Los Quilmes, el legendario pueblo que dio el nombre a una histórica ciudad del conurbano y a una cerveza muy popular, cambió el cacique en elecciones en las que se impuso de modo categórico Patricio Gonzalez,quien sucederá a Francisco “Pancho” Chaile, el experimentado diaguita que condujo durante más de 30 años a su pueblo.

Chaile lideró el proceso que para los y las indígenas va de una Constitución Nacional de 1953 a la actual que reconoce sus derechos, es decir que en estos años pasaron de un sistema semifeudal al de poseedores naturales y con derechos de un territorio extremadamente bello en los Valles Calchaquíes.

González, de 28 años pero con una larga trayectoria y participación en los asuntos de la Comunidad India Quilmes (CIQ, la organización indígena integra junto a otros pueblos la Unión Diaguita), se impuso por 459 votos mientras Antonio Caro, otro activo referente, obtuvo 161 y María Garrido, 113 en elecciones realizadas el pasado 27 de agosto.

Las 14 bases o comunidades que componen la CIQ están asentadas en un territorio que limita al norte con la provincia de Salta, al sur con Catamarca, al este con el río Santa María y al oeste con la serranía de Cajón o Quilmes, según quedó establecido en el relevamiento de ocupación que ordena la ley 26160.

Los Quilmes reivindican también la Cédula Real de 1716 que lleva la firma del Rey Felipe V de España (que puede verse aquí http://pueblooriginario.com.ar/cedula-real-de-1716/).

Al recorrer la famosa ruta 40, cualquier habitante del país o turista puede observar las casas de comuneros y comuneras con la centralidad en la antiguamente llamada “Ruinas de Quilmes” pero que para las y los indígenas es “la Ciudad Sagrada”, escenario donde hubo y hay luchas por su control.

En ese marco la palabra de Chaile, cacique saliente, 73 años, cinco veces electo y que para esta elección decidió no presentarse para dar lugar a los nuevos referentes, se impone por su trayectoria y experiencia acumulada a lo largo de más de 30 años de cacicazgo, es decir, responsabilidad y atención a las demandas y necesidades de comuneros y comuneras.

En una entrevista con Salta/12 Chaile ponderó la “emoción total" de los participantes tras una elección “concurrida y muy disciplinada, sin incidentes” y destacó la presencia de las policías de Colalao del Valle, de Amaicha y, también de Infantería de la policía provincial.

Sin embargo, sobresale la historia, el recorrido de un hombre que en los 70 partió junto a pobladores de los Valles Calchaquíes ubicados a la vera del río Santa María, de la nada, sin leyes ni reconocimientos de ninguna clase a la población indígena de la Argentina.

Por entonces regía la Constitución de 1853 que mandaba “proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, mantenerlos en las fronteras y promover su conversión al catolicismo” contraria en 180 grados a la actual, la del 94, que en el artículo 75, inciso 17, reconoce su preexistencia, garantiza derechos y asegura participación en todo lo que les concierne.

“Empezamos de la nada, no teníamos organización, personería jurídica o lugar propio para reunirnos. Hoy queda una Casa de la Comunidad, una estructura y la comunidad tiene ahora instrumentos necesarios para funcionar como una institución” destacó al inicio el cacique saliente.

También la posibilidad de “hacer frente a innumerables juicios y peleas” por la tierra motorizados por el apetito por un territorio que es apto para viñedos y otros cultivos a gran escala que, de concretarse estas ambiciones, barrerían con el estilo de vida y derechos de miles de pobladores, indicó Chaile.

Increíblemente y en la actualidad integrantes de las comunidades son enjuiciados por “no hacer parte de su producción a un feudal”, dijo el cacique y recordó que “no hace mucho un terrateniente con la policía fueron a robarle las nueces a una familia. La misma policía andaba hombreando las nueces. La señora humilde no tenía un dato concreto para denunciarlos. Con los nombres los llevamos a juicio y si no se puede (encausarlos), los escracho por todos lados”.

“En este tiempo quedan cosas que hay que seguir haciendo. Gestionar el territorio con caminos que lleguen a las bases (comunidades), se necesita presentar cosas, hay tanto trabajo por hacer pero en nuestros comienzos no pensábamos en proyectos sino en que no nos quiten la tierra, los animales, poder tener tranquilidad”, reflexionó.

Recordó que “antes nuestra gente era denunciada, los llevaban al juez y este los atemorizaba. El juez y la policía eran malos, contrarios a nosotros. Y ahora, aunque no puedo decir que son buenitos, por lo menos ya no se meten en nuestras cosas”.

Y enfatizó: “nuestro objetivo era ese, algo que por ahí no se ve como obra grande pero se trata de vivir con tranquilidad, piola, sin pensar que hay que darle algo a nadie. Eso nos llevó mucho tiempo pero hubo casos en que no había agua porque pertenecía a un patrón pero con el tiempo logramos sacársela y repartirla entre los comuneros”.

Chaile describió que en estos últimos 30 años fueron "tomando posesión de los recursos, la piedra, la arena, la leña. Antes los llamados terratenientes vendían la leña a través de órdenes pero hace años que ya no lo hacen. Sí roban la leña todavía pero antes entraban camiones a cargarla y nosotros no éramos dueños de ir a traer una carrada de piedras porque había que pedir permiso a alguien”.

Un robo en la Ciudad Sagrada 

El cambio de cacique impactó directamente en el control de la Ciudad Sagrada o Ruinas de Quilmes, un lugar que era administrado por un grupo de personas que no rendían cuentas al cacique, cuya autoridad y legitimidad no era ni es cuestionada por ningún grupo, pero un extraño robo -se habla de 14, 33 y hasta 44 millones de pesos- al tesorero de la recaudación derivó en el cierre temporario del sitio arqueológico.

Según fuentes oficiales de la provincia de Tucumán el año pasado la Ciudad Sagrada recibió “un total de 100.000 visitantes, lo que representa un promedio de 8.333 visitantes mensuales” y por lo tanto una recaudación interesante que, parece ser, no tenía controles o monitoreos.

Patricio González, el nuevo cacique, suspicaz, dijo a este diario: “el domingo 27 fueron las elecciones, el 28 fue el robo, el 29 informaron, el miércoles denunciamos el robo por la mala administración sin poner la cifra porque eso está en investigación y el jueves 31 comenzamos con el corte (del acceso a las Ruinas) que fue ratificado el domingo 3 de septiembre por una masiva asamblea de comuneros”.

La asamblea decidió ademas sacar a la anterior administración del sitio arqueológico; encarar judicialmente el robo sumado a la denuncia en la comisaría de Amaicha del Valle; también decidió elegir una nueva comisión administradora que quedará en manos de comuneras y comuneros de las 14 bases y en una futura asamblea decidir si continúa el corte al acceso o se lo levanta.

Nuevos tiempos para los Quilmes aunque como cualquier pueblo indígena siempre siempre se apoyan en el legado de sus ancestros y mayores y creen firmemente que el futuro está en el pasado, un concepto no muy fácil para los educados occidentales.