Donde todo termina o todo comienza. El diseñador chileno Juan Pablo Fuentes volvió a su primer y gran amor y abrió END, Espacio Nacional de Diseño. Una tienda/galería/espacio cultural y punto de encuentro para que sucedan talleres, charlas y lanzamientos, emplazado en quizás uno de los lugares más bellos y neurálgicos de Santiago, el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). 

–¿Cómo surgió el proyecto de la tienda? 

–END, Espacio Nacional de Diseño, es el 2.0 de Cómodo, tienda de diseño, que fundé en el 2018 en Drugstore de Providencia. Una iniciativa que buscaba comercializar diseño chileno y ser una plataforma de creatividad nacional. Acá logramos con mi socio de la época dar a conocer el nuevo diseño chileno. El punto de partida de END fue mi presencia en ARTSTGO en 2016, donde invitado por Nicole Andreu y Pablo Buttazzoni me instalé con una pequeña galería de diseño. Fue tal el éxito de este espacio que mire a GAM como ‘el lugar’ para este nuevo proyecto de diseño. Al punto que fue casi una obsesión. Por suerte Felipe Mella, director de GAM, tenía intención de tener un espacio de diseño en el centro cultural como lo tienen los grandes centros culturales del mundo.

–Era un sueño tuyo...

–Era el cierre de un ciclo. Ya tuve la tienda, escribí sobre diseño en medios especializados, trabaje en educación y ya voy en mi segundo libro que destaca el nuevo diseño chileno, así que lo que faltaba la galería o espacio cultural, un proyecto nuevo y único. Pero no es un sueño que uno puede hacer solo, así que para END somos tres: dos ingenieros y yo como diseñador. Nuestro director general es Rodrigo Radiszcz, quien tiene como labor ver el negocio desde una perspectiva superior y guiarnos en el buen desarrollo del proyecto, yo lo llamo gerente general, pero no le gusta mucho. Luego esta Alan Weschler, ingeniero con alma de diseñador (por suerte no lo fue), que es quien se encarga de la relación codo a codo con clientes y alianzas a futuro. Alan es una máquina comercial, vende como nadie y además es tan creativo que a veces debo ignorarlo… jajaja. Para cerrar el proyecto estoy yo, como director creativo. Mi labor es que el espacio sea un lugar que cumpla las expectativas de nuestros socios, aliados, amigos y clientes. Soy quien se encarga de hacer que la marca y experiencia del cliente sea única o distinta.

–Con la experiencia que fuiste acumulando estos últimos años: ¿Qué cambiaste? ¿Qué características o cosas distintas hiciste? 

–Lo principal fue no dejar la carga comercial o el éxito del proyecto en la venta de productos. Y creo que acá es donde uno nota que la experiencia o prestigio, juega a favor. Ya que END se sustenta con el apoyo de empresas privadas y el estado. Si no fuera por Arauco, Codelco, Lirquen y Laboratorio de Gobierno, sería imposible levantar 260 metros cuadrados de cultura en torno al diseño.

–¿Hoy qué diseñadores forman parte? 

–Los mejores diseñadores de Chile en sus distintas disciplinas. Partimos con los amigos que confiaron en el proyecto desde el día cero, antes de que hubiera idea, sólo un buen espacio arrendado en GAM. Destaco a Rodrigo Pinto, Matías Ruiz, Carlos León, Simón Gallardo, The Rack, HuedHued, Diógenes, Felipe Arriagada, Maquinario, Jaime Ramírez, Manufacturas, Krauss Chavarri, Pablo Llanquin, Nueve Design Studio, Vettas y a Luis Miranda de MODACL, Sebastián Núñez de Interdesign y Sebastián Bello de Composit. Vendemos desde un lápiz grafito a un mueble de edición limitada. Pasando por ropa, libros, objetos de decoración, productos muy emocionales y varios bien raros en su forma. 

 

–¿Cómo fue la recepción del público? ¿El chileno consume diseño local?

–Estamos muy contentos con el cariño del público. Creemos que END es un espacio que necesitaba y esperaba el público chileno y los turistas. Este es un espacio extraño, creemos único. Quien entra al lugar vivirá una experiencia única. Siempre tenemos gente, conversando, mirando, comprando. Más que nada porque consideramos que END no es una tienda sino un espacio de cultura en torno al diseño. Obvio, el que consume siempre lo ha hecho, sólo que antes tenía que buscar el lugar donde comprar, llamar al diseñador y ahora tiene todo en un solo lugar. Somos un punto de encuentro y comunicación y eso ha sido del gusto del consumidor nacional. 

