“Cuando estás afuera de la Argentina es que te das cuenta de la cantidad de gente que conoce el rock latino, y en ese universo estamos nosotros”, afirma Willy Iturri. “Fuimos parte de una movida llamada ‘Rock en tu idioma