Dina Sánchez se define a ella misma como “Una migrante afrodescendiente, una mujer trabajadora del sector de la economía popular”. Vive en Argentina desde que es adolescente, primero vino su mamá, y cuando ella cumplió 15 años la trajo de Perú. Fue madre muy joven, cuando nació su segundo hijo, dejó el sur del conurbano bonaerense y tras idas y vueltas, se instaló de forma definitiva en la Ciudad de Buenos Aires. Por los problemas de adicción de uno de sus hijos, se acercó al Frente Darío Santillan donde encontró contención, y donde según ella misma manifiesta, su vida cambió. Se convirtió de a poco en una líder comunitaria, levantando la voz contra los vendedores de droga del barrio de Constitución, y denunciando la connivencia policial. Después, cuando comenzaron los desalojos en La Boca, los propios vecinos le pedían que fuera la vocera en los diálogos con la municipalidad. Dina terminó la secundaria en el bachillerato popular que su organización coordina en el sur de la capital, y hace unos años empezó la Tecnicatura Universitaria en Economía Social y Solidaria en la Universidad de Quilmes, que ya está a punto de finalizar. A pesar del duro golpe que significó el asesinato de su hijo mayor hace 6 años, Dina nunca aflojó. Por el contrario, se ha transformado en estos años en un ejemplo para otras madres y padres, además de consolidarse como una de las más importantes referentes sindicales de los trabajadores empobrecidos del pais.

¿Cuándo fue el momento en el que Dina Sánchez se transformó en una referente?

Creo que desde la indignación empiezo a agarrar la batuta y a preguntarme muchas cosas. Arranqué participando en La Boca. En el barrio empezó a meterse mucho el tema del negocio inmobiliario y comenzaron los desalojos, pero lo que más me indignaba eran los incendios provocados. Ahí empiezo yo como a tomar la vocería desde la indignación, cuando pasaban estas cosas o habían desalojos, todas las organizaciones que militábamos en La Boca, nos empezábamos a comunicar -Che, están desalojando, vamos a bancar porque hay niños-, bueno, íbamos y arrancaba a discutir, a pelearme con la cana, a gritar y con la voz que tengo, obvio representando a mi raza. Entonces, desde ahí, desde la indignación, desde lo colectivo a lo personal. Desde la indignación de lo colectivo, de ver pibes en la calle durmiendo y de ver familias, o madres llorando porque se les quemaba el colchón donde los pibes dormían.

Y hoy que soy Secretaria de la UTEP, siempre pienso en el colectivo, si vos te alejas mucho de la realidad, de donde vos sos, de donde vos naciste y empezás como a creértela o a subirte al poni pensando -Yo tengo un carguito- estás en el horno, porque es la compañerada la que después piensa desde lo individual a lo colectivo. Empieza como a cambiar la fórmula. Para mí la fórmula es desde lo colectivo a lo individual. Entonces si yo veo que tal persona antes era mi compañero, mi compañera y después lo veo que me mira desde arriba del hombro, menos ganas tengo. Pero por otro lado, correrse es fácil, hay que poner el cuerpo. Mirá el caso de Francia Marquez, hoy puede que esté pensando -¿Para qué me metí en esto?-. Bueno, esa compañera tiene que tenernos a todos nosotros, a todas nosotras bancando. Porque no es fácil, más a una mujer negra. Desde el momento que sos mujer negra y pobre, estás en el horno porque todos van a trabajar para tumbarte lo más que puedan o para que te bajones vos misma y digas -No, esto de verdad era una mierda como yo lo pensaba. No quiero estar ahí-.

Para quien no conoce ¿Qué es la UTEP?

La UTEP es la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular. Surge como una herramienta de reconocimiento a nuestro trabajo, a lo que hacemos. Siempre decimos que la economía popular es muy amplia, está desde el mantero, desde la mujer que cartonea individualmente y va a vender su cartón o su latitas; y está la economía popular organizada. Nosotros nos diferenciamos en ese sentido. En la economía popular organizada y no organizada somos más de 8 millones de personas. En la organizada nos reunimos por ramas con unidades productivas. La UTEP la construimos con mucha ilusión, pero en este tiempo, para mí no fue tan combativa como lo que yo por lo menos anhelaba. La UTEP es una herramienta estratégica para pelear por derechos, pero cuando no los peleas a mí no solo me desilusiona, me da mucha bronca. Tengo ganas de ir y patearle la cabeza a todo el mundo, pero creo que no hay que dejarla, que es una herramienta de verdad. Pero hay que estar atrás y hay que seguir trabajándolo para que la compañerada, o por lo menos quienes estamos en la conducción de la UTEP, no replicamos los que hacen los sindicatos tradicionales.

