San Lorenzo no para. Fiel a su estilo práctico y eficaz, y alejado de cualquier pretensión estética, sigue ganando y sigue sumando. Con el triunfo por 2 a 0 ante Instituto de Córdoba con dos goles de penal de Andrés Vombergar en el segundo tiempo, se puso a dos puntos de River (con un partido más) y acumula números de ensueño: es el equipo de más victorias (diez) y menos derrotas (dos) en lo que va de la Liga Profesional. Y mantiene su valla invicta de local en todo el campeonato.

El equipo de Rubén Insúa es más lindo en las tablas que en la cancha. Pero su gente igualmente lo acompaña y le disculpa algunas impurezas en el manejo de la pelota y su falta de luces para generar juego. Porque le reconoce su entrega, su aplicación, el orden defensivo y el compromiso de todos para conseguirlo. Le costó mucho llegar en el primer tiempo. Fundamentalmente porque su mejor jugador, Nahuel Barrios, salió lesionado a los 29 minutos por una fuerte entrada de Graciani sobre su tobillo derecho. Sólo lo logró al final con un cabezazo de Braida que salió por encima del travesaño y un remate de Vombergar que manoteó el arquero Carranza.

En la segunda etapa, a puro pelotazo y centro, San Lorenzo quiso llevárselo puesto al tibio equipo cordobés. Y por esa vía llegaron sus dos goles, en ambos casos con la intervención del VAR. A los 18 minutos, el zaguero Alarcón le dio un topetazo a Vombergar dentro del área y el árbitro Nicolás Ramirez cobró un penal que debió ratificar pese a que desde las cabinas de Ezeiza, Nicolás Lamolina trató de hacérselo anular. Después de una revisión que se extendió siete minutos, Vombergar le rompió el arco a Carranza y adelantó al Ciclón en la cuenta del marcador.

Y a los 36 minutos, en una jugada insólita, Carranza descolgó un centro y le bajó un terrible planchazo a Gattoni. El árbitro cobró el penal y expulsó al veterano arquero de Instituto luego de ver la acción en pantalla. Vombergar con otro remate furioso puso el 2 a 0 y le bajó la persiana a un partido áspero, enredado y cortado. Con mucho más vuelo emotivo que futbolístico. Y a una victoria inobjetable. Con los mismos argumentos de siempre.

En la 24º fecha, San Lorenzo recibirá a River. Y en el Bajo Flores esperan poder definir el campeonato en ese momento. Por eso resulta clave cada punto que pueda limarle al puntero. El catálogo futbolístico riverplatense es mucho más completo que el sanlorencista, con más recursos y mayor jerarquía. Pero, a falta de fútbol el San Lorenzo de Rubén Insúa ofrece su corazón. Si con eso llegó hasta aquí, acaso ya no tenga sentido reclamarle nada más. De esta manera gana, suma y enamora a su gente. Y cree que puede salir campeón.