Debió haber ganado Unión. Y debió haber perdido Boca pero al final empataron 0 a 0. El equipo santafesino hizo los méritos mayores, tuvo las mejores situaciones que no fueron tantas y además, a los dos minutos del segundo tiempo, convirtió un gol válido que le anuló el árbitro Andrés Merlos en complicidad con Mauro Vigliano en el VAR: Machuca habilitó al lateral Corvalán, quien llegó al área viniendo desde atrás y anotó por entre las piernas del arquero Sergio Romero. 

Pero primero Merlos y luego la revisión de Vigliano en el VAR vieron a Corvalán en offside, y procedieron a invalidar el gol pese a que del trazado manual de las líneas y de las distintas imágenes no surgió ninguna certeza de que efectivamente ello haya sido así. 

Fuera de ese error que condicionó el resultado del partido y su desarrollo posterior, lo de Boca volvió a ser decepcionante. Un sólo dato ayudará a comprender su desempeño: en toda la noche, Moyano, el arquero de Unión, no atajó un sólo remate al arco. 

La única situación mas o menos riesgosa fue un pase de Merentiel a Weigandt, a los 23 minutos del primer tiempo, que el lateral terminó llevándose por delante cuando estaba por rematar al arco santafesino. Antes y después, la nada misma.

Incluso luego de la expulsión de Rolón, a los 29 minutos del complemento por una durísima entrada sobre el lateral Vera, Boca armó línea de cinco en el fondo, renunció a sus escasas pretensiones de ataque y se dedicó sin empacho a cuidar el punto

El nuevo experimento del técnico Jorge Almirón de colocar a Ramírez por detrás de Merentiel no resultó, y duró apenas 52 minutos sin que el volante y el delantero hayan conectado una sola vez. Tampoco viene funcionando el tándem de Fabra y Barco por la izquierda. Se superponen, no se complementan.

En el primer tiempo, Boca tuvo la pelota, la movió de acá pero allá pero en verdad fue una posesión estéril e ineficiente. No sirvió de nada. En el segundo, ni siquiera eso. Los cambios no cambiaron nada (Rolón estuvo 22 minutos en la cancha) y Almirón se desgañitó desde el banco sin conseguir que su equipo juegue un solo minuto bien.

Lo único positivo para Boca fue que no perdió en Santa Fe. De cara a su futuro (dentro de un mes tiene por delante los octavos de final de la Copa Libertadores) el empate no le dejó nada. Sólo dudas y sombras para lo que viene.