Digo esto porque ya de por sí, al comienzo me costó dos ovarios que los compañeros de la UTEP, el Gringo, Grabois, Emilio Pérsico, el Chuqui, que todos digan -esto existe-. Yo fui una de las primeras mujeres, ojo que había compañeras como Jackie Flores, pero lo que costaba para que te den el micrófono, o llegar a una reunión y que fueran todos varones y hablaban de fútbol, que yo no entiendo un carajo de fútbol. Y también hablaban más bonito, yo soy una compañera que hablo desde mi conocimiento, y hablo como me sale, no sé hablar bonito y con muchas palabras teóricas. Pero me daba cuenta y decía –Che, estos responsables se la pasan acá fumando pucho-. Para mí un responsable tiene que estar a la par de la compañerada. Así que cuando empiezo a militar y empiezo a tomar responsabilidades, me iba a las reuniones, pero después cuando venía me ponía mi ropa de trabajo, mis borcegos, agarraban mi escoba y me iba a barrer con mis compañeras. El termómetro más fiel que tenía eran mis compañeras, porque yo sabía qué le pasaba a cada una de ellas. Es mi esencia y es muy difícil soltar eso.

Otra cosa que pasaba era que la prensa no me buscaba, había que rogarles para que me hagan una nota, era una prensa machista, una prensa racista y en gran parte lo sigue siendo, porque si va Juan [Grabois] a una marcha y voy yo ¿A quién pensás que va la prensa? A Juan lo invitan más a los canales, entonces un poco sigue siendo lo mismo, pero por lo menos ahora tienen en su cabeza que esta gritona se llama Dina Sánchez y está en la UTEP ahí peleando. Pero todo es una remada, incluso me ha tocado discutir con los mismos compañeros de la UTEP sobre estos temas, por ejemplo, veo una foto en redes donde se juntan a discutir y no me avisan y ahí nomás les digo -Yo no me enteré de esa reunión, por qué no me avisaron-.

Dina Sánchez como oradora en un acto de la UTEP. Imagen: Nicolás Parodi

¿Por qué decís que no te llaman? ¿Por qué te dejan afuera?

Porque yo cuando voy a las reuniones digo las cosas -che, esto de acá vos hiciste mal, y pa-pa-pa-. Entonces pienso en Alberto Fernández, por ejemplo, cuando hay una reunión, dirá, viene Dina y ella me va a decir esto y aquello, mejor no la inviten. Yo lo veo de esa manera porque podemos ser políticamente correctos, pero a veces me puede más mi enojo, mi indignación. Siempre con mucho respeto. Yo jamás voy a ir a putear a ningún funcionario, porque que sea negra y que sea pobre no significa que no sea respetuosa, yo sé perfectamente respetar, pero si vos avanzas con mis compañeras, nos estás faltando el respeto a todas. Eso me indigna tanto que no me puedo quedar callada.

¿Qué te indigna? ¿Cuáles son esas cosas puntuales?

La primera indignación es con Alberto Fernández. Con Victoria Tolosa Paz, me indigné hablando de que había sacado una aplicación para hacer un reconocimiento facial. Ella decía que era la mejor política que llevaba adelante, y yo tengo compañeras que no tienen dientes y el celular no las reconocía. Yo la miraba y pensaba -Vos no sabes un carajo de lo que pasa-. Me indignó también cuando le dio de baja el 5 de diciembre pasado a los programas de algunas compañeras sin avisarle a nadie. Muchas compañeras cuando cobran automáticamente transfieren los alquileres y no tenían la plata. Y era contradictorio porque eran las compañeras que estaban cobrando el Progresar, compañeras que estudiaban. Y para mí eso es contradictorio, porque ¿Cómo podés estar en desacuerdo con que una persona trabaje y estudie?. Bueno, después recalcularon, pero ya habían pasado varios días, los alquileres se pagan del cinco al diez. Mis compañeras me llamaban diciendo -¿Qué hago?- Y nosotros podemos ayudar hasta ahí, porque tampoco tenemos los recursos. Cómo vos podés apretar el botón pensando que son números, no somos números, somos personas. Eso me indignó mucho.

