidad.

Memoria, verdad y justicia no fueros tres palabras con las que cualquiera está de acuerdo, las tres palabras juntas son el emblema por el esclarecimiento judicial de los miles de delitos de lesa humanidad que perpetraron los que hoy beneficia y libera el poder judicial macrista. Macri siempre fue un defensor de genocidas y se rodeó de pares, o en su caso súbditos, que se plegaron a la misma defensa oprobiosa de esos criminales abyectos. ¿Adhieren al terrorismo de Estado, lo tienen en mente? Claro, y por los mismos motivos que Martínez de Hoz, Blaquier y esos delincuentes que son sus banderas “de honor” adhirieron, promovieron y facilitaron el terrorismo de Estado: para hacer plata.

Es increíble que la memoria de 44 víctimas de un error jamás investigado se haya disuelto porque ningún medio le dio la relevancia que tuvo la desaparición del Ara San Juan. Es increíble que esas madres y esos padres no hayan conmovido a nuestra “opinión pública”. Nada que no conmueva a los medios la conmueve. Cuando se conmueve el pueblo es otra cosa. No necesita Clarín: el pueblo sabe hace mucho que nos mean y Clarín dice que llueve.

Es increíble que Larreta, que fue a saludar y se sacó fotos al lado de las bolsas mortuorias con los fachos de las guillotinas a los que la familia Caputo financiaba, ahora sea como dice Macri “un parricida”. Es increíble que se confundan lobbies y egos con la misión preestablecida que tienen todos y todas ellas: cumplir el sueño del preperonismo, del país con trabajadores en su primera evolución de esclavos a trabajadores. Y eso lo harían Bullrich o Larreta.

En este país hay mafia y hay mafiosos, pero la parte mediática del dispositivo es la máxima responsable de que haya un sector de la sociedad que, como decía la periodista española Cristina Fallarás aludiendo a los sectores franquistas, “está dispuesta a hacer un pacto con el crimen”.

A Florencia Kirchner la vienen atacando desde que era una púber. La acusaron de integrar una asociación ilícita a los 15 años. La hicieron testigo del intento de demolición y del intento de asesinato de su madre, después de haber perdido a su padre muy joven. Y así y todo, ¿qué pasó esta vez que está tan claro que se trató de un acto de crueldad insoportable? Pasó que estamos dando un vuelco de conciencia y que los monstruos que ellos alimentaron pueden dar el zarpazo, y sería terminal. Hay gente que detesta al kirchnerismo pero igual pudo ver en esa nota de esas dos nadadoras en bilis un espectáculo insoportable de crueldad.

 

Lo que es verdaderamente increíble es que los hayamos dejado llegar hasta acá, cuando ya hay tantos cerebros funcionando a tracción del odio que inyectan presuntos periodistas que tienen cuentas off shore. Lo que es verdaderamente increíble es que haya habido tanta tolerancia con estos canallas. No somos monjes tibetanos ni socialdemócratas postcaída del muro que solo sirvieron para darle una cara presentable a la nueva fase del saqueo, que esta vez anuncia sangre.