Manuela Castañeira defiende una batería de propuestas anticapitalistas para enfrentar la crisis socioeconómica en la Argentina: además de desconocer la deuda con el FMI, la candidata a presidenta por el Nuevo MAS impulsa un salario mínimo de 500 mil pesos indexado por inflación y un aumento de las retenciones para el agro y la minería, entre otras medidas. "Podrán decir que son extremas, pero más extrema es la derecha que propone la dolarización o vender órganos", argumenta en diálogo con Página/12.

- ¿Cuáles son los ejes del programa que proponen?

- El primer punto es un salario mínimo vital y móvil que parta de los 500 mil pesos indexados por la inflación. Vemos dos fenómenos nuevos y preocupantes en la Argentina: que los trabajadores conveniados están por debajo de la línea de la pobreza, lo vimos con el paro reciente de la UOM; y el otro es el pluriempleo, dos o tres trabajos para llegar a fin de mes y uno de ellos o varios bajo monotributo sin registro ni derechos. Con el salario se puede encarar ambos problemas. Creemos que es una medida que además se puede hacer no apelando a la emisión.

- ¿De dónde saldría el dinero?

- De la ganancia de las multinacionales o las grandes empresas argentinas, que tienen un PBI entero fugado, dicho por el Indec, de nuestro país. Quiere decir que hay riqueza en nuestro país y la manera de dejarla en Argentina es redistribuirla hacia el salario y generar así un impacto sobre el mercado y el consumo interno, el comercio de cercanía, además por supuesto sobre la vida de las y los trabajadores argentinos, que podrían mejorar rápidamente su situación.

- Plantean romper el acuerdo con el FMI, ¿cómo?

- El Gobierno rifa los pocos recursos que tiene la Argentina en la deuda ilegítima macrista, porque ahora no se está pagando solo con derechos especiales de giro sino con recursos propios de la Argentina, Ya perdió 10 mil millones de dólares para pagarle al FMI. El discurso tiene que ser al revés, no cómo le pagan al FMI sino cómo piensan crecer si le pagan al FMI. La utopía es decir que pagando deuda se compra soberanía. Lo que propone el ministro y candidato Sergio Massa es frustración. Promueven el discurso de no se puede.

- ¿Cómo se podría, según sus propuestas?

- Para que no crezca la derecha y no siga el hambre en la Argentina hay que tomar medidas de fondo. Algunas las ponemos dentro del mapa anticapitalista que tiene que ver con afectar ganancias. Otras podrían haberse dicho reformistas en otro momento pero son elementales para que haya soberanía económica y cuidado de los recursos naturales. Por ejemplo, las retenciones al agro: este Gobierno regala el dólar soja y nosotros proponemos retenciones del 50 por ciento a partir de las mil hectáreas, al agro y la minería. Como parte de un shock de medidas antiinflacionarias que afecten a los poderosos y no como hace el Gobierno, que afecta a las mayorías sociales. Nosotros queremos girar el debate hacia la izquierda porque lo que está proponiendo la derecha es explotación del trabajo, expoliación de los recursos naturales y represión para poder llevarlo adelante, con un ataque a las libertades democráticas más elementales, como el derecho a la protesta. Proponemos siete medidas anticapitalistas. Podrán decir que son extremas, pero más extrema es la derecha que propone la dolarización o vender órganos...

- ¿Por qué cree que muchos jóvenes -según estiman las encuestas- se inclinarían por el voto a Javier Milei?

- Yo relativizaría eso de "muchos jóvenes", por un doble motivo. Por un lado, porque las encuestas decían que en España Vox iba a arrasar y no fue así; que la ultraderecha iba a arrasar en Santa Fe y no fue así. Eso está por verse, todavía no pasó ninguna prueba ni elección donde se compruebe. En segundo lugar, las que son de la marea verde no votan a Milei y discuten con sus compañeros que no voten a uno que no le importa si te matan y que quiere sacar la ESI. Es un fenómeno entre jóvenes varones y entre ellos no todos votan a Milei. Y en el mundo no solo crece la derecha, también crece la izquierda. Entonces, cuando vienen las elecciones, a los poderosos les conviene promover los discursos de ultraderecha para sobrevaluarla y subvaluar a la izquierda.

- ¿Por qué entonces no hay una propuesta electoral única de la izquierda trotskista?

- Lamento la división y creo que es necesaria la unidad. Hay división por responsabilidad del FIT que dirige (Myriam) Bregman. Le propusimos una PASO y dijeron que no. Le propusimos una fórmula única cuando supimos que (Gabriel) Solano iba a la PASO con su lista y me dejó de contestar. Me parece irresponsable, porque ellos dicen que está resuelto el tema de la unidad porque existe el FIT, que con cuatro candidaturas en diez años está en una grave crisis, utilizan las primarias como un negocio para ver quién pasa y quién no. Son prácticas punteriles, pejotistas, que nada tiene que ver con la tradición la izquierda.

- ¿Cuál es la expectativa del Nuevo Mas en estas PASO?

- Para resolver este tema de la unidad es importante que lleguemos al medio millón de votos, porque así vamos a estar en condiciones de pelear de manera concreta por un bloque unitario de la izquierda que le dé perspectiva y proyección al programa anticapitalista. Por eso pedimos que nos acompañen con la campaña de la renovación de la izquierda.