Y en la actualidad estoy muy indignada porque en la pandemia nosotros le pusimos el cuerpo. Hemos estado en el territorio de lunes a lunes. Es más, a mi casa volvía con terror porque yo era la que salía todos los días y tengo una mamá diabética de 63 años y decía -La voy a terminar contagiando-. Mi familia decía -Esta va a traer el bicho acá-. Por suerte eso no pasó. Pero he visto compañeras contagiadas y que han muerto. Las nadies, les llamamos nosotras y a esas compañeras les fueron a tomar fotos, les aplaudían y le ponían el hombro -Ay que buen trabajo- Alberto felicitándolas diciéndoles que ellas eran esenciales. Y a esas mismas mujeres hoy les dicen que no hay alimentos para los comedores y los merenderos. Comer hoy es una necesidad concreta. Cómo no me voy a indignar de un gobierno del que somos parte, de un gobierno que se dice nacional, popular, peronista, y se supone que el peronismo tendría que pelear por justicia social, y eso no existe hoy. Se enojan cuando yo planteo que estamos viviendo un ajuste. Se enojan porque el peronismo no representa el ajuste, pero estamos viviendo un ajuste.

Tenemos pibes en las comunidades de Salta, y Jujuy, y en muchas provincias que mueren. Y te lo digo con conocimiento, no es porque alguien lo dijo y yo lo agarré de ahí. No. Tengo una compañera del espacio nuestro que es médica y fue para Salta y vino hace un par de meses atrás, me decía -Los pibes llegan secos-. Entonces decime si no me va a indignar. Por supuesto que me indigna, pero me indigna porque no te podés meter con algo tan elemental como son los alimentos.

Otra cosa que no me gusta de Victoria Tolosa Paz es que en vez de hablar con nosotros, va a la tele a sentarse. Está haciendo campaña con las políticas del Ministerio de Desarrollo Social, que además son cosas básicas para la gente que la está pasando mal y eso no se hace. Eso es de mala persona. Yo hasta lo espero de Massa, porque en la coalición hay de todo, hasta de ese Ministro yo lo puedo esperar, pero no de un Ministerio como este, y sobre todo de una mujer. No le tocó vivir la realidad que viven un montón de mujeres, pero por lo menos hay que ser un poco más empática. Vos podés decirme todo lo que quiera -El negocio que hay atrás de los planes sociales-. Dale, si hay negocios denuncialos y bájale el programa. Por supuesto que sí. Ahora anda vos con un celular, y hacele vos el reconocimiento facial a mis compañeras, para que sepas que lo que nosotros estamos diciendo es algo real. O andate a la loma del Congo, donde no hay señal. Aparte un celular ¿cuánto cuesta? No todo el mundo tiene un celular con una buena cámara. Eso es mentira. Hay políticas que están muy alejadas de la realidad, que no es como los políticos lo dicen, no es como ellos lo plantean. Pero lógico que voy a esperar de Victoria Tolosa Paz. Ojo, yo no digo que tenés que haber pasado lo que yo pase. Está todo bien, pero por lo menos trabaja en equipo. Si se une la ciencia y la experiencia, yo te puedo asegurar que podrían salir muy buenas políticas.

¿Qué le contestas a los que dicen que decir estas cosas es hacerle el juego a la derecha?

Me parece que algunas políticas y que algunas cosas que se hacen desde la gestión son las que le hacen el juego a la derecha. No es la lucha. Los derechos laborales los conquistó la clase trabajadora, el movimiento obrero organizado en la calle. ¿Ustedes creen que se hizo mirando por la tele cómo se llevaban la riqueza?. No fue así. Entonces todas las reivindicaciones, todos los derechos, todas las conquistas que tenemos como clase trabajadora han sido en la calle. Nadie nos ha regalado nada. Entonces ¿decime si luchar significa hacerle juego a la derecha?. Para mí no. Al contrario, hay que estar en la calle no solamente para tirarle de las orejas a Alberto, a la Ministra y a Massa, sino también para que el FMI sepa qué es lo que piensa el pueblo. Y el pueblo dice -Che, nosotros no queremos más que el FMI condicione nuestra política, porque esas políticas que ellos están trayendo son ajuste abajo, y queremos un gobierno nacional que se ponga los pantalones para la reconstrucción de la Argentina de verdad, de abajo para arriba, no de arriba para abajo.

