El presidente turco Recep Tayyip Erdogan movilizó este sábado a sus seguidores y fue a rezar a la basílica de Santa Sofía, transformada en museo en Estambul, un día antes de las elecciones que serán decisivas para el mandatario, en las que por primera vez se enfrenta a una oposición unida.

Este domingo en Turquía se realiza la primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas, y los 64 millones de votantes irán a las urnas con un Erdogan más debilitado en los 20 años que lleva en el poder. Algunas encuestas lo muestran detrás del opositor Kemal Kilicdaroglu, de 74 años, que representa a un bloque unido de partidos opositores. 

Este dirigente del Partido Republicano del Pueblo (CHP) apuesta a un solo mandato y dijo que su intención es restaurar la democracia y desarticular el sistema presidencial autocrático que el actual presidente introdujo en el referéndum en 2017.

"Haremos lo que la democracia exige", prometió Erdogan

En la basílica bizantina del siglo IV, que convirtió en mezquita en 2020, Erdogan cerró una dura campaña con amenazas poco veladas hechas tanto por él como por su entorno contra el opositor Kiliçdaroglu. El mandatario, de 69 años, reelegido en las urnas desde 2003, prometió respetar el resultado de las elecciones presidenciales y legislativas.

"Hemos llegado al poder por la vía democrática, con el apoyo de nuestro pueblo. Si nuestra nación toma una decisión diferente, haremos lo que la democracia exige", aseguró, visiblemente enojado, en una entrevista difundida simultáneamente en la mayoría de los canales del país.

Después de una serie de incidentes ocurridos en la recta final de una campaña muy polarizada, el miedo a la violencia política persiste en las grandes ciudades de Turquía, que llevaron al candidato de la oposición a llevar un chaleco antibalas bajo su traje en los últimos actos de la campaña. 

El autobús del alcalde de Estambul, el opositor Ekrem Imamoglu, del Partido Republicano del Pueblo y muy activo en la campaña, fue apedreado el domingo pasado en Erzurum, en el este de Turquía.  Imamoglu, amenazado con una pena de prisión que apeló, llevará a cabo cuatro actos públicos, este sábado.

Las promesas de campaña

el opositor Kiliçadraoglu concluye su campaña este sábado con una visita simbólica al mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna. 

El líder opositor propone en caso de victoria una dirección colegiada, rodeada de vicepresidentes que representen a los seis partidos de la coalición, que va de la derecha nacionalista a la izquierda liberal. "¿Están preparados para la democracia? ¿Para que la paz reine en este país? Yo lo estoy. Se lo prometo", dijo este viernes en su último acto en Ankara. 

"Le prometo" es su lema de campaña y el estribillo de las canciones partidarias, en referencia a las promesas de campaña relacionadas al regreso al estado de derecho y al régimen parlamentario, la separación de poderes y la liberación de los presos políticos -jueces, magistrados, intelectuales, militares y funcionarios-que fueron encarcelados bajo los cargos de "terrorismo" o "insulto al presidente".

La popularidad del jefe de Estado se vio mermada por el giro autoritario de la última década, una economía en baja, una devaluación de la libra turca a la mitad en dos años y una inflación de alrededor del 40 % a lo largo de un año, según cifras oficiales que fueron cuestionadas por la oposición.

Por otro lado, el oficialismo tiene dificultades para seducir a los más de 5,2 millones de jóvenes que votarán por primera vez. Y también es una incógnita el impacto del terremoto que devastó parte del sur de Turquía, causando al menos 50.000 muertos.