Hay mañanas televisivas que son a pura información, con la actualidad caliente marcando el minuto a minuto. Las hay también más relajadas, con el mundo del espectáculo y los chimentos como foco central. Hay otras que se presentan como un espacio fundamentalmente de servicios para la comunidad, en todas sus franjas etarias, económicas y culturales. Las hay a pura recetas, cocinas y preparaciones gastronómicas de todos los gustos y colores. Y también está Qué mañana!, el programa de El Nueve que desde hace años reúne todos esos ingredientes a su oferta televisiva, de lunes a viernes a las 10. Un ciclo que hace unas semanas volvió a traer a la TV abierta a un viejo conocido de la pantalla chica, con la incorporación de Mariano Peluffo como conductor. Un animador a la vieja usanza que se coló entre tanto ruido mediático.

En una televisión que hace del impacto permanente su estilo predilecto, en la que generar el alerta y la tensión de los televidentes con cualquier temática se convirtió en una búsqueda extendida a través de ciclos y canales, Qué mañana! apostó a la calidez y amabilidad de Peluffo, un conductor de larga trayectoria televisiva y que siempre eligió correrse de las estridencias cada vez más habituales en el medio. La llegada a El Nueve del ex conductor de Talento argentino, Masterchef y Operación triunfo se dio de manera imprevista, ante la abrupta muerte de Guillermo Calabrese, que dejó al ciclo matutino sin animador de un día para otro.

“Veníamos charlando con el canal desde el año pasado para hacer algo, pero no encontrábamos el formato y encima el Mundial y este año las elecciones no ayudaban, porque siempre son dos cosas que condicionan mucho a la TV”, le cuenta Peluffo a Página/12, sobre cómo se dio su llegada al único canal de aire en el que no había trabajado. “Estábamos hablando para comenzar algo en la segunda mitad del año y justo se dio lo de Cala, inesperado y doloroso para todos. Después de unos días me propusieron conducir el programa, ya que Juan Ferrara -que forma parte del equipo- tenía varios compromisos asumidos por su perfil federal que le impedían hacerse cargo todos los días de Qué mañana! Y para mí fue un honor la propuesta, porque también era la primera vez que al ciclo no lo conducía un cocinero. Y creo que fue una buena decisión porque Cala es irremplazable”, admite el conductor, que volvió a la TV después de haber encabezado Relatoras, el concurso de mujeres relatoras de fútbol que en 2021 se emitió por la TV Pública.

-¿El hecho de no ser cocinero te hizo sacarte el peso de tener que reemplazar a Calabrese?

-Tengo la impunidad de no ser cocinero, de poder rodearme de cocineros que tiene experiencia en lo suyo y yo hacer otra cosa. Si me pongo a cocinar, nadie pretende que mi plato sea perfecto. Mi aporte va por otro lado. En un momento en que la tele, por cuestiones de la realidad, se ha puesto bastante cruda con los temas, Qué mañana! busca ser otra cosa. El programa siempre fue una gran opción y y hoy lo sigue siendo más todavía. Desde mi lugar trato de poner un poquito más de humor, de estar un poco más divertido, más lúdico. Es un mundo que muchas veces celebra cuando alguien choca. El programa tiene un rumbo marcado, una manera de ser que no va maniobrando por el minuto a minuto. Eso es una ventaja, aún cuando pasa algo fuerte de actualidad y medimos menos, porque la gente va a buscar la noticia.

-De cualquier manera, Qué mañana! no es una burbuja, sino que brinda información, aunque no lo hace permanentemente.

-No formamos parte del graph titilante que te pone tenso inmediatamente. Estamos fuera de esa marca de los canales de noticias de cable. El que quiere estar todo el tiempo subido a la información sintoniza una señal de noticias y listo. Nosotros jugamos a ser una alternativa a propuestas más periodísticas. Y la verdad que muchos hoy lo agradecen, donde la cosa tan complicada, tan difícil, donde la pos pandemia dejó un montón de cuestiones que en algún momento serán temas de análisis en la cabeza de la gente. Hay noticias que no dejan de sorprender por su violencia. Un programa divertido, de cocina buena onda, donde ves que los que cocinan lo hacen con alegría, que no hay rispideces, que te trae recetas para hacer con poca guita o con aquello que tenés, y que si no lo podés reemplazar con tal o cual producto, está bueno… Qué mañana! es un un programa de servicio pero buena onda. Nos rinde mucho cuando tenemos el móvil en el Mercado Central, o informes en los que mostramos todo lo que pueden comprar cuatro familias si cada una pone 5 lucas y se van en auto al Mercado Central. La gente lo agradece.