Porque esa fue la promesa de la campaña, y al final fue un eslogan empezar por los últimos. Estamos cada vez más al fondo. Pienso en la tarjeta Alimentar que se convirtió en más plata para los vivos, hoy comprás una leche a $300 y mañana a $400 y pasado $500. Esa política es parche, nada más. Yo no te estoy diciendo que no está bueno que le inyectes dinero a las madres en los barrios. Lo que digo es, tenemos que trabajar de manera conjunta, tenemos que cambiar esa lógica y cambiar las recetas que venimos practicando hace muchos años y que tiene las consecuencias actuales. Entonces me parece importantísimo que el pueblo esté organizado y en la calle. Incidir de adentro y de afuera más, adentro Naty Zaracho representándonos, pero la calle no la podemos dejar porque se la estamos regalando hoy. Para mí eso es hacerle el juego a la derecha.

¿Cuál es la salida a la indignación?

Yo creo que lo que no hay que hacer es quedarse de brazos cruzados. A veces uno dice bueno, -Pero esto de acá es tan pequeñito que no importa-. Yo creo que si vos juntas todos los pequeñitos, eso va sumando. Y hoy mi lectura es, las cosas las venimos haciendo bien, porque si tenemos tanto ataque es porque las cosas se están haciendo bien. Lo que sí creo es que el campo popular comete muchos errores. Estuvimos muy unidos cuando teníamos un enemigo enfrente que era un enemigo para toda la clase, el macrismo. Empezó esta gestión y empezamos a dividirnos, y eso nos pasa siempre. Entonces yo creo que es momento de empezar a hacer esa autocrítica, porque es algo que nos pasa, nos cuesta un montón la autocrítica para reconocer que hemos tenido errores. Parecemos Alberto cuando sale y le echa la culpa a todos menos a ellos, que están gobernando. Ahí arrancaste mal y se enoja mucha gente porque siempre se menciona la pandemia y la guerra, que existió y que son elementos que han sumado para toda esta catástrofe que estamos viviendo. Pero vos también tienes que hacerte cargo, porque cuando vos asumís una responsabilidad, pienso en Francia Marquez nuevamente, cuando vos asumís una responsabilidad, sabes en qué baile te estás metiendo. No es correrse, es hacerle frente.

Cuando asumimos, sabíamos que el FMI estaba en la puerta. No es que no lo sabíamos. Yo me acuerdo de una marcha multitudinaria que hicimos en la Plaza de Mayo cuando gobernaba Macri. Ahí denunciamos -Nosotros no queremos volver a ser el patio trasero del Fondo Monetario Internacional-. Igual terminamos siéndolo hoy, está pasando ahora. Primero tenés que hacer autocrítica y tenés que escuchar y tenés que convocar, porque no es solo vos. Me acuerdo Macri, cuando gobernaba y hacía sus actos que vallaba todo y prácticamente iba él y su gente nada más. Tenés que empezar a convocar. Un gobierno popular, convoca. No se manda solo, convoca y escucha. Yo creo que esa es la gran diferencia. Tenemos que en algún momento ser empáticos, ser solidarios. Y ser empáticos significa que, si nos toca un cuarto de la torta, bueno, ese cuarto de la torta la tenemos que poner a disposición de los que menos tienen. Yo creo que ese es un criterio, por lo menos del que yo aprendí.

Dina al frente de la Marcha por el Salario Universal. Imagen: Nicolás Parodi.

Cuando describís al gobierno no parece ser nacional y popular. ¿Sería lo mismo si gobernara la derecha?