–¿Qué suman a la venta de productos? Charlas, talleres...

–El espacio se divide en tres partes. La primera es la galería, un espacio donde desarrollamos exposiciones de diseño nacional, ya estamos en la tercera. Iniciamos con Obra Prematura de Rodrigo Pinto, luego Territorio Tipográfico y ahora esta Fibras una exposición que estuvo a cargo de Pedro Saldías en honor al libro Nuevos Creativos Chilenos. El segundo espacio es el de la tienda, donde vendemos productos nacionales desde 1 a 2000 dólares. Productos muy comerciales, hechos para un cliente normal, un objeto que puede necesitar cualquier persona y el último espacio es para talleres, donde desarrollamos actividades desde 15 personas a 300. Destacamos conversatorios, talleres para niños y lanzamiento de diseños chilenos.

–¿Es difícil vender diseño?

–No, lo difícil es que los diseñadores estén a la altura de los consumidores. Hemos logrado vender mas rápido de lo que puede producir el diseñador. De hecho nosotros en END no vendemos, atendemos y eso hace una gran diferencia. Quien entra a nuestro proyecto se enamora de lo que ve y generalmente se quiere llevar algo. Destaco que el turista argentino no sólo viene a Chile a comprar a H&M o a comprar tecnología, sino también busca objetos emocionales y que le generen un contacto o recuerdo con el país. En END nos encanta el turista de Argentina. 

–Metas futuras.....

–A futuro END debe crecer y el proyecto contempla CND (Centro Nacional de Diseño) donde ya tenemos conversaciones con Manuel Figueroa, coordinador de Área Diseño de Consejo de la Cultura y las Artes, para hacer esto realidad y esperamos tener un adelanto a fines de este año de este proyecto. Y mi sueño personal es que cuando salga el Ministerio de Defensa del edificio detrás del GAM, poder hacer en el primer piso, nuestro esperado MND (Museo Nacional de Diseño). Ya tenemos un acervo que mostrar de nuestra historia y como país en vías del desarrollo, no podemos no tener un museo que muestro lo que somos y fuimos en diseño. 

–¿El nombre?

–Nació tratando de explicar qué era lo que buscamos y entre mi tartamudez y molestia por no dar a entender este híbrido dije… “Es un espacio nacional de diseño. End” y ahí salió la traducción “fin” en español y salió el relato. De que estamos al fin del mundo y somos un fin, una meta, un objetivo. Me encanta el nombre y el logotipo se lo pedí a uno de mis mejores amigos, Jaime Ramírez Cotal, y le dije que quería un logo que moleste a los diseñadores gráficos y que al sacar la sigla no se lea nada y no se entienda. Fue un fracaso mi objetivo, ya que gusto mucho y fue muy aplaudido. 

–¿Que te motiva a gestionar y mover el diseño chileno?

–Siempre he dicho que mi carrera no esta basada en el apoyo, promoción o difusión del diseño chileno. Sólo se me dio naturalmente, no como un plan. Sólo fue paso a paso. Todo lo que he desarrollado, lo hago con tanto cariño, pasión y profesionalismo, destaco que siempre unido a los mejores en su área, que por eso los proyectos nacen potentes e interesantes. Sobre que me motiva, trabajo para ser parte de la historia del diseño nacional y espero que mis libros, proyecto UDLA y proyectos comerciales sean reconocidos en el tiempo. Trabajo para que mi hijo sepa que su padre no sólo trabajo para el, sino también dio un tiempo a sus colegas. Desde lo personal, quiero entrar a la política y desde ahí poder hacer cosas grandes por el gremio y mi país. El diseño mueve, es diseño es el valor agregado de una nación, tanto desde lo cultural como en lo económico.

–¿Quienes son tus referentes?

–Nuestros referentes son grandes, ya que tenemos sueños aún mas grandes y destaco a Tienda Malba una de los espacios con más alma y mejor curadoría de diseño Latinoamericano. Tienda MOMA, ya que tienen productos para un público transversal y de variados precios y Espacio Colette en Francia, por sus actividades, ediciones limitadas y por ser una de las primeras Concept Store del mundo. Lamentablemente cerrara sus puerta a fin de año y ojo que no por problemas financieros, sino, porque la fundadora se jubilara y su hija dice “Colette no puede ser Colette, sin Colette”.