"La bronca que la gente quiere expresar cuando vota tiene que cobrar forma en organización y programa, el desafío es conquistar una mayoría popular", dice Gabriel Solano a Página/12 en un alto en su recorrida de campaña por Lomas de Zamora. El precandidato a presidente por la lista "Unidad de luchadores y la izquierda", es diputado de CABA por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT-U), tiene 49 años, nació en Lanús, vive en pareja en Constitución y tiene tres hijos. Estudió en Filosofía y Letras en la UBA pero no se recibió. Tuvo un hijo a los veinte años y comenzó a trabajar "de cualquier cosa": fletero, cartero, venta de muebles. El resto de su energía estuvo volcada por esos años a la militancia en el Partido Obrero (PO). "Fue un momento importante, ganamos la Federación Universitaria de Buenos Aires y la mayoría de los centros de estudiantiles de la UBA compitiéndole a La Cámpora y a Franja Morada. Es la generación de (Axel) Kicillof y de (Andrés) Larroque. Ellos entraron a los gobiernos con la idea de llevar adelante las transformaciones que decían querer hacer, pero no lo lograron, y nosotros nos mantuvimos fieles a los principios de la izquierda", afirma. 

--¿Esto explicaría que los critiquen por falta de vocación de poder?

--No, para nada. No quise llegar al poder de esa manera, hay que preguntarse para quién terminaron gobernando. Tengo una recontra vocación de poder, como decía (Vladimir) Lenin "fuera del poder todo es ilusión". Lenin es mi ídolo, viene él y después (Marcelo) Gallardo (risas). No quiero llegar al poder para gobernar para el FMI, como pasó en Chile con (Gabriel) Boric. Tenemos que llegar al poder organizando al pueblo, eso es ser de izquierda.

--¿Y cómo quiere llegar, por los votos o por la revolución?

--Vamos a llegar por los medios que hagan falta. Los sistemas políticos tienen asegurada su propia reproducción, no quiero asustar a nadie pero si llegamos al poder no vamos a mantener a la clase capitalista. Sin embargo, la disputa de poder hoy en Argentina es que la izquierda tiene que organizar al pueblo con una política propia, el socialismo tiene que disputarle al peronismo el pueblo trabajador en las fábricas, en los sindicatos y en las barriadas populares, a los ocupados y a los desocupados.

--En estas PASO compite el partido Política Obrera, nacido cuando se quebró el PO. ¿Por qué sucedió?

--Porque ellos están en contra del FIT, uno de los debates con (Jorge) Altamira y (Marcelo) Ramal fue ese. Pero cuando alguien toma una decisión política a veces los argumentos son excusas, querían armar su propio grupito porque hay gente que prefiere ser cabeza de ratón. En el FIT-U están los cuatro partidos más grandes de la izquierda argentina. No estar adentro es un error tanto para el partido de Ramal como para el Nuevo MAS.

--¿Por qué habría que votar a su lista?

--Somos los que estamos organizando a los trabajadores frente a lo que se viene con Larreta, Massa o Bullrich; políticas de ajuste, entrega y sometimiento, reformas laboral y previsional, reducciones salariales que abrirán un gran conflicto. La otra lista tiene que explicar por qué no quiere organizar al movimiento de desocupados, en un país con el 56 por ciento de pibes pobres y una precarización laboral tremenda. Llama la atención que una parte de la izquierda actúe con una posición casi "clasemediera" de no querer meter los pies en el barro. Eso es funcional al peronismo, nosotros estamos en 150 barrios de La Matanza dando esa pelea, que no tiene que ser por una banca. Soy diputado, no estoy en contra, pero lo parlamentario es un medio y no una finalidad. Si la izquierda se asimila al régimen actual, eso nos hace ver como una casta.

--Si hay diferencias tan profundas, ¿después de la PASO se rompe el FIT-U o el que pierde acompaña al que gana?

--Ni una cosa ni la otra. Somos socialistas, "el que pierde acompaña" es una expresión peronista. En la izquierda todo el mundo defiende su posición, lo que no significa división. Si ganamos nosotros, la lista de Bregman nos va a apoyar con su posición, y lo mismo a la inversa. Es impropio para un socialista acompañar como sometimiento. Gane quien gane el compromiso es votar al FIT-U en octubre.

--¿Y eso es por no tener vocación de meter los pies en el barro?

--El PTS rechaza al movimiento piquetero abiertamente, se ve en forma abrumadora en la literatura de La Izquierda Diario. Ellos quieren un movimiento único, pero son planteos que justifican la inacción, con eso no volteas un ministro ni hacés 20 acampes. 

--En la elección general, ¿el voto bronca irá a Milei o la izquierda puede crecer?

--Depende de lo que haga la izquierda. La bronca tiene que cobrar forma en organización y programa, el desafío es conquistar una mayoría popular. A diferencia de la derecha tradicional de la UCeDé, Milei recoge votos de los sectores empobrecidos porque mucha gente piensa que este gobierno es de izquierda, el del Frente de Todos con Massa, el FMI y toda esa mafia, porque habla de los derechos humanos y adentro están el PC, el PCR, Barrios de Pie. Es un fracaso. Si nosotros como izquierda nos confundimos con el kirchnerismo, que es otro debate con Bregman que hizo un raid mediático para defender a Cristina, caemos en la volteada. La gente vota por su interés, pero a veces no sabe quién se lo representa.