La menopausia está dejando de ser un tema tabú en el ámbito laboral en Gran Bretaña. Cada vez más empresas en Reino Unido están implementado programas para romper el silencio en torno a la Gran M con el objetivo de que aquellas mujeres que enfrentan síntomas agudos durante el climaterio, como sofocos a repetición, puedan lidiar con ellos de la mejor manera y no se vean empujadas a dejar de trabajar. El movimiento surgió hace pocos años y a partir del alerta que dieron algunas encuestas: en 2019, un relevamiento del Chartered Institute of Personnel and Development ( CIPD ), una asociación de profesionales de recursos humanos, encontró que 3 de cada 5 mujeres que rondaban la menopausia, generalmente de entre 45 y 55 años, se habían visto afectadas negativamente en el trabajo; otro estudio, de BUPA, una compañía de seguros médicos, reveló que casi 900 mil mujeres en Gran Bretaña habían dejado sus trabajo debido a los síntomas de la menopausia. ¿Es un avance en la protección de los derechos de las mujeres y otras personas que llegan a la menopausia o un riesgo de cargar con otro estigma?

En Reino Unido, el Parlamento británico tomó el tema, hizo múltiples audiencias con especialistas y finalmente pidió que se incluyeran programas de capacitación y sensibilización sobre los síntomas de la menopausia en el sector privado y que las empresas incorporen ventiladores de escritorio, uniformes más frescos y horarios flexibles para quienes los necesiten. También se agregó como contenido de la educación sexual en escuelas secundarias y en 2024 deberá estar incorporado en las currículas de las carreras universitarias de Medicina.

Más de medio centenar de compañías británicas, entre ellas, Unilever UK, HSBC UK yel club de fútbol West HamUnited, hicieron una certificación como “amigas de la menopausia”, a través de una acreditación que brinda una firma privada de capacitación profesional que se especializó en la temática y se llama Henpicked: Menopause in the Workplace.

En este contexto, en octubre de 2022, el ministro de Salud de Irlanda, Stephen Donnelly, lanzó una campaña gubernamental de sensibilización sobre la menopausia. La campaña, se anunció desde el Ministerio, “es una respuesta directa a la demanda de las mujeres irlandesas de un mayor conocimiento y comprensión de la menopausia, así como un mejor acceso a información y apoyos precisos para que puedan gestionar su experiencia de manera proactiva”. La campaña nacional incluye un anuncio de 30 segundos en la radio nacional y local, anuncios impresos en periódicos y revistas nacionales, publicidad exterior en pantallas digitales y paradas de autobús en todo el país, junto con anuncios en medios digitales y sociales. Además, el Departamento de Salud desarrolló gov.ie/menopause, un sitio para obtener información sobre la menopausia y sus síntomas de la menopausia, que, según informa, contiene “consejos sobre el manejo proactivo, cómo ayudar a alguien que atraviesa la menopausia y enlaces a la experiencia clínica adecuada”.

El tema también empezó a ser agenda en la política en Estados Unidos, onde el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, se comprometió a principios de este año a “cambiar el estigma en torno a la menopausia en esta ciudad”, y de forma incipiente filiales de empresas británicas empezaron a tomar decisiones en el mismo sentido.

El debate

Sin embargo, hay voces que alertan sobre ciertos riesgos de alentar esta conversación pública desde un enfoque estrictamente laboral. Una de ellas es la directora médica de la Sociedad Norteamericana de Menopausia, Stephanie Faubion: la especialista piensa que sería mejor ir despacio, incorporando la asistencia y el asesoramiento sobre menopausia entre los recursos existentes en el lugar de trabajo antes que crear algo completamente novedoso como una habitación fresca como quieren incorporar algunas empresas. “Lo último que necesitamos es alguna otra razón para la discriminación en el lugar de trabajo contra las mujeres y perjudicarlas de alguna manera diciéndoles que tiene algo malo en la menopausia que requiere adaptaciones”, dijo al diario New York Times.

La discusión está lejos de llegar a la Argentina, donde la precarización laboral y la feminización de la pobreza imponen otras prioridades. No obstante, expertas consideran que la menopausia debe salir del clóset, porque muchas mujeres --y otras personas que menstrúan-- pueden llegar a tener síntomas muy molestos que le afecten su calidad de vida si no tienen la información apropiada para optar por un acompañamiento acorde a su cuadro.

En el siglo XXI, el climaterio abarca un tercio de la vida e impactará en 2030 a más de 1.2 millones de personas en todo el mundo. Pero el hecho de que paradigma desde el cual se ponga el tema en agenda sea el laboral --y no un enfoque de derechos-- podría generar más estigma sobre quienes atraviesan esa etapa, con el riesgo de que se convierta en una nueva causal de discriminación por razones de género en el trabajo, señalan algunas especialistas.

