El director del Museo Británico, Hartwig Fischer, anunció este viernes su renuncia a la institución, después de conocerse los robos de sus colecciones a lo largo de varios años, que pusieron en evidencia fallas del sistema de seguridad de la institución.

El museo, situado en el centro de Londres, tiene entre sus colecciones piezas como la Piedra de Rosetta (fragmento de una estela egipcia que permitió descifrar los jeroglíficos a inicios del siglo XIX) y los mármoles del Partenón. En los últimos días fue noticia porque había despedido a uno de sus trabajadores por ser el presunto responsable de  que haya objetos "robados o dañados".

"La responsabilidad por esas fallas recae en última instancia en su director", explicó Fischer, y señaló que el Museo "no respondió con la minuciosidad requerida" a las advertencias recibidas dos años atrás. Las piezas desaparecidas incluyen joyería de oro, piedras semipreciosas y cristales de colecciones que abarca piezas de hasta 1500 años antes de la era cristiana hasta el siglo XIX. A su vez ayer la policía informó que había hecho interrogatorios pero que hasta el momento no hubo arrestos.

Fischer, historiador de arte alemán, constató al anunciar su renuncia que "el Museo Británico no respondió con la minuciosidad requerida a las alertas de 2021 y al surgimiento reciente del problema en toda su amplitud".

Entre la información que circuló por estos hechos también se conocieron correos electrónicos, filtrados por la BBC, que revelaron que el museo fue alertado en 2021 por un traficante de antigüedades de que se estaban vendiendo obras de sus colecciones en eBay y que ignoraron el aviso. Eran "pequeñas piezas guardadas en un depósito que pertenecía a una de las colecciones del museo". Ninguna figuraba en exposiciones recientes y se utilizaban con fines académicos y de investigación.

Fischer indicó que la seguridad del edificio se había reforzado y que expertos externos fueron solicitados para realizar un "inventario definitivo" de las piezas que habían desaparecido o habían sido dañadas. "Esto nos permitirá enfocar nuestros esfuerzos en recuperar los objetos", añadió.

En tanto, el presidente del Museo Británico, George Osborne, indicó que todo el equipo directivo se sintió "extremadamente preocupado al enterarse a principios de año de que piezas de la colección habían sido robadas".

La prioridad ahora, indicó, es recuperar los objetos, averiguar qué se podría haber hecho para evitar el robo y "hacer todo lo necesario, invirtiendo en seguridad y en los registros de la colección, para asegurarnos de que esto no vuelva a ocurrir".

Fundado en 1753, el Museo Británico cuenta con una colección de unos ocho millones de objetos, entre los que se incluyen objetos milenarios del antiguo Egipto, de las civilizaciones a lo largo de la Ruta de la Seda o de Grecia y Roma.

En los últimos años el establecimiento enfrenta una fuerte presión para restituir objetos que enriquecieron sus colecciones durante la época del Imperio Británico, lo que incluye una de sus piezas más preciadas, los mármoles del Partenón.

El gobierno británico afirma que estos fueron "adquiridos legalmente" en 1802 por el diplomático británico Lord Elgin, que las revendió al Museo Británico. Sin embargo, Grecia sostiene que fueron objeto de "saqueo" cuando el país estaba bajo ocupación otomana.