El trámite fue rápido. En poco más de cinco minutos, la secretaria del TOC 7 de Lomas de Zamora dio lectura al veredicto en el segundo juicio por el femicidio de Anahí Benítez. En honor a la brevedad y urgencia informativa, basta con decir que Marcos Bazán fue absuelto de todos los cargos de los que había sido imputado y, por otro lado, Marcelo Villalba fue condenado a perpetua. El veredicto no dejó resuelto el crimen. En todo caso, ordenó lo que había sido desordenado por intereses políticos. Queda en concreto la fuerte sospecha de que Villalba no actuó solo.

En esas poco más de cinco vueltas del minutero quedaron plasmados los nudos centrales de las audiencias iniciadas el 1° de marzo pasado y la resolución dispuesta por los nuevos integrantes del tribunal. Para quienes siguieron el caso desde su inicio y sostuvieron frente a las puertas de los tribunales de Lomas de Zamora sus reclamos de justicia por Anahí, la absolución de Bazán representa la culminación de una lucha iniciada hace más de cinco años, a pocos días de haber desaparecido la adolescente y de haber sido detenido el joven que vivía en la reserva de Santa Catalina donde apareció el cuerpo. Para Bazán, esos cinco minutos condensaron los cinco años y medio que pasó preso, la noche oscura que se le abrió en el horizonte cuando fue condenado a perpetua, en mayo de 2020, y las impensables hendijas de luz que se fueron abriendo en esa noche a medida que se avanzó hacia la Casación. El abrazo de Bazán con Nora Cortiña, cofundadora de Madres de la Plaza de Mayo, presente en las audiencias del segundo juicio y especialmente en la lectura del veredicto, resume todo mucho más allá de las vueltas del minutero.

Los fundamentos del fallo no fueron distribuidos. Tampoco la resolución dispositiva leída en la breve audiencia, debido a errores informáticos que impidieron la incorporación del documento en el Sistema Augusta, utilizado por el Poder Judicial Bonaerense para cargar expedientes y fallos.

El fallo, unánime, fue dado a conocer pasado el mediodía, poco después de las 13.30, por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Daniel Mazzini, Santiago Márquez y Gustavo Ramilo.

A Villalba lo encontraron culpable luego de que en su poder (en el de su hijo) fue hallado el teléfono celular que pertenecía a la joven. Y especialmente porque su ADN coincidió con rastros de semen hallados en el cuerpo de Anahí. La detección del celular, ya lo informó este diario, tuvo lugar cuando la adolescente ya había sido asesinada, luego de un tremendo error en la fecha y en la identificación de la carcaza del celular Samsung Core de la joven, por parte de las fiscales que la buscaban Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, que postergó durante tres días el muy probable rescate.

Para la madre de Anahí, Silvia Pérez Vilor, el TOC 7 no hizo justicia. Al término de la lectura, mostró su disconformidad a la prensa: "Tengo una sensación horrible, pero vamos a ir a Casación", dijo a Télam. Difícil sino imposible su conformidad. Pero en la lectura de la posición de la querella durante este segundo proceso, el pedido de una condena de 14 años para Bazán, cuando en el primer juicio había reclamado perpetua, da cuenta de que hasta para el propio abogado querellante, Guillermo Bernard Krizan, lo que había ocurrido en el primer juicio no tenía ni pies ni cabeza y que todo ese desorden había sido revelado durante el segundo juicio.

En el otro extremo, Bazán pudo, finalmente, después de escuchar el fallo absolutorio, estirar su cuerpo hacia atrás, alejarse del escritorio, darse vuelta y, emocionado y aplaudido por los familiares, amigos e integrantes de organizaciones de derechos humanos que lo acompañaron, estrecharse en un abrazo con Nora Cortiñas.

"Gracias por acompañarme, gracias a todos", dijo mientras a su alrededor coreaban con el estribillo "la causa armada / se la vamo' a desarmar".

"Estamos conformes y satisfechos de que el Tribunal haya visto lo mismo que nosotros, de que Marcos era absolutamente inocente", aseguró por su parte su abogado, Manuel Garrido, presidente de Innocent Proyect Argentina. "No había una sola prueba que lo incriminara, eran todas interpretaciones arbitrarias", afirmó.

En tanto, Villalba, quien en el primer juicio oral que hubo por el caso había evitado ser juzgado por una pericia psiquiátrica que lo consideraba inimputable, esta vez fue condenado a la pena máxima del Código Penal por los delitos de "robo y abuso sexual agravado por acceso carnal en carácter de autor" y "privación ilegal de la libertad agravada y homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género (femicidio) en calidad de coautor".

Respecto a Villalba, que no estuvo presente en la última audiencia, los jueces dejaron asentado que en la aplicación de la perpetua quedó subsumida la condena condicional de un año que le había aplicado el TOC 2 de Ciudad de Buenos Aires, el 13 de septiembre de 2019 en una causa de "abuso sexual simple", por haber manoseado a una mujer en 2017 cerca del Obelisco porteño, unos meses antes del crimen de Anahí.

Llamó la atención, si se trata de fallos, la total ausencia en la lectura de las decisiones resolutivas del TOC 7 de referencias a lo actuado (o no actuado) por las fiscales Pérez y Juanatey, como de su jefe directo, el fiscal general adjunto de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, principal operador del procurador macrista Julio Conte-Grand en la jurisdicción, y copartícipe de la confusión en el pedido de búsqueda del celular de Anahí. Habida cuenta de que se supone que la intención de la justicia es llegar a la verdad.