Para la socióloga e investigadora del Conicet Verónica Giordano, el abordaje del tema en el Reino Unido y Estados Unidos refleja una acercamiento “neoliberal” al asunto porque se pone el énfasis “en la fuerza de trabajo y cómo mejorar las condiciones para que las mujeres con menopausia permanezcan en el mercado laboral pero no miran el tema de la sexualidad, el placer, la cobertura de salud, entre otros ejes”, advirtió en diálogo con Página 12 Giordano, quien lleva adelante un proyecto de investigación desde la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA con la ONG Ecofeminita bajo el título “Un día en la vida: visibilización de la menopausia en la menstruación”. “La invisibilización de este fenómeno conlleva la ausencia de políticas públicas que aborden de manera integral las necesidades de quienes lo atraviesan, generando así un factor adicional de desigualdad”, consideró. Giordano plantea la necesidad de que deje de ser un tabú pero sostiene que el abordaje debe ser integral desde un enfoque de derechos que ponga el foco en tres dimensiones: biológico/médico, legal y social.

Consultada por este diario, Cynthia Benzion, presidenta de la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas, alertó también sobre el riesgo de que pueda interpretarse como un mayor costo para las empresas y entonces no quieran contratar mujeres. La médica ginecóloga Sandra Magirena, autora del libro “Regreso a mí: vivir una menopausia consciente” (Editorial El Ateneo) expresó su preocupación --en diálogo con Página 12-- si se plantea la discusión en términos del impacto laboral de la menopausia. “Se puede acrecentar el estigma sobre quienes atraviesan esa fase natural”, dijo. No obstante, coincidió en la importancia de visibilizar los cambios fisiológicos que acompañan esa etapa pero “sin patologizarla”.

Yamile Socolovsky, secretaria de Género y Diversidad de CTA de les Trabajadores, reconoció que no es un tema que se esté debatiendo en el país ni en la región. Pero opinó que en tanto se establezcan garantías antidiscriminatorias y para preservar los derechos laborales, el reconocimiento del modo en que la menopausia puede afectar a las mujeres es importante y hace a una perspectiva de salud integral. “En general, la preocupación por el hecho de que establecer formas de reconocimiento de condiciones diferenciales pudiera representar una desventaja en el mercado de trabajo no carece de asidero en la realidad, por eso se necesitan regulaciones y políticas para evitar la discriminación. Pero pienso que negar las dificultades cuando ellas existen es lo que nos pone en situación de vulnerabilidad, porque obliga a quienes las padecen a ocultarlas, disimularlas, y resolverlas por cuenta propia”, consideró.

“La menopausia necesita ser vista como una etapa natural de la vida y no como un problema o un limitante en el desarrollo de las mujeres mayores de 40 años”, dijo a Página 12 la periodista brasileña Miriam De Paoli, una de las fundadoras de No Pausa, organización pionera en la región que viene trabajando en distintos países latinoamericanos con el ámbito público y privado para darle visibilidad a la menopausia y el climaterio. “Las empresas tienen la responsabilidad de proporcionar información para que las mujeres tomen las mejores decisiones, ya que los Estados han fallado en hacerlo. Los síntomas de la perimenopausia --el período previo a dejar de menstruar-- son solucionables con información y decisiones especialmente vinculadas a pautas en la dieta y sanitarias. El tema de empresas womenfriendly es incipiente y necesita ser discutido para encontrar un camino positivo para la sociedad y las personas que atraviesan esta etapa de la vida”, consideró De Paoli.

Un proyecto de abordaje integral en la Argentina

En el país, diputadas del Frente de Todos, encabezadas por María Rosa Martínez, acaban de presentar un proyecto de ley en la Cámara baja de “Atención y abordaje integral de la menopausia y el climaterio”, el primero sobre la temática, que coloca como responsable del desarrollo de un programa al Ministerio de Salud --es decir, que le da un enfoque de salud pública-- donde crea una unidad especializada. 

Entre sus obligaciones se incluye desde capacitación a profesionales de la salud hasta la obligación de desarrollar campañas de difusión en medios de comunicación y cobertura gratuita de abordajes terapéuticos en casos en que sean requeridos. Y dentro del Programa MenstruAR, que lanzó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación en mayo, se incluyó el tema pero rebautizando a este período de la vida como “plenopausia”, como forma de empezar a construir una narrativa positiva y “no como la merma de la menstruación, de la reproducción y lo que pareciera asociado a la merca de la sexualidad”, explicó a este diario Irina Perl, a cargo de la iniciativa. 

“Nos parece importante visibilizar los cambios que se dan en el cuerpo y que se pueda hablar de eso libremente y no sea vergonzante. Que existan espacios donde poder intercambiar esas experiencias y reconocerlas como válidas, no patologizar las experiencias corporales de la plenopausia”, dijo Perl. Y contó que han desarrollado un taller específico dirigido a áreas de género de los gobiernos locales para que luego puedan replicarlo con la población”.