En las últimas semanas, diferentes casos de violencias han ocupado los principales titulares en los medios de comunicación y generado mucho debate en diferentes espacios sobre el origen y la reproducción de las violencias que ejercen los varones hacia infancias, mujeres y disidencias. Desde el colectivo “Masculinidades Críticas” del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento venimos estudiando cómo se configuran y se sostienen las violencias patriarcales y reflexionando sobre qué podemos hacer frente a ellas.

Las políticas educativas ocupan un rol central. En ese sentido, venimos desarrollando desde 2021 el primer curso de formación continua en una universidad pública nacional sobre “Masculinidades Críticas, un abordaje desde el Territorio”, que dialoga con las políticas que viene llevando adelante el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires desde la creación, en 2019, de la primera Dirección de Promoción de Masculinidades para la Igualdad de Género. Ambas iniciativas han sido punta de lanza en la región al incorporar entre sus propuestas la construcción crítica, plural y diversa de las masculinidades para la prevención y erradicación de violencias por motivos de género.

En el marco de la tercera edición del curso, el Director Provincial de Promoción para las Masculinidades Ariel Sanchez disertó sobre la necesidad de comprender que la masculinidad se configura a partir de las relaciones de poder que se construyen, en y desde el territorio, en diferentes planos: en lo subjetivo, dentro de los grupos familiares, entre las relaciones de pares y en los contextos de proximidad como el barrio. En efecto, las prácticas de dominación masculina se despliegan en los territorios de diferentes maneras, mediante su expresión performativa en las actividades productivas, en los hábitos cotidianos o en la demarcación de los espacios de encuentros con otros varones.

La Dirección de Promoción de Masculinidades para la Igualdad de Género de la Provincia informa sobre algunas de las metas alcanzadas en sus principales líneas de acción durante 2022: 2.654 referentes/as responsables capacitados de programas locales; 250 personas capacitadas en el marco del Programa de promotoras/es en masculinidades para la igualdad, y avances en el fortalecimiento y la asistencia a los dispositivos de trabajo con varones que ejercen violencias, con más de 50 dispositivos capacitados, con la creación de 30 dispositivos nuevos y con la puesta en marcha de la línea telefónica “Hablemos”, destinada a la primera escucha para la atención de varones que ejercen violencia.

Desde la Universidad subrayamos la necesidad de hacer foco en el rol de los varones cisexuales y heterosexuales en las violencias machistas por motivos de género, en las que se incluyen también las intra-masculinas (competencia entre varones), que son hoy un emergente que no puede ser ajeno a la formación universitaria. Por ello, resulta clave que los espacios de reflexión y formación en masculinidades sean pensados desde un fuerte reposicionamiento epistemológico y que recuperen las pedagogías transfeministas, queer y de la educación popular. Nuestra propuesta fue conformar un equipo de docentes con diferentes experiencias y trayectorias biográficas en torno a la masculinidad, un abordaje pedagógico que vaya más allá del punitivismo como única respuesta reparadora hacia las víctimas y la sociedad, que aloje en el aula la posibilidad del propio cuerpo y las vivencias personales para que tanto los estudiantes como el equipo docente se involucren sin señalamientos para trabajar a partir de nuestras propias experiencias con la masculinidad, asumiendo nuestras contradicciones y sabiendo que esto no suceden sin tensiones ni incomodidades.

Las preguntas que nos guían en el abordaje pedagógico nos parecen clave, puesto que ayudan a problematizar las violencias y los privilegios de varones que tienen en su base relaciones de género: ¿Cómo se construye la masculinidad? ¿Hay un solo modo de ser varón? ¿Por qué los varones se resisten a los cambios? ¿Cuáles son los miedos y los riesgos frente a los avances de los feminismos? ¿Cómo podemos cambiar nuestras prácticas que producen violencias cotidianas y qué relación tienen con las violencias extremas? ¿Cuáles son las responsabilidades de los varones en los cuidados? ¿Cómo entender e intervenir sobre la violencia de género? ¿Cómo es la experiencia de las masculinidades disidentes? ¿Qué rol tenemos los varones y masculinidades en las luchas feministas? ¿Cómo hacer para construir relaciones más justas y equitativas? Las respuestas que surgieron se cristalizaron en proyectos finales del curso con una gran potencia, con propuestas para redefinir los lazos comunitarios y las relaciones de género que los conforman.

Esos proyectos se orientaban a trabajar con varones en la recuperación de adicciones, el autocuidado de la salud, el mandato de amor romántico, el mandato de paternidad, el deporte y la violencia. En paralelo, buscaban fortalecer lazos entre masculinidades disidentes. Los proyectos giran principalmente alrededor de la sexualidad, el goce, los afectos, la salud, el deporte y la corresponsabilidad en las tareas de cuidado. La riqueza de las construcciones colectivas de conocimientos como las que hacen posibles estas experiencias formativas, junto al fortalecimiento de las redes de trabajo territorial en las que se entrelazan la experiencia y los conceptos, y que recuperan y fortalecen las políticas de gobierno locales y las acciones del gobierno provincial, permiten avanzar hacia la construcción de relaciones menos violentas de varones y masculinidades con sus entornos.

Ante la demanda social de responder a la urgencia actual frente a la desigualdad y las violencias hacia mujeres y diversidades, los varones y masculinidades debemos responsabilizarnos y comprometernos en un rol activo para construir una sociedad más igualitaria y sin violencias por motivos de géneros. El compromiso por una educación superior de calidad y por políticas de gobierno que promuevan el diálogo y la reflexión entre varones, más los espacios de producción con perspectiva de géneros, sin posiciones punitivistas, que promuevan la horizontalidad en los vínculos y la empatía como eje, son algunas claves para trabajar con los varones para aportar al cambio social que hoy la sociedad nos demanda.

* Universidad Nacional de General Sarmiento