Se quebró el silencio entre los catorce policías porteños que enfrentan el juicio por el crimen de Lucas González. El principal Héctor Cuevas, uno de los acusados por el encubrimiento del homicidio, señaló este jueves con nombre y apellido a la persona que, según su versión, plantó la pistola de juguete en el auto de Lucas y sus amigos para instalar la versión del "enfrentamiento armado": "Es Isassi", declaró Cuevas y apuntó así a uno de los tres agentes de brigada imputados también por el homicidio agravado del chico de 17 años, que esa mañana volvía de entrenar en Barracas Central. Además, Cuevas dijo que el subcomisario Roberto Inca, superior de la brigada, fue quien le ordenó directamente a Isassi que plantara el arma.

"Si yo decía esto antes me mataban a mí o a mi familia, porque esta gente mata y miente como lo hicieron con Lucas". Así cerró Cuevas su declaración frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°25. Eran casi las 15 del jueves y el principal había declarado durante alrededor de media hora. Sus excompañeros de fuerza no estaban en la pequeña sala de audiencias de Paraguay al 1500. Habían sido retirados para evitar que se cruzaran durante la declaración y escucharon el relato de Cuevas desde las celdas, en un Zoom improvisado en el momento para resolver la situación.

El hombre de 50 años vestía un buzo marrón y jeans claros. Al comenzar a ampliar su indagatoria se mostraba nervioso, tieso y con los hombros caídos. Tuvo que pegarse el micrófono a la boca para que su voz baja se escuchara por los parlantes. Empezó hablándole a la familia de Lucas: "Quiero hacerles llegar mis condolencias a través del doctor Dalbón y decirles que jamás avalé ni encubrí este hecho aberrante", dijo. Héctor González y Cintia López, los padres de Lucas, no escucharon las "condolencias" en persona, ya que no pueden presenciar las audiencias desde que el Tribunal mudó la sede desde Comodoro Py. Dalbón, abogado de la familia, contestó a Cuevas que "sólo perdona Dios".

Después el hombre fue al grano. Con la voz por momentos entrecortada se expresó acerca del momento clave del encubrimiento, sobre el que hasta ahora no se habían escuchado testimonios concretos. El imputado dijo que ocurrió aproximadamente a las 10.30 de la mañana, una hora después del instante en que se data la balacera de Gabriel Isassi, Fabián López y José Nieva. "Veo llegar una moto que depende de la comuna, la manejaba el oficial Torres, al que le dicen 'Cachorro', con una persona atrás de civil. Se baja esa persona de civil con una gorrita blanca, va y habla unos segundos con el subcomisario Inca", relató Cuevas, y entonces se interrumpió por unos segundos: "Yo escucho cuando Inca le dice 'andá a poner eso'", remató.

El auto en el que iban las víctimas (reconstrucción del hecho).

"Esa persona de civil se acerca al auto, a la parte trasera donde la puerta estaba abierta, y tira el arma", prosiguió el principal en referencia a la Volkswagen Surán de los chicos, ya desocupada para ese entonces. Cuevas agregó que logró identificar a esa persona de civil en los días posteriores, cuando en los medios comenzaron a difundirse las fotos de los detenidos por el homicidio: "Después de ver las noticias y las detenciones de los tres identifico que uno era el que había puesto el arma. Es Isassi", declaró el principal.

Cuevas también dijo haber visto al comisario Rodolfo Ozán, otro de los imputados por el encubrimiento, pidiendo "que nadie filme ni saque fotos". Sobre el rol de Inca, dijo que, además de ordenarle a Isassi que plantara el arma, daba "indicaciones al personal de brigada". La voz de Ozán, comisario de la 4A, es precisamente la que se escucha en una de las llamadas clave de la causa, en la que le explica a Fabián Du Santos, comisario de la 4D, que "le dije a Inca que está como subcomisario que vaya y busquen lo que tengan que buscar para justificar esto". Esa llamada fue a las 9.59 de la mañana, es decir, media hora antes del momento que refiere Cuevas en su declaración.

Tras eso, el principal fue aún más allá y brindó otros detalles sobre su versión, en particular sobre el rol que le asigna al tal "Cachorro" Torres, oficial que no está imputado en la causa. "Estando detenido me enteré de que Torres se jactaba de haberle dado el arma de juguete que tenía guardada en un cofre de la comisaría", aseguró. Al cerrar la declaración de Cuevas, el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente y Dalbón pidieron la detención y la indagatoria de Torres, así como una ampliación de prueba para precisar los movimientos de las motos a través del geoposicionamiento.

Hasta el momento, ninguna declaración situaba a Isassi en la escena del encubrimiento y se creía que tanto él como sus dos compañeros de brigada se habían mantenido toda la mañana en Iriarte y Vélez Sarsfield, la esquina de la balacera. Si es así, y si se toma por válida la versión de Cuevas, los datos del geoposicionamiento de las motos deberían indicar el recorrido en el que Isassi fue levantado por Torres para ir hacia la comisaría a buscar la pistola de juguete y luego regresar a Alvarado y Perdriel.

El principal Cuevas fue uno de los primeros agentes en llegar a esa esquina, en la que ya estaba detenida la Surán con Lucas agonizando y sus amigos pidiendo auxilio. Él ordenó que los esposaran y así lo ratificó: "Dije que los aseguren porque creí en la modulación de mi compañero del enfrentamiento armado y en que los masculinos se daban a la fuga", aseguró y dijo que pidió la ambulancia para Lucas. De los 14 imputados, Cuevas es el único marcado por los perros de rastreo en las pruebas odoríferas que se le realizaron a la pistola de juguete.

En los peritajes telefónicos, en tanto, se habían extraído mensajes de su celular en los que decía a otros agentes que había visto cómo plantaban el arma, pero sin señalar a nadie en específico: "Encima le ponen un arma de juguete", dice uno de esos mensajes, mientras que otro refiere que a la pistola "se la pusieron". Durante la etapa de instrucción, en tanto, una de las agentes que recibió esos mensajes confirmó frente al fiscal Leonel Gómez Barbella el contenido de la conversación. No fue sorpresa, entonces, que fuera Cuevas el encargado de romper el silencio para dar su versión sobre el arma plantada.

"Fue muy importante lo que sucedió hoy porque abre el camino a la certeza absoluta del homicidio agravado y del encubrimiento, más allá del rol de cada uno", dijo a este diario Dalbón al finalizar la audiencia, y destacó el trabajo de Pérez de la Fuente con quien, aseguró, "pudimos romper el muro y quebrar a alguien que es parte de una mafia que fusiló a un chico, quiso matar a otros tres, encubrió, los torturó y los metió presos como si fueran delincuentes". Dalbón y el fiscal también pidieron protección para Cuevas y su familia, algo que fue otorgado por el Tribunal.

La declaración del principal obliga a reacomodar las fichas en el tablero de las siete defensas que se dividen a los catorce acusados. Para la audiencia de este jueves se esperaba que más imputados ampliaran sus indagatorias, ya que estaba pautada como la última antes de la etapa de alegatos que iba a comenzar el próximo martes. Sin embargo, el Tribunal decidió otorgar un cuarto intermedio hasta ese día, en el que podrían escucharse más voces de los policías. Si es así, el foco estará puesto en cómo responden, si es que responden, a la versión planteada por Cuevas. Por lo pronto, al principal lo separaron de sus coimputados para evitar posibles problemas y desde la próxima audiencia estará sentado junto a su abogado, apartado de los otros trece agentes.