No. Nosotros con la derecha vamos a estar mucho peor. A mí eso me queda muy claro. A lo que yo me refiero es que hay una decisión política de atender una estafa como lo es la deuda con el FMI. Porque por ejemplo, todo esto que yo te digo, lo fui a decir al Ministerio , así con todas las palabras -che, no están dando el alimento, bla, bla, bla-. Y la respuesta es -Desde el Ministerio de Economía no están llegando los recursos para garantizar los alimentos-. ¿A quién tenemos en el Ministerio de Economía? Tenemos a Massa, ¿no?. Por eso nosotros empezamos con esto desde abril, empezamos a hacer distintas jornadas de lucha, fuimos al Ministerio de Economía, tampoco nos han venido dando mucha bolilla. Ojalá que sigamos en la gestión, ojalá que sí, por lo menos yo voy a militar para que sigamos. Me refiero a que siga un gobierno más o menos nacional y popular. Lo que sí digo es -Ustedes no pueden seguir haciéndole oído al FMI, ustedes no pueden priorizar la deuda externa, no pueden hacer eso. Ustedes tienen que priorizar la deuda interna ahora, tienen que solucionar urgente lo que está pasando-, porque entonces, qué vamos a esperar. Ponele que venga la derecha, ojalá que no, ¿qué va a pasar con nosotros? ¿Qué va a pasar con nuestros pibes?

Nosotros al menos tenemos nuestras unidades productivas. Hemos nacido así, yendo a participar en las ferias, a vender nuestras cosas. Pero ¿Qué va a pasar con esa economía popular no organizada? ¿Qué va a pasar con esos 8 millones de personas? Porque no va a venir Bullrich a decir -Bueno, yo lo soluciono- menos Milei. Entonces, -che, ustedes tienen que cuidarnos-. Y cuidarnos es –garanticen, por lo menos ahora que ustedes están- Porque son ellos los que están ahí y no es nada personal, ni con Victoria [Tolosa Paz] ni nada. Si yo hago un balance, tres ministros pasaron por el Ministerio de Desarrollo, con Arroyo y Zavaleta nos sentamos y hablamos. Pero desde que asumió esta Ministra hasta acá nada de nada. No a alimentos, no a los convenios que tienen orden de pago desde noviembre del año pasado y no avanzan, así todo. En diciembre nosotros hicimos una marcha en el obelisco, y nos sentamos con ella a firmar cinco puntos. No hay nada.

Otra cosa que me molesta mucho es que este gobierno también está diciendo fuertemente que el problema son los planes sociales en la Argentina. Pareciera que estoy escuchando a Bullrich o a Macri y no es Bullrich y no es Macri, ¿Cómo no me va a molestar si vos estás planteando fuertemente que el problema de la Argentina son los planes?.

En este contexto complejo ¿Cómo salís a militar la campaña?

Dentro del Frente de Todos hoy no hay una claridad de quién sería el candidato. Nosotros estamos trabajando fuertemente para la candidatura de Juan [Grabois]. No sé si va a llegar a ser presidente, pero para nosotros, para nuestro sector y para los barrios donde estamos, es el que mejor nos representa. Yo entiendo que el que gobierne tiene que gobernar para todo el país, pero por lo menos que sea un compañero que piense en una Argentina de abajo para arriba, no de arriba para abajo. En este sentido Juan es un compañero que viene con nosotros luchando hace muchos años, y que tiene propuestas porque yo a todos los veo haciendo campaña, peleándose por el carguito o peleándose por el puestito, pero yo no veo que nadie diga -Esto vamos a hacer- a no ser al loco de Milei que dice -vamos a dolarizar todo- y ya salieron un montón de economistas serios a criticar eso.

Ahora el que asuma tiene que sentarse con todos los actores y decir -A ver, traigan propuestas, bueno, en esto nos vamos a poner de acuerdo y vamos a caminar juntos-. Eso hace un gobierno nacional, popular, y democrático.

Hace poquito cumplimos 40 años de democracia. Pero hay una democracia fallida. Vamos a defender la democracia siempre, pero en este contexto, donde hay pibes y pibas que mueren por hambre, es muy difícil. Entonces, nosotros por lo menos tenemos la visión de acompañar a Juan y que sea uno de los que se siente en esa mesa a llevar la propuesta de los sectores populares. No te estoy hablando ni siquiera sólo de las organizaciones, sino de los sectores populares, de los y las más humildes. El programa es una Argentina humana, con un plan de desarrollo humano integral, que ya lo fue llevando por todas las provincias, y como él dice, discutiendo mucho sobre salud, educación y la agenda de tierra, techo y trabajo.

