Mientras 2 de cada 10 trabajadores en la provincia de Buenos Aires desconocen si hay licencia por paternidad en su trabajo, 3 de cada 10 no saben la extensión que tiene esta licencia. Además, 2 de cada 10 de los encuestados padres no se tomó la licencia por paternidad aun correspondiéndole. Estos son algunos datos de una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, que se conoce en el marco del debate actual sobre la ampliación de licencias que se está dando en el Congreso Nacional.

Por otro lado, el 20,7% de los trabajadores encuestados no sabe si existe o no el reintegro por guardería en su lugar de trabajo, y 2 de cada 10 empleados desconocen si tienen o no el derecho a la licencia para cuidados por enfermedad de persona a cargo, familiar y/o conviviente. Sobre este tipo de licencia, 2 de cada 10 trabajadores que necesitaron utilizar la licencia por cuidados, afirman no habérsela tomado en el último año. El principal motivo esbozado por los trabajadores del no uso de esta licencia para cuidados, aun cuando indicaron necesitarla, fue “perjudicaba la dinámica / funcionamiento de mi trabajo” (39,1%). El segundo y el tercer motivo señalados fue “no lo consideré necesario” (21,7%) y “quería reintegrarme a mis tareas laborales” (17,4%). Es de destacar, aunque no sorprenda, que muchos trabajadores no se hayan tomado licencia por enfermedad familiar por estos motivos. Vale la pena visibilizar quiénes tuvieron que hacerlo para ejercer esos cuidados no brindados por esos varones y qué haría falta para cambiar esta situación. En ese sentido, Alejandra López, directora de Políticas de Género de la Defensoría dijo a este diario que “la invisibilización de las tareas de cuidado en los ámbitos de trabajo no hace que estas desaparezcan. Son tareas que siempre deben ser garantizadas porque son condiciones básicas para sostener la vida. Son las que les permiten a las niñeces poder asistir a la escuela, participar de actividades sociales, deportivas, artísticas. Son aquellas que permiten a las personas adultas mayores acceder a la salud porque detrás de alguien que asiste por ejemplo a un turno médico, hay alguien que se ocupó de sacar ese turno, de garantizar el traslado, comprar medicamentos, etc. Las licencias por cuidados de hijo/a, familiar y/o conviviente por enfermedad son fundamentales para poder asistir a quienes lo requieren, tanto en la primera infancia como a lo largo de la vida. Estas tareas continúan recayendo mayormente sobre las mujeres, que son quienes utilizan estas licencias en el caso de tenerlas. Para garantizar estas tareas, aquellas mujeres que no tienen estos derechos en sus ámbitos laborales, en muchos casos deben optar o bien por ausentarse perdiendo ingresos diarios o bien resignar horas de trabajo remunerado para poder cubrir estas tareas no remuneradas”.

En un apartado la encuesta indaga sobre aspectos sociales que rodean a la toma de decisión de hacer uso de este derecho. Se refiere a los comentarios despectivos que sufrieron quienes hicieron uso de las licencias. El 21,8% de estos trabajadores recibió cuestionamientos en primera persona. Entre las palabras utilizadas aparecen: “Dominado”, “de esas cosas se encargan las minas”, "ay… ahora trabaja de enfermero", “si la que lo tuvo fue tu señora” y “que soy mariquita y que eso lo hacen las mujeres”. La encuesta analiza el origen por género de los comentarios/bromas/cuestionamientos ante la utilización de estas licencias, y señala que “resulta interesante observar que los mismos provienen tanto de mujeres como de varones. Aun así, es necesario mencionar que el porcentaje de estos últimos es levemente superior en todos los roles consultados. En cuanto al rol particular que ocupan quienes realizan estos comentarios, el primer lugar es “compañero/a del mismo equipo de trabajo u otro equipo”, seguido de personal jerárquico, y por último “personal subalterno”. En relación a este aspecto, López dijo que “existe una división social de las tareas que históricamente le ha atribuido (y continúa haciéndolo) a las mujeres la responsabilidad 'natural' de ocuparse de las tareas domésticas y de los cuidados. Esto se encuentra basado en estereotipos que, aún hoy, siguen siendo rígidos y binarios. Las reacciones frente a un varón que decide tomarse una licencia de cuidados están atravesadas por estas ideas ya que rompen con mandatos que han excluido a los varones del derecho a cuidar.”

La encuesta “Los cuidados en el ámbito laboral” estuvo dirigida a varones de 18 años o más, ocupados en relación de dependencia (ya sea en el ámbito público o privado), residentes en la provincia de Buenos Aires. Se realizó de forma online y a través de las 57 delegaciones de la Defensoría en la Provincia, entre junio y agosto del año pasado.

El relevamiento se presenta en el marco de la creación del proyecto de Ley Nacional “Cuidar en Igualdad” que fue enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo el 2 de mayo de 2022 y establece la creación del Sistema Integral de Cuidados de Argentina con perspectiva de género (SINCA) y propone la modificación del régimen de licencias en el sector público y privado. Además, por estos días en el Congreso nacional las comisiones de Legislación del trabajo y Mujeres y diversidad debaten sobre la ampliación de licencias parentales.

La necesidad del relevamiento surge de la inequidad en la distribución de las tareas de cuidado en la actualidad, frente a la que la ampliación de licencias sería una política pública fundamental para su modificación. Según la investigación: “las tareas de cuidado en los hogares y en la comunidad en general, no se encuentran distribuidas en forma equitativa entre los distintos sectores corresponsables del cuidado. Entre el Estado, el mercado, las organizaciones comunitarias y las familias, son estas últimas y a su interior las mujeres, quienes se ocupan principalmente de estas tareas. De acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT 2021), en nuestro país, el 91,7% de las mujeres realiza trabajo no remunerado, mientras que el 75,1% de los varones lo realiza”. Si lo pensamos en horas de trabajo, el promedio diario para el caso de las mujeres es de 6:30 hs y para los varones de 3:40 hs. La ENUT define el trabajo no remunerado como “las actividades productivas de los hogares para sus propios miembros, y de apoyo para otros hogares, para la comunidad y voluntario”.

Finalmente, según el informe la mayoría de los empleados consultados estuvieron de acuerdo con la modificación de las licencias para el cuidado, para ampliar días o crear nuevas. El porcentaje más alto de acuerdo lo alcanzan las propuestas sobre que “se extienda la licencia por paternidad” (87,7%), seguido de “se creen licencias para futuros adoptantes y licencias por adopción” (86,1%), y “se cree o extienda la licencia para el cuidado por enfermedad” (84,8%).

En la investigación se explica que hoy la legislación argentina establece para el empleo privado, sólo para trabajadores formales en relación de dependencia, 90 días de licencia por maternidad y 2 días de licencia por paternidad. Por otro lado, la Ley de Contrato de Trabajo no contempla días de licencia para cuidados por enfermedad como tal, pero pueden estar incluidos en distintos convenios colectivos de trabajo. Las disposiciones de esta Ley no son aplicables a trabajadores/as dependientes de la Administración Pública Nacional, Provincial o Municipal.