La imagen muestra a un adolescente de espaldas frente a la góndola de un supermercado. Lleva una pechera con la leyenda "Realizando una experiencia de aprendizaje en Carrefour". Su "experiencia de aprendizaje" es trabajar como repositor. La foto se viralizó en las redes sociales, donde llovieron los cuestionamientos a la empresa y al gobierno porteño por la utilización de mano de obra gratuita. A las críticas se sumó el gremio docente UTE-Ctera.

"Estas prácticas laborales violan los convenios de la OIT, viola la ley de convenio colectivo de trabajo, viola la ley de contrato de trabajo y es la forma en que el gobierno de la Ciudad entiende a los trabajadores: como piezas descartables en la maquinaria económica", resaltó el secretario adjunto de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Parodi.

El gremialista manifestó el rechazo del sindicato a las prácticas laborares en empresas privadas que el Gobierno porteño impuso a estudiantes de escuelas secundarias públicas y las consideró "un trabajo flexibilizado".

Parodi confirmó el hecho difundido en las redes y aseguró que los estudiantes "están trabajando y haciendo pasantías en la empresa Carrefour".

El gremialista confirmó que quien aparece en esa imagen es un alumno de la escuela Gabriela Mistral de Caballito y señaló que el gremio tiene conocimiento de otros cinco estudiantes del mismo establecimiento educativo que trabajan cuatro horas en el supermercado de la cadena francesa ubicado en Córdoba y Montevideo, en el barrio de Recoleta.

Ayer al mediodía, seis estudiantes de esa institución se encontraban realizando tareas en esa sede de Carrefour.

La escuela "no tiene que formar para ser repositor de un supermercado" consideró Parodi, al destacar que la aproximación al mundo del trabajo "tiene que ver con, entre otras cosas, poder apropiarse de los derechos de los trabajadores". Este tipo de práctica laboral de estudiantes "representa una nueva transferencia de ingresos desde el sector educativo hacia el sector privado, hacia el sector empresarial".

Las prácticas laborales obligatorias para alumnos de escuelas secundarias empezaron a funcionar el año pasado con fuertes críticas por parte de los gremios docentes y centros de estudiantes y se convirtieron en uno de los ejes que más tarde impulsaron las tomas en los establecimientos educativos.

En ese momento, la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, argumentó que desde 2017, con el programa Secundarias del Futuro, "estábamos convencidos de que los chicos y chicas debían tener un primer acercamiento al mundo laboral antes de terminar la escuela. Hoy, además sabemos que es fundamental para completar las trayectorias educativas de los estudiantes".

En este sentido, Parodi manifestó que UTE-Ctera entiende que las prácticas laborales "pueden llegar a ser una buena herramienta" pero rechazó la idea de que los estudiantes "pasen a ser mano de obra barata de los empresarios". "Para poder verdaderamente tener prácticas laborales que les sirvan a los estudiantes, ellos deben ser protagonistas, tienen que ser parte de las decisiones", postuló el referente gremial. Y añadió que, "por sobre todas las cosas", esto se tiene que hacer "con más inversión educativa y no con una nueva transferencia de ingresos en esta baja del presupuesto, ahora hacia del sector privado".