-¿Vos cultivaste un perfil de conductor del llano, cercano a la ciudadanía más popular?

-Después de tantos años, casi 30 años ya, terminé entendiendo que hago mejor las cosas mejor cuando me muestro tal cual soy. En el 94 empecé como productor de Cablín, que fue mi primer laburo en tele. Pero estudié Ciencias Económicas absolutamente gobernado por un mandato familiar, donde todos son contadores, pero sin ningún tipo de pasión ni de vocación. A los 23 años pude dar el volantazo y romper con el estudio de contadores familiar que me estaba esperando cuando me recibiera, porque encontré algo que me gustaba, que me apasionaba. Por eso lo tengo que hacer contento y lo tengo que disfrutar. De hecho, hace un par de años me di cuenta que no estaba disfrutando lo que hacía, más por cuestiones personales que laborales, estaba con muchos dolores y me habría descuidado mi salud, y me fui de la tele. Me refugié en la radio (conduce todas la tardes Sarasa en La 100). Tengo la suerte de poder elegir qué hacer, de poder decir que no.

-Condujiste distintos programas y géneros, ¿qué no harías hoy?

-Tengo el privilegio de poder decir no. Durante años tuve que hacer cosas para pagar las cuentas. Yo creo que todos en la vida hay una cosa que sabemos que la podemos hacer más o menos bien, independientemente de si la gente le gusta o no. En Qué mañana! me siento cómodo. No me siento como mosca en una sopa. Hay no sé si quisiera estar en un noticiero, donde pasan de una noticia a la otra, sin parar. Es tremendo. A mí se me quedarían pegado todos los temas.

-¿Te pasó alguna vez de “perderte” en algún momento de tu carrera, de enceguecerte con las audiencias masivas de los ciclos populares que condujiste?

-Creo que no me pasó. Sigo viviendo en mi barrio, en este momento estoy volviendo de la radio en el auto de mi vieja porque la camioneta mía la llevé al taller. Yo trato de no despegar nunca los pies de ese lugar, de no perder ese parámetro. La verdad que mi vida de hoy se parece mucho a la de hace 15 o 20 años, con la diferencia de que han pasado años, en los que por suerte en la vida me ha ido bien. Pero no es que ahora me voy a caminar por los hoyos de mi cancha de golf. Soy consciente de que nuestros ingresos son mejores que los de la media de los argentinos, pero también que lo nuestro es hoy y mañana no sabemos. Salvo excepciones, tenemos una vida profesional corta, como la de los futbolistas.

 

El equipo en el estudio

Mariano Peluffo no está solo al frente de Qué mañana! Al conductor lo acompaña un numeroso equipo de profesionales, muchos de los cuales rotan cada día en función de satisfacer la búsqueda del ciclo. Diariamente, el ciclo cuenta con el trabajo de Agustina Díaz (noticias de actualidad), Maia Chacra (Pequeñas grandes noticias y tecnología), Daniel Gómez Rinaldi (espectáculos) y Bárbara Casen (locutora). También forman parte del ciclo Andrea Purita (Nutrición), Dr Romero (mundo animail), Dr. Alberto Cormillot y Alejandro Gardinetti (humor). 

A diferencia de otros programas, Qué mañana! cuenta con un equipo de cocineros que van rotando cada día, como Juan Ferarra, Karina Gao, Guillermo Busquiazo, Agos Chinelli y Alejandra Temporini. “Tenemos un equipazo de cocineros, cada uno con un perfil diferente, como Ale Temporini que es la número uno de la cocina sin gluten o Karina Gao que es muy fuerte en las redes”, subraya Peluffo.