“Argentina es de los países más eficientes en producción de porcinos. Nuestras granjas están al nivel de las granjas estadounidenses, y por encima de las europeas y brasileñas en lo que se refiere a eficiencia y productividad. Es como si tuviésemos la selección argentina de fútbol y nos negáramos a ir al mundial”, señaló el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere. De este modo, el dirigente agropecuario se alineó con el gobierno frente a las críticas que se vienen formulando desde el sector por la decisión oficial de abrir la importación de cerdos de Estados Unidos. Los productores de cerdo sostienen que la apertura impactará en los niveles de empleo y conlleva riesgos sanitarios para el país. A su vez, en el sector relativizan la opinión de Etchevehere a consideran un militante del PRO en campaña para desplazar a Ricardo Buryaile como ministro de Agroindustria. 

El jueves pasado el gobierno comunicó que Estados Unidos firmó la autorización definitiva para importar limones argentinos, pero la novedad vino con una sorpresa. Como parte del acuerdo, el gobierno de Mauricio Macri se comprometió a importar cerdo de Estados Unidos luego de 25 años de prohibición por cuestiones sanitarias. “Sería desastroso para el sector y 35 mil trabajadores pueden quedar en la calle”, aseguró. Federación Agraria también se sumó a las críticas. “Desde hace tiempo, el mensaje de Macri es que quiere que la Argentina pueda ser el supermercado del mundo. Esto es contradictorio con la decisión de importar carne de cerdo desde Estados Unidos. En este camino, en lugar de ser un supermercado pasaremos a ser el depósito donde éste país (Estados Unidos) meta las cosas que no puede ubicar en otros lugares”, sostuvo la entidad presidida por Omar Príncipe a través de un comunicado. 

Desde la Cámara de la Industria Cárnica y de Chacinados alertaron sobre los riesgos sanitarios que implica, ya que los porcinos estadounidenses tienen el “virus del pie azul”. Se trata del síndrome respiratorio y reproductivo porcino, del cual la Argentina está libre. Independientemente de la facilidad de contagio, la enfermedad una vez instalada afecta severamente la productividad. “Sería un suicidio desde el punto de vista sanitario”, señaló Uccelli. “Corremos el riesgo de meter una enfermedad que no tenemos”, subrayó el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Dardo Chiesa. 

El único que defendió la medida fue el ministro de Agroindustria, Buryaile. “Es positivo para la relación bilateral y para el mercado”, aseguró. Ayer fue el turno de Etchevehere, quien hasta el momento es el único que salió a respaldar públicamente la decisión por fuera de los funcionarios. En el sector afirman que la reacción de Etchevehere tiene más que ver con su militancia dentro del PRO, ya que el dirigente rural sueña con reemplazar a Buryaile. De hecho, en diciembre de 2015 estuvo a punto de ser elegido para el cargo y finalmente Macri se decidió por el ex vicepresidente de Confederaciones Rurales. El alineamiento de Etchevehere con el gobierno volvió a quedar de manifiesto en la última exposición rural de Palermo en la que defendió las políticas oficiales con el mismo entusiasmo que el presidente Macri.

Etchevehere relativizó ayer el impacto negativo que tendrá la medida, se mostró alineado con el gobierno y prefirió criticar al kirchnerismo. “Hay que poner en contexto. Está muy fresco el daño que se hizo a la Argentina al cerrar la economía a los mercados. A partir de esa experiencia, entendemos que el comercio que sirve es el de ida y vuelta”, comentó en declaraciones radiales

En ese sentido, el dirigente argumentó que Argentina es uno de los países “más eficientes” en la producción de carne de cerdo y afirmó que las granjas locales “están al nivel” de las de Estados Unidos y “por encima” de las europeas y de las brasileñas. “Lo importante es trabajar en competitividad para que nuestros productos puedan ganar mercados externos y mantener y agrandar el mercado interno. Una granja mediana de cerdos, en San Antonio de Areco, paga medio millón de pesos al año al municipio solo de tasa de seguridad e higiene. Pagan un millón de pesos en cosas que podrían ser perfectamente reemplazadas”, dijo.