Una reciente nota de Carlos Pagni hace lobby en contra del financiamiento chino y se posiciona a favor de organismos dependientes de Estados Unidos como el FMI. Basándose en el artículo "China as an international lender of last resort", de Sebastian Horn, Bradley Park, Carmen Reinhart y Christoph Trebesch, señala que “los chinos suelen cobrar entre 200 y 400 puntos básicos por encima de la tasa interbancaria de Shangai. Es decir, entre 6 y 8 por ciento. Bastante más que el costo de un crédito del Fondo, que ronda el 3 por ciento. Quiere decir que no está todavía descartado que Massa esté cambiando un crédito barato por uno mucho más caro, un mal negocio que se intentaría ocultar con la emocionante consigna de que le dijimos chau al Fondo”.

La opinión del columnista del diario de la familia Mitre omite, por un lado, que los condicionamientos políticos que acompañan a los créditos del Fondo, son un costo no financiero a considerar. A modo de ejemplo, los burócratas del organismo hoy condicionan la forma de intervención en los mercados de cambios oficiales y paralelos, la política de tasas de interés, el volumen del gasto público y su forma de financiarlo, la política tributaria, la política social, la política de tarifas, entre otras tantas intromisiones en asuntos internos. Ello sin considerar las concesiones no explícitas en política exterior, compra de equipamiento militar y en negocios para empresas estadounidenses que suele acompañar el lobby de las embajadas de potencias a cambio de apoyar a la Argentina dentro del organismo.

Pero aún en términos estrictamente financieros los señalamientos de Pagni son irreales. Como indica el último informe de coyuntura del Centro de Estudios Scalabrini Ortíz, la "tasa de interés que cobra el FMI se compone de un promedio ponderado de las tasas de interés de sus principales socios, cuyas monedas conforman los DEG –dólar, euro, libra, yuan y yen– más 100 puntos básicos. Esta tasa, hoy se encuentra por arriba del 5 por ciento y todo indica que seguirá subiendo por el endurecimiento de la política económica de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo. Sobre ese 5 por ciento, Argentina paga 300 puntos básicos adicionales como sobrecargos, por tener un préstamo que excede su cuota con el Fondo. En resumen, el país se encuentra pagando una tasa mayor al 8 por ciento por un préstamo cuyo plazo de devolución no es sostenible y, además, condiciona fuertemente la política económica.

En un mundo que gira hacia la multipolaridad y con un creciente comercio internacional en otras divisas, como el yuan chino, Argentina podría encontrar la clave para sacarse al FMI de encima y recuperar la soberanía política y económica perdida en estos años. Por ejemplo, por el swap chino –instrumento que sirvió no sólo para seguir comerciando con China sino también para hacer frente a los vencimientos del FMI–, el país paga la tasa de interés Shibor (hoy cercana al 2,5 por ciento) más entre 200 y 400 puntos básicos. Es decir, entre 4,5 y 6,5 por ciento, sustancialmente más bajo al costo financiero con el FMI".

@AndresAsiain