“Creo que cada uno de nosotros nace con una misión única, un propósito vital que sólo uno mismo puede cumplir”. Ese es el inicio de Happiness Becomes You (La felicidad nace de vos), tercera autobiografía de Tina Turner, lanzada en 2020 y donde la cantante reflexiona sobre su infancia, cuando recolectaba algodón en Tennessee. Ese libro versa acerca de su conexión con la naturaleza y cómo, a partir de eso, le encontró sentido a sus problemas. “Los arcoiris más brillantes aparecen tras las tormentas más intensas. Magníficas mariposas surgen de los capullos más apagados. Y las flores de loto más bonitas nacen del lodo más profundo y espeso”, manifiesta la artista en uno de los primeros capítulos. Aunque parezca una paradoja, y más luego de revisitar su niñez con esas analogías, a ella no le gustaba recordar su pasado. Le tenía fobia, por más que su vida fue de película. Y, de hecho, la tuvo.

Pero el guion terminó el miércoles 24 de mayo. Anna Mae Bullock, el nombre detrás de su alter ego, falleció a los 83 años después de “batallar contra una larga enfermedad”. La noticia la compartieron sus representantes, y la confirmó el diario inglés The Mirror: “Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de Tina Turner. Con su música y su pasión ilimitada por la vida, cautivó a millones de fanáticos en todo el mundo e inspiró a las estrellas del mañana. Hoy despedimos a una querida amiga que nos deja a todos su mayor obra: su música. Toda nuestra más sincera compasión está con su familia. Tina, te extrañaremos mucho”, dice el comunicado. Y, además, el comunicado destacó: “La ‘Reina del Rock and Roll’ murió en paz en su casa de Küsnacht, cerca de Zúrich (Suiza). El mundo perdió a una leyenda de la música y un modelo a seguir”. También se supo que se llevará adelante una ceremonia fúnebre privada para familiares y amigos cercanos.

En diciembre de 2022, la cantante debió enfrentar la muerte de Ronnie Turner, el más joven de sus hijos, quien tenía problemas respiratorios y luchaba contra un cáncer. Tina ya había perdido al mayor de sus hijos, Craig Raymond Turner, quien se quitó la vida en julio de 2018, a los 59 años. Antes de esta pérdida que cambió para siempre su vida, en 2016 la leyenda estadounidense de la música fue diagnosticada de un cáncer intestinal. Clínicamente, se conoce con el nombre de cáncer colorrectal. Al mismo tiempo sufrió un derrame cerebral que la alejó de los escenarios. Es por eso que haceía ya una década que no ofrecía un recital. Pero en la última entrevista que dio, que fue para el diario The New York Times, en 2019, la icono justificó su alejamiento diciendo: “Estaba cansada de cantar y hacer felices a todos”.

Una vez que logró sobreponerse a esas patologías, sus riñones comenzaron a fallar. A tal punto de que funcionaron nada más que un 20 por ciento. Fue entonces cuando su segundo marido, el ejecutivo musical alemán Erwin Bach, de 66 años, en 2016 tomó una decisión que le cambió la vida y le donó un riñón. “Sólo el trasplante me daría una buena oportunidad de tener una vida casi normal. Pero las posibilidades de obtener un riñón donado eran remotas”, recordó la artista en una de sus biografías, My Love Story. El transplante se llevó a cabo al año siguiente. Antes de que esto sucediera, y frente a la posibilidad de que las cosas no salieran bien, Tina pensó en la eutanasia como alternativa. La decisión iba tan en serio que ella se inscribió en la lista de una organización que da apoyo en esos casos. Desistió del suicidio asistido porque Erwin la convenció: “Mi marido me dijo que no quería perderme, que no quería a ninguna otra mujer, ni ninguna otra vida”.

