Por primera vez en la historia, los Mundiales femenino y masculino coincidieron en número de selecciones y formato, con lo que la excusa es perfecta para comparar entre lo sucedido en Australia/Nueva Zelanda 2023 y Qatar 2022. Y más teniendo en cuenta que para las próximas citas, 2026 para los varones y 2027 para el femenino, el número de equipos volverá a distanciarse (48 contra 32).

La excepción histórica se debe a que este fue el primer Mundial femenino con 32 equipos: arrancó en 1991 con 12, pasó a 16 en el '99, fue a 24 en 2015 y en 2023 igualó la cifra que venía sosteniendo el masculino desde Francia '98 y próximamente dejará de ser.

Así las cosas, vamos con algunas comparaciones de lo que dejó el juego: ¿dónde sobraron los goles?, ¿qué Mundial fue más "violento"?, ¿quién es el amo o ama del juego aéreo?, ¿quiénes caen más en offside?

En Goles, nunca tan cerca

Nunca estuvo tan cerca el promedio de gol femenino y masculino en Mundiales pegados: en Australia/Nueva Zelanda se hicieron 2,56 goles por partido (164 en total) mientras que en Qatar fueron 2,69 (172). La brecha se achicó de manera notable en los últimos años ya que, por caso, la diferencia era de 1,17 goles por partido hace sólo tres Mundiales (3,47 festejos en China 2007 y sólo 2,30 en Alemania 2006).

Pero aunque similares, los números tienen significados opuestos en cada ámbito: para los varones fue el promedio más alto desde EEUU '94 (2,71 por partido) mientras que para las mujeres fue piso histórico (hasta este año, la cifra más baja correspondía a Alemania 2011 con 2,69).

Arqueras al poder

Buena parte de esta caída goleadora en el femenino se debe a la evolución de las arqueras. De acuerdo a un estudio de la FIFA sobre lo ocurrido en fase de grupos y octavos de este Mundial, las número uno mejoraron su "posición inicial" a la hora del remate rival en un 16% comparando las Copas de 2019 y 2023 (del 71 al 87%). El concepto en cuestión considera que la postura ideal consta de "ambos pies en el suelo, rodillas ligeramente flexionadas y ambas manos preparadas"

En sintonía, las vallas invictas femeninas pasaron del 31% en 2019 al 43% en 2023. Las arqueras respondieron en el 70% de los tiros al arco (370 atajadas sobre 531 tiros según las estadísticas del sitio Sports Reference). En este aspecto se lució la jamaiquina Rebecca Spencer, quien se fue del Mundial con cuatro partidos y apenas un gol recibido. A la arquera del Tottenham le patearon 20 veces al arco y respondió con 19 atajadas. La salvedad, el gol de la eliminación en octavos ante Colombia, mano a mano con la delantera rival por culpa de un mal cálculo aéreo de su defensora.

Por su parte, en Qatar 2022 las vallas invictas fueron del 31% y el porcentaje de atajadas fue del 65 (327 ante 502 tiros al arco). Para encontrar un nivel similar al de Spencer vale destacar al tunecino Aymen Dahmen. Su equipo se fue en fase de grupos pero no por culpa suya: atajó 9 de los 10 tiros al arco que recibió. Como referencia, el porcentaje de atajadas del Dibu Martínez fue del 53,8% (6 atajadas, 13 tiros), claro que su grandeza es irreductible a lo meramente numérico.

Maestras del aire

Si en algo difirió el juego femenino y masculino fue en la apuesta por el juego aéreo. A más de une le habrá llamado la atención cómo las jugadoras se amontonaban en el área chica rival a la hora de un córner, rodeando a la arquera. Esto también se reflejó en los números finales de uno y otro certamen: 2.104 duelos aéreos en Au/NZ contra 1.733 en Qatar, y 33 goles de cabeza en el femenino contra 28 del masculino (según el sitio Whoscored).