Si tuvieses que decir una medida que debería tomar un próximo gobierno nacional y popular en los primeros 100 días ¿Cuál sería?

El total reconocimiento a la economía popular, venimos a dar respuestas, no somos el problema, somos parte de la solución. El que asuma tiene que empezar a discutir las nuevas formas de trabajo. El mundo del trabajo cambió. Tenemos que aceptarlo y lo tiene que aceptar la dirigencia política y la dirigencia sindical. Porque la dirigencia sindical está muy encerrada -Compañera, pero tenemos que luchar para volver a la Argentina a pleno empleo-. Sí, yo también quisiera eso, pero no va a pasar ahora, eso sí es una utopía. Si nosotros empezamos a dar ese debate y abrimos un poquito nuestra mente. Ahora son otras condiciones.

Primero, reconocer esta nueva economía y dotarla de derechos, que es lo que le hace falta, empezar a apoyarnos también en esa economía, no solo en las empresas. Por ejemplo, una ley que quedó encajonada, que nosotros la propusimos era que el 25% de las compras que haga el Estado, sea a las cooperativas, no necesariamente de la UTEP, que le compren justamente para generar trabajo, para generar mejores condiciones. Finalmente, que sigamos trabajando en políticas como la Ley de Integración Urbana, el programa Mi Pieza, por ejemplo, sirvió para que un montón de mujeres pudieran hacerle la piecita al pibe, además las mejoras de los barrios y eso a lo largo y ancho de todo el país, representó una muy buena política. Esa ley la destaco porque trabajamos fuertemente en eso y la peleamos de manera conjunta hasta ganarla en el 2016. Otro ejemplo, nosotros en los polos textiles hicimos ropa de trabajo, estamos haciendo borcegos, o sea, esa ley generó trabajo. Es una muy buena política y hay que seguir aplicándola. Pudimos relevar muchos barrios populares y pudimos hacer un montón de trabajo, hasta poner conexiones de agua comunitaria. Eso no es una boludez en un barrio donde hace años no tienen nada. Así que hay que replicar más políticas como estas.

Otro ejemplo, en Pandemia pudimos volver a demostrar la capacidad que tenemos, y hasta reorganizamos nuestro trabajo. Hicimos los primeros barbijos que diseñó el CONICET, y eso que nosotros fabricamos, se los empezamos a donar a los docentes de la Ciudad de Buenos Aires. Después tuvimos un montón de experiencias también con el tema educativo. Hemos pintado escuelas, hemos hecho las mesitas, las sillitas para los pibes, hemos hecho un montón de trabajos acá en la Ciudad. El tema es que se entiende que trabajas solamente si estás bajo relación de dependencia, y eso repercute en la vejez. Decime si no es triste ver una persona que trabajó toda su vida y que no puede ni siquiera tener una jubilación digna para poder obtener por lo menos una obra social, eso pasa con las y los trabajadores de la economía popular.

Aprovecho que te referís a la Ciudad de Buenos Aires, ¿Cómo ves el panorama local de cara a la campaña?

Dentro del Frente Patria Grande empezamos a dar el debate porque queremos disputar la Ciudad, somos una cosita chica igualmente. Porque el PRO viene gobernando hace muchos años acá, es el gobierno que más nos cuesta a nosotros. Creo que la única vez que se sentó con una organización hermana, con la Poderosa, fue cuando murió Ramona [Medina], pero después nunca más se sentó, y lo hizo por lo que salió en los medios. Pero cuando pasó lo de la pandemia, fuimos a la Ciudad a llevarle el relevamiento que habíamos hecho en los barrios populares, donde no había agua, que es lo que pasó con Ramona, y nunca nos abrió el espacio de discusión. Estamos ahora desde el Frente Patria Grande con el compañero Rosemblat. Muchos dirán - ¿Quién los conoce a ustedes? - Seguramente no, pero ya el presentarte a disputar para mí es buenísimo, porque lo que veo es que a veces uno mismo lo asumen -acá, qué voy a pelear si está toda la riqueza concentrada-. Pero como decíamos antes, a veces lo insignificante termina en algún momento siendo significativo.