En el marco del Encuentro Federal de la Red de Archivos que tuvo lugar en Chapadmalal, Guillermo Clarke, director del Archivo Provincial de la Memoria de la provincia de Buenos Aires, conversó con Buenos Aires/12 y señaló que el tema del negacionismo estuvo presente en las diferentes charlas del evento y que hay que revisar estrategias porque “A veces los esfuerzos no son suficientes, o los lenguajes nos son los adecuados, como cuando nos dicen que el voto joven puede estar inclinándose, por lo menos en las grandes metrópolis de la Argentina, hacia un voto negacionista, fascista, que incluye diputados que están en el congreso que han sido defensores de los genocidas”.

Clarke sostiene que el fenómeno ocurre por la fuerte concentración que tienen los medios de comunicación y que hace a la construcción de sentido, y también por la deuda que tiene la Justicia respecto a los responsables civiles de la última dictadura y del Terrorismo de Estado.

Acerca de la posibilidad de contar con leyes específicas para penalizar el negacionismo, como ocurre en Alemania, Francia, Suiza, Austria, Bélgica, España, Israel, entre otros países que prevén penas que van de los cinco a los diez años de prisión efectiva por negar crímenes o reivindicarlos, el funcionario se expresó a favor de la aplicación “de leyes que ya existen y pueden protegernos de la difamación, de lo ofensivo y de todo aquello que intente causar dolor". Añadió que "nosotros siempre creemos en la necesidad del debate, de la confrontación de ideas, en la politización y la discusión, en el tono que tenga que tener, para que no se estigmatice a las juventudes militantes, por ejemplo”, antes que en la penalización específica de los negacionistas. 

Agregó: “ellos pretenden una generación de consumistas, de personas sin empatía por el prójimo y con poco arraigo en la historia de su familia y de su patria. Para lo contrario hay muy poco, y una de esas cosas son las instituciones del Estado".

También recordó que el decreto 4161 de la autodenominada Revolución Libertadora en 1956 prohibió los nombres de Juan Domingo Perón y Eva Perón, “pero el pueblo igual los cantaba en la cancha. Dijo que "por eso no somos punitivistas, ni prohibicionistas, y cuando digo nosotros me refiero al colectivo social que busca la profundización de la democracia, la igualdad social, la unidad latinoamericana, la soberanía política y económica"

"Creemos que el pueblo debe expresarse libremente, y tiene que haber más ámbitos de debate político para que quede claro que la miseria que hoy atraviesa nuestro continente tiene que ver con políticas de Estado que vinieron de afuera, que impusieron regímenes liberales y que lo hicieron a sangre y fuego. De esto hablan los Archivos de la Memoria."

El ensayista Alejandro Kaufman advertía que el negacionismo no es una opinión si no un crimen que se comete con el consentimiento de la sociedad. En un trabajo publicado en 2022 por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación —que reunió la perspectiva de diversos autores sobre el tema— Kaufman también problematizaba la temporalidad del fenómeno: “Contra lo que pretende el negacionismo de exterminios y genocidios, sus inquisiciones no son sobre el pasado sino sobre el futuro, son diatribas contra los Nunca Más en procura de vulnerar las barreras levantadas contra la repetición (…) El negacionismo refiere al futuro y no al pasado porque no es posterior a los hechos, sino que los precede, solo que en su momento no fue advertido o no fue reconocido”. Además, el autor agregaba que no es forjar un olvido lo que se busca, “sino crear una realidad alterna en la cual ese colectivo social odiado, vilipendiado e inculpado nunca haya existido.”

Heredar la memoria

Un grupo de jóvenes que participó en el Encuentro Nacional de la Red de Archivos de la Memoria preguntó cómo se hace memoria y por qué es importante contar. 

Con el azul del mar y las barrancas de las playas del sur como telón de fondo, Francisco (23) y Joaquín (19), entrevistan a la gente en una cabina —semejante a un pequeño estudio de radio— montada en el patio de uno de los históricos hoteles sociales. Son dos de los integrantes del Taller Contarnos, dependiente del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. Además, ambos son militantes de Nietxs, la agrupación que reúne a nietos y nietas de las víctimas del Terrorismo de Estado. “Es importante dar a conocer estos archivos, la gente siempre recalca mucho lo valioso que es tener acceso a esta documentación, es una política de la Provincia que suma un montón a la lucha por la Verdad, la Memoria y la Justicia”, dice Joaquín, parado frente al cubículo en el que la gente va dejando sus historias. En el interior hay un par de sillas, micrófonos, auriculares y un grabador con el que registran las entrevistas. Es un mano a mano colaborativo para reconstruir la memoria colectiva. Los jóvenes preguntan y los entrevistados comparten sus miradas, y a veces anécdotas y relatos.

—¿Les tocó ser interpelados por algún negacionista?

—En este taller por suerte no —ríe nervioso Francisco— pero en otros sí. Vamos a toda la provincia, y en una oportunidad estábamos en La Matanza y se acercó una persona mayor con un nene y empezó a bardear a funcionarios del Gobierno y a nosotros, decía que los Derechos Humanos son un curro.

—¿Creen que debería haber penas para los negacionistas?

—Sí. Creo que tiene que haber libertad de expresión pero el límite es cuando no se respetan los Derechos Humanos. Nosotros tenemos una historia, 30 mil personas que están desaparecidas, reivindicar el terrorismo de Estado no está bien, debería estar penado porque es un discurso que daña a la democracia y a la sociedad-, sintetiza Joaquín.

—Ya es muy dolorosa la historia como para tener que soportar a personas que la niegan— agrega Francisco.

—Muchos jóvenes apoyan a los candidatos mal llamados libertarios y a su discurso violento. ¿Por qué creen que pasa eso?

—Son el objetivo de los libertarios, son pibes jóvenes que no tienen conocimiento sobre la dictadura, les falta una parte de la historia— razona Francisco--. También por eso son importantes los archivos y estas actividades. Los archivos aportan mucho para los juicios y, aunque quizás no sean suficientes, son una parte importante de la verdad, para que estén al alcance de cualquiera que pueda leerlo, porque es nuestra historia y la de Argentina. También es una forma de recordar la peor cara del liberalismo, de las políticas nefastas y del individualismo que intentan implantar los sectores conservadores.