En la frontera

Con el otoño avanzado, arrancan las mañanas y tardes frías, de esas en las que dan ganas de sostener entre las manos un buen café con leche para reconfortar el alma y el paladar. Pero que sea un café de calidad, alejado de esos torrados con azúcar o elaborados en máquinas descuidadas. En medio de la proliferación de cafeterías de especialidad que surgieron en la ciudad porteña en los últimos años, una novedad bienvenida es Darien, con un local ubicado en un extremo de Villa Crespo, casi en el límite con Caballito, en medio de un pequeño polo gastronómico en ciernes.

Ubicada sobre la avenida Honorio Pueyrredón, los vecinos comenzaron a hacerse habitué de esta cafetería que abrió con una buena oferta de platos dulces y salados, variedad de espressos y cafés filtrados de Puerto Blest (desde $380 los calientes, y desde $750 los fríos incluyendo Cold Brew y Coffee Tonic), todo en un lindo espacio pensado para disfrutar durante todo el día. La carta suma té en hebras; infusión de frutas de estación y chocolate de palma (desde $650) y una sección a la que llaman Chanchadas, que incluye por ejemplo el café bombón, el vietnamita y el latte caramelo.

Uno de los puntos fuertes de Darien es su horario de apertura: mientras que muchas cafeterías de especialidad recién arrancan a media mañana, aquí abren desde bien temprano. Hay mesas sobre la avenida que aprovechan la vereda extra ancha y cuentan con un salón no muy grande pero cómodo para sentarse con la computadora y trabajar en alguna de las mesas o en la barra frente al ventanal.

La carta es corta: hay arepas con queso, miel y nueces, un plato rico y original; y las cookies con chips de chocolate son una bomba golosa. Entre los platos salados, destacan los huevos revueltos, el sándwich de blend de quesos en pan brioche y el tostado capresse en pan de masa madre. También hay croissants, rolls de canela, scons y palmeritas. Durante el día ponen buena música a un volumen razonable, permitiendo la charla sin necesidad de alzar la voz.

En esa frontera entre barrios, Darien es una novedad que llegó para quedarse.

Darien queda en Honorio Pueyrredón 1534. Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 20 (martes cerrado); sábados y domingos de 9.30 a 20. Instagram: @dariencafe.

El rincón italiano

Lucía Bo sabe de hospitalidad: desde hace años trabaja en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad porteña, donde está a cargo del marketing y ventas; pero aun así se hizo el tiempo para armar un espacio propio, mucho más íntimo y personal: ese espacio se llama Sicilia, una cafetería ubicada en una tranquila esquina de Villa Crespo.

Sicilia nació hace un año, bajo la inspiración de un viaje que Lucía había hecho antes por el sur de Italia, con esos ricos desayunos diarios disfrutados en la paradisíaca isla del Mediterráneo. Si el clima acompaña, el sol inunda la vereda como compañero perfecto para las mañanas de otoño. Los más reticentes se refugian bajo las sombrillas o se sientan en las mesas del costado bajo la media sombra que da una palmera. Como buen lugar pet friendly, los perros también tienen su espacio para echarse y tomar agua.

El desayuno y la merienda marcan el fuerte del lugar, aunque pronto prometen que sumarán propuestas de quesos y vinos de bodegas boutique para la tarde. La calidad es el objetivo de Sicilia: por eso utilizan tés de Tealosophy y un blend de café tostado por Cuervo, que es aromático, suave y de baja acidez. Para acompañar, una de las estrellas del menú es la torta de polenta y naranjas que prepara Lucía con sus propias manos (y que tiene el plus de ser gluten free).

En Sicilia todo se hace en el día; con el correr de la tarde, en especial los fines de semana, la vitrina de dulces va mermando rápido: lo primero que se acaba son los rolls de pistacho y los nuditos de almíbar de naranja (desde $560). Del costado salado, se puede optar por el sándwich de calabaza y brie; o el tramezzino de palta y tomate (desde $1500). También cuentan con un suculento brunch que incluye degustación de tostones, mini yogurt con frutas y granola casera, roll de pistachos o de portobellos, torta a elección, jugos e infusiones, todo a $5500 para dos personas.

Un lugar precioso, bien decorado, con objetos y detalles traídos de distintos viajes por el mundo. Un lugar donde sentarse al sol y olvidarse del mundo.

Sicilia queda en Luis Belaustegui 700. Horario de atención: miércoles a domingos de 10 a 20; martes de 14 a 20. Instagram: @siciliadecoecaffe.

A salto de canguro

El café de especialidad tiene su propia geografía, un mapamundi donde Australia es protagonista. Allí, en la mismísima ciudad de Sidney, está Surry Hills, un suburbio joven que desde hace años concentra a muchas de las mejores cafeterías del mundo. Fue en su honor que Surry Hills Coffee abrió en Buenos Aires, primero en Plaza Serrano, y ahora sumando una segunda sucursal, en el porteño barrio de Las Cañitas.

Con menos de un mes desde su apertura, el nuevo local ya es un éxito, manteniendo una fórmula que manejan a la perfección: un salón con una gran mesa comunal y varios enchufes para cargar computadoras y teléfonos, un clima tranquilo para los que se quieren instalar a trabajar, y un café rico y bien elaborado. El blend fue desarrollado junto a la tostadora Indigo Roasters, combinando cafés de Colombia, Brasil y Etiopía. A los clásicos espressos (mocaccino, flat white, latte) se les suma café filtrado, incluyendo una linda Moccamaster que produce café para una o dos tazas, desde $700. También tienen chai y otras variedades de té y de bebidas frías como kombucha y jugos prensados en frío (desde $750).

En Surrey Hills los sándwiches son cosa seria: frescos y de buen tamaño, hay opciones como el Tuna Brioche o el de Pastrami (desde $2500). También recuperan su tradición anglosajona con un Bacon&Egg Roll (huevos revueltos con panceta, queso americano, barbacoa de naranja y kale crocante en pan brioche) o un Eggs Benny, con espinaca, pull pork, huevos orgánicos y salsa holandesa, todo sobre una base de croissant. Otra buena idea entre los platos salados es el G´Day Brunch Plate, donde se pueden elegir tres raciones y dos tostadas de pan de masa madre, para armar el desayuno a gusto.

En Surry Hill las porciones son suculentas, con opciones que van del Chia Bowl con frutas, granola y miel ($1780) a una contundente French Toast de brioche con corazón de Nutella, quenelle de queso crema, frutas, miel y dukkah (una mezcla de frutos secos y semillas). La mejor manera de arrancar un día a pura potencia.

Surry Hills Coffee queda en Arévalo 2877. Horario de atención: todos los días de 9 a 20. Instagram: @surryhillsbuenosaires