“Es con gran tristeza que anunciamos el fallecimiento de Tina Turner", decía el comunicado en la página oficial de Instagram de la ocho veces ganadora del Grammy. En tanto que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, manifestó que el gobierno de los Estados Unidos lamentaba la pérdida de la cantante y dijo que su muerte es “una noticia increíblemente triste”. Su amigo Mick Jagger, con el que llegó a cantar “It’s Only Rock’n’ Roll” en vivo, expresó su tristeza a través de Twitter: “Estoy tan triste por la muerte de mi maravillosa amiga Tina Turner. Ella era verdaderamente una artista y cantante enormemente talentosa. Ella fue inspiradora, cálida, divertida y generosa. Ella me ayudó tanto cuando era joven y nunca la olvidaré”. Tina y Mick se conocieron en 1966, en calidad de telonera de The Rolling Stones, y desde entonces ella dijo que siempre estuvo enamorada de él. Su amor platónico. “Siempre recuerdo los tours que hice con ellos”, afirmó.

Desde su nacimiento en Brownsville (Tennessee) en 1939, la vida de Tina Turner fue una oda a la superación, a pesar del dolor. Debido a que la inestabilidad fue la constante en la relación de sus padres, intentando desentenderse de ella en varias ocasiones, la artista fue criada por su abuela materna. Hasta que se convirtió en una sensación de la música. Pero, antes que mermar esa infancia turbulenta, lo que le estaba por suceder no hizo otra cosa que recordarle que el mundo es también un lugar para los sinsabores. Junto con su hermana Aillene comenzó a actuar a fines de los años 50 en clubes de la ciudad de St. Louis. En esa época, vio por primera vez en vivo a quien más tarde fue su compañero musical, su esposo y una de las personas que más daño le hizo: Ike Turner. Se presentaba en el Manhattan Club, ubicado en la zona este de St. Louis, junto a su banda Kings of the Rhythm. Y ella quedó cautivada por él y por su performance.

En una actuación de Kings of the Rhythm, el baterista Gene Washingtton improvisó un micrófono y se lo pasó a Aillene. Frente a su rechazo, Tina lo tomó y cantó. Al poco tiempo, Ike la invitó a sumarse a la banda. Mientras el músico le sugería algunas recomendaciones para su voz, a lo que ella atendió, grabaron un primer single: “Box Top”, en 1958, aun con el nombre de Little Ann. Dos años más tarde, Ike dejó la banda y le propuso a Tina armar su propio proyecto musical: Ike & Tina. Publicaron “A Fool in Love”, que en esa época fue considerado el mayor éxito de la música negra estadounidense, entre el público blanco, desde “What’d I Say” (de Ray Charles). Y en 1960, pusieron a circular el single “It's Gonna Work Out Fine”. Eso derivó en la nominación a los premios Grammy, en la categoría “Mejor actuación de rock and roll”. Tras este hit vino otro, “I Idolize You”, lo que allanó el lanzamiento de su álbum debut The Soul of Ike & Tina Turner (1961).

Ike & Tina, una sociedad musical caracterizada por la violencia del guitarrista.

“Teeny” la llamaban de chica en su familia, por lo que a Ike le pareció que como nombre artístico podía funcionar. Y del “Teeny” a “Tina” sólo hay un paso. Y también un golpe. Ella confesó que la primera vez que él la maltrató tuvo que ver con la decisión de cómo se iba a llamar a partir de ese momento. Antes de que se casaran en Tijuana, en 1962, la cantante tuvo a Craig, fruto de otra relación: Ike le dio el apellido. Tuvo su precio. La violencia entre ambos se agudizó cuando él se hizo adicto a la cocaína. El polvo blanco se convirtió en su sostén emocional, y a ella eso la volvió loca. Tanto que en 1969 tomó la decisión de suicidarse, luego de ingerir varias pastillas de Valium. La desesperación de la cantante por romper el vínculo fue tal que, durante la demanda de divorcio, asumió la responsabilidad por los recitales que no hicieron. La gota que derramó el vaso sucedió en un show en Dallas, y desde entonces la situación se tornó irreconciliable.

Aparte de hacerse cargo de su ausencia en los recitales, la artista, en el divorcio con Ike, que se concretó en marzo de 1978, repartió su parte del estudio de grabación, los derechos editoriales y bienes raíces. Sin embargo, retuvo los derechos de autor de las canciones que había escrito (lo mismo sucedió con su auto Jaguar y sus joyas). De las canciones del tándem, destacaron “Proud Mary”. Si bien el autor es John Fogerty (justo por esa razón en Arhentina se leaconoce a través de Creedence Clearwater Revival), esta versión tiene tanta identidad propia que desanimó a su creador. A ese hit le secundaron otros del tamaño de “Nutbush City Limits”, “I Idolize You”, “Tra La La La La” y “Sex Ida”. Si bien en la segunda parte de los setenta salieron álbumes del binomio con algunas grabaciones olvidadas, en la década siguiente los compilados dedicados a su obra estaban a la orden del día. Y vaya que salieron varios.

