La Copa del Mundo Sub 20 va levantando temperatura en la última parte del otoño y, además del conjunto local, los uruguayos son los que aportan un clima diferente en el certamen.

Los juveniles orientales enfrentaron a Inglaterra por la segunda fecha del Grupo E, en La Plata, y el estadio lució con mucho público, repartido entre uruguayos y argentinos. El rival europeo provoca recelo también para los que están del otro lado del Río, y el ambiente fue con las mismas características que un clásico.

La cantidad de público presente obligó a habilitar las tribunas generales por primera vez, algo que no había sucedido en los partidos anteriores, debido a que sólo se ingresaba al sector de plateas. El total llegó a 27.231 espectadores.

El primer síntoma de rivalidad fue el momento en el que se entonó el himno inglés, el cual fue silbado fuertemente por todo el estadio. Según trascendió durante el desarrollo del juego, un grupo de ex combatientes de Malvinas no pudieron ingresar, debido a que no tenían los tickets correspondientes. 

Para colmo, por una falla organizativa se dispuso que sólo se entrara por una puerta, por lo cual hubo varias cuadras de cola. Como el mal humor y el descontento de los miles de simpatizantes uruguayos fue creciendo, ya que estuvieron que esperar bajo la lluvia un tiempo largo, tuvieron que liberar los controles para que pudieran pasar con el partido ya comenzado, y hasta sobre el final del primer tiempo.

Los ingleses mostraron buenos recursos dentro del campo de juego, y se pusieron dos goles en ventaja durante el primer tiempo. Uruguay pudo descontar en el inicio de la segunda parte, aunque los europeos seguían generando peligro en cada aproximación.

El descuento de nueve minutos volvió a ofrecer otra imagen para el olvido: los jugadores de Inglaterra festejaron el tercer gol pidiendo silencio a la parcialidad uruguaya en una de las plateas, y desde ahí respondieron lanzando botellas de agua. El arquero de Uruguay intercedió para pedirle calma a sus seguidores.

El destrato que recibieron los jóvenes ingleses fue permanente durante el encuentro, y ellos reaccionaron en ese momento ante tamaña cantidad de insultos. 

El segundo gol de Uruguay llegó cerca del final, luego de un error del arquero Cox cuando quiso retener la pelota. Pero sin duda, lo más triste había pasado por otro lado, y no por el resultado en contra de los orientales.