Donde sí coincidó la cosa fue en que la pelota por arriba estuvo lejos de ser la fórmula del éxito. En Au/NZ los tres equipos de mejor efectividad aérea se fueron en primera ronda: Alemania (ganó el 63,1% de sus duelos), Italia (61,3%) y Brasil (61,2%). En tanto que la campeona España fue 9º en el rubro (54,5%). Ni hablar de lo sucedido en Qatar: Argentina reinó con un equipo "petiso" y ni un testazo goleador, mientras que fue 22º en efectividad de duelos (48%). Al fin y al cabo, el fútbol sigue siendo deporte de peques.

La australiana Alanna Kennedy fue la que más ganó de arriba en el Mundial. (AFP)

Vaya otra casualidad: tanto en mujeres como hombres, Francia dominó los cielos. Fue la nación que más goles hizo de cabeza en ambos torneos (5 en 2023 y 4 en 2022).

En cuanto a individualidades, vale destacar a algunas de las maestras del aire. Las locales australianas fueron unas máquinas de jugar por arriba y así se habrá ligado varios chichones la central Alanna Kennedy, líder en duelos aéreos con 30 ganados y un 56% de efectividad con su 1,76 metro. Como para tener referencia, la cifra máxima de duelos ganados por arriba entre los hombres fue de 21.

Otra que se lució fue la gigante francesa, Wendie Renard, de 1,87 metro y 20 duelos ganados con apenas 4 perdidos (83%). En tanto que la afamada tanque alemana Alexandra Popp (1,74) hizo gala de sus dotes voladores: 27 duelos ganados y 7 perdidos (79%), además de tres golazos de cabeza en apenas tres partidos... Ni el saltarín Arsenio Erico se atrevió a tanto.

De patadas, tarjetas y offsides

Curiosidad si las hay, el Mundial femenino terminó con seis tarjetas rojas, dos más que las de Qatar 2022. Todo esto a pesar de que el número de infracciones fue muy dispar entre uno y otro: 1.280 entre las mujeres y 1.599 entre los varones. Las tarjetas amarillas sí reflejaron la diferencia: 113 entre las primeras y 227 entre los segundos. Se ve que la tarjeta colorada la tenía más difícil para salir del bolsillo en Qatar.

Otra disparidad se dio en las posiciones adelantadas, materia en la que aparentemente brillaron los hombres: 254 offsides en Qatar contra 189 en Aus/NZ. Vaya si sufrió Argentina de los jueces de línea y el VAR en el inicio de Qatar, pesar que también le valió a Cristiano Ronaldo, el que más offsides sumó en ese torneo (7). En Aus/NZ a la que más pescaron en posición indebida también fue a una goleadora veterana y laureada, la estadounidense Alex Morgan (5).

Coincidencias que no distinguen género

Entre Qatar y Australia/Nueva Zelanda sorprendieron algunos resultados que se repitieron para cada país como si se tratasen de guiños del destino, como la eliminación en primera ronda de la multicampeona Alemania (tercera con 4 puntos en ambas citas) o el gran andar de África (Sudáfrica, Nigeria y Marruecos pasaron a octavos del femenino, mientras que Marruecos también fue semifinalista en Qatar).

O las inesperadas derrotas de España ante Japón (2-1 en varones, 4-0 en mujeres) en la última fecha de grupos de las dos citas, que terminaron dejando a España segunda y de un lado más favorable en el cuadro final. Otro cruce que se repitió fue Francia-Marruecos, que para mala suerte africana terminó en victoria gala en semis de Qatar (2-0) y octavos de 2023 (4-0).

Va una más, completamente azarosa: de los ocho cruces de cuartos de final entre ambos Mundiales, siete los ganaron los países que venían de vencer de manera más ajustada en octavos. Un par de ejemplos: Portugal ganó 6-1 en octavos de Qatar y luego perdió con Marruecos que venía de pasar por penales; o Francia goleando a Marruecos 4-0 y luego cayendo por penales con la local Australia, que venía de vencer 2-0 a Dinamarca... Numeritos, eso.

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