Tras la presentación de Carlos Melconian como su vocero en materia económica y su potencial ministro en el área en caso de llegar a la Rosada, Patricia Bullrich dio un paso más y se mostrará este lunes con varios dirigentes que podrían completar su hipotético gabinete. Será otro gesto orientado a demostrar gobernabilidad, lo que en su entorno estiman que le permite salir de la sombra de Javier Milei –a quien se esfuerzan en ubicar discursivamente como el portador de ideas impracticables– y pescar votos en la pecera libertaria, con la mira puesta en forzar un ballotage. El encuentro fue promocionado como el lanzamiento de sus “equipos de gobierno”, que serán “coordinados” por el exsecretario del Ministerio de Seguridad hasta 2019, Alberto Föhrig, un dirigente de su riñón. Será una suerte de estreno en sociedad del naciente bullrichismo, una idea en la que la candidata viene tallando desde que se impuso en la interna sobre Horacio Rodríguez Larreta: Juntos por el Cambio tiene un nuevo “liderazgo”, el suyo. Ni de Mauricio Macri ni de nadie más.

A esa idea, la candidata la adornó este fin de semana con la de una suerte de renovación generacional del espacio opositor. Bullrich habló, sin tapujos, de "un nuevo Juntos por el Cambio, con una nueva cara y una nueva propuesta". "Estamos armando un nuevo Juntos por el Cambio, que es lo que realmente salió de esta elección”, dijo, dando por sentado que será bajo su conducción. En esa línea, elogió al gobernador electo de Chubut, Ignacio Torres, “que tiene 35 años, es un muchacho joven”, y al radical Maximiliano Pullaro, que viene de ganar las PASO para gobernador de Santa Fe. "Vamos a ser una selección de gente que va a ser la nueva cara de Juntos por el Cambio", remató.

En ese combo que incluye nuevos liderazgos se destaca, por omisión, Mauricio Macri, el padre de la criatura. El compromiso del expresidente con la campaña de Bullrich sigue siendo materia de tensiones internas, sobre todo luego de su coqueteo, público y privado, con Milei. Desde el 13 de agosto, que le levantó la mano a su exministra desde el búnker de Parque Norte, Macri le sacó el cuerpo a la candidata y priorizó en su agenda otros temas más importantes para él, como el mundial de Bridge en Marrakesh.

Por eso, algunos dirigentes ya se atreven a correrlo no sólo de la campaña, sino también del “liderazgo” de Juntos por el Cambio. Rogelio Frigerio, exministro de Interior durante el gobierno de Macri y actual candidato a gobernador de Entre Ríos, advirtió que Bullrich “tiene hoy un liderazgo claro” y que “no va a admitir un doble comando”. Casi parafraseando a la candidata, Frigerio sostuvo que “fue la gente en las urnas”, la que la puso en ese lugar "de conducción" y que es indispensable respetarlo internamente “para que el cambio posible pueda ganar la próxima elección”. “Patricia, si es presidente no va a tener jefe, va a liderar el proyecto de cambio. Conozco su forma de ser”, dijo.

Luego de derrotar en la interna a Rodríguez Larreta, Bullrich se enfocó en pasar la ambulancia y cobijar detrás suyo a buena parte de la plana mayor de los dirigentes del espacio opositor. Durante las semanas posteriores a las PASO, fue cosechando fotos de respaldo a su candidatura del presidente de la UCR, Gerardo Morales, y de gobernadores como Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza), así como de los mandatarios electos que asumirán en diciembre, como Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan). El sector del PRO que fue derrotado también se ordenó y se mostró subordinado a su conducción. Se trata de lealtades que están confirmadas solo hasta octubre, pero son lealtades al fin. El expresidente es uno de los pocos –y el más relevante– que todavía no se subió a ese tren.

Un gabinete para Bullrich

Entre quienes suenan para mostrarse este lunes con la candidata pican en punta los economistas Luciano Laspina, de estrecha relación con Bullrich, y Hernán Lacunza, del larretismo. Melconian no será de la partida por un viaje que tenía programado en la previa, pero enviará a sus segundos de la Fundación Mediterránea Daniel Artana, Enrique Szewach y Rodolfo Santangelo. También se anotaron Ricardo López Murphy y el radical Martín Tetaz. Habrá lilitos, larretistas puros (Soledad Acuña, Fernán Quirós) y también peronistas republicanos, representados por Miguel Ángel Pichetto. Con o sin Macri, el ADN macrista está presente en casi todos los apellidos. Algunos son línea fundadora: Javier Iguacel será vocero del área energética y Andrés Ibarra sobre “modernización del Estado”. 

La "segunda marca"

La candidata de Juntos por el Cambio sabe que necesita pescar en la pecera de los votos libertarios si quiere seguir con chances de forzar una hipotética segunda vuelta, y sus equipos de campaña demostraron otra vez este fin de semana que todo vale en la persecución de esa tarea. Este domingo, la disputa tuvo al combate contra la inseguridad como protagonista. A través de un video que hicieron circular vía redes sociales, la tropa de la exministra quiso demostrar que el candidato de La Libertad Avanza le plagió una de sus máximas, que habla de “el que las hace, las paga”. A juzgar por el posteo de la extitular de la OA, Laura Alonso, Milei le birló el copyright de la frase, que Bullrich ya había utilizado en su etapa como ministra. La ironía apuntaba a la disputa por ver quién es la "segunda marca" de quién. 

Bullrich también apuntó contra Moyano para rememorar su confrontación histórica contra la conducción del gremio de Camioneros. Esta vez no eligió trenzarse con Hugo, sino con Pablo Moyano, quien había dicho que los trabajadores enfrentarán en las calles el ajuste que planea la oposición, y que él sería el primero en hacerlo. "Vos vas a ser el primero en ser detenido cuando violes la ley", le espetó la candidata, haciendo gala de su política de represión y mano dura a la protesta social. 

Curiosamente, la exministra propuso disolver la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), uno de los instrumentos preferidos de Macri para realizar espionaje interno. "Hay que terminar con los acuerdos espurios", redondeó en su cuenta de Twitter.