Según una ley provincial las primarias públicas salteñas tienen a la religión como una materia más de la currícula. Este estado de excepción habilita a algunos colegios a apartar a los niños cuyas familias no profesan el catolicismo fuera del aula mientras se dicta catequesis y a llevar la marca del estatus de “no católico” en el boletín. Un grupo de madres presentó un pedido de amparo colectivo contra la provincia por la aplicación de esa ley. El tema llegó hasta la Corte Suprema, que empezó a debatir acerca de su constitucionalidad e invitó a adventistas, católicos, organismos de DD HH, universidades y abogados a aportar sus puntos de vista al debate. Esta es la etapa final de una lucha que empezó en 2008 pero que en verdad se remonta a fines del siglo XIX, momento en el que Julio Argentino Roca aprobó la ley de enseñanza común, obligatoria y gratuita, piedra basal del sistema educativo argentino, que Salta logró sortear.