A Tina Turner la solían llamar la “Reina del rock and roll” o la “Reina negra del rock roll”. Y es que con Ike, quien murió en diciembre de 2007, lo que encarnaba era más rock que el propio rock. Semejante intensidad. La dupla apuntaba hacia el lado más oscuro y arrabalero del soul, del blues y de ese funk bien rockeado. Posiblemente la respuesta esté en ese rango vocal de contralto (similar al de Amy Winehouse o Lady Gaga). Su identikit. matizado por esa voz ronca. Si hoy es una ídola mundial, no sólo se lo debe a esa peluca de leona al acecho, sino a esa voz. No hay dudas. Rasgos que legitimaron su mega himno “What’s Love Got to do With It”. A pesar de que su primer álbum en solitario fue lanzado al mismo tiempo que hacía su carrera con Ike, Tina Turns the Country On! (1974), al que le secundaron tres discos más, lo que sucedió con Private Dancer (1984) no tiene parangón en la historia de la cultura pop, rock, rap o cualquier otra que haya existido o exista. La verdad es que fue único.

Al hombre de A&R de aquel momento del sello de Capitol Records, John Carter, se le atribuye el relanzamiento de la carrera de Tina Turner en la década de los ochenta. En 1983, a pesar de la oposición en el sello discográfico por trabajar con ella, la contrató y dirigió para su primer álbum para la discográfica, Private Dancer (el próximo 29 de mayo se cumplirá 39 años del lanzamiento de este trabajo discográfico). Las sesiones de grabación se llevaron a cabo en varios estudios en Inglaterra y fueron supervisadas por cuatro equipos de producción diferentes. Se trata de una desviación radical de la estética sonora que Turner había interpretado con Ike Turner, en función de uptempos y baladas. El repertorio, en esta ocasión, estuvo inspirado en el pop y el rock, al igual que en elementos de jazz y R&B.

Mientras que “Private Dancer” fue compuesto por Mark Knopfler (frontman del grupo Diret Straits), “What's Love Got to Do with It” fue escrita por Graham Lyle y Terry Britten (el rapero estadounidense Warren G lanzó una versión hip hop en 1996 y, en julio de 2020, el DJ y productor noruego Kygo lanzó un remix de la canción). Al final, se convirtió en el single más famoso del quinto álbum de Tina Turner. Lo que fue aprovechado por ese video tan sedicioso. Más allá de que rondaba los 50 años de edad, era la artista que lo entendía todo en la era de MTV. Ese trabajo le permitió asimismo posicionarse rotundamente en la escena musical internacional, lo que le vino muy bien: aun impulsada por ese éxito, en 1988 hizo efectiva su única visita a la Argentina, para un show en el estadio de River Plate. Pero la contundencia de aquel disco fue tal que opacó a sus siguientes producciones discográficas, si es que algo nuevo tenían para decir. Aunque nada de esto hubiera sucedido sin el apoyo de amigazos y amigazas de la contundencia de David Bowie y Cher.

 

Su último álbum de estudio fue Twenty Four Seven (1999). Y bien que lo hizo. Aunque su segundo amor lo encontró luego del renacimiento. En 1985, conoció a Erwin Bach, en una fiesta de su sello discográfico en Londres. Después de un año, Tina y Erwin comenzaron a salir y permanecieron juntos desde entonces: nunca más se separaron. El 21 de julio de 2013, Erwin se casó con Tina. A partir de ese momento, Tina había decidido reencontrarse con su pasado, desde un hogar parecido a un castillo de cuentos de hadas que a ella le fue esquivo. Lo hizo con la música, y luego con los libros y hasta con la película What’s Love Got to do With It. “No necesariamente quiero ser una persona fuerte'”, dijo en una de sus últimas entrevistas, cuando ya había sido introducida en el Salón de la Fama del Rock como solista en 2021 y con Ike en 1991. Ya era tarde: había influido a muchas generaciones de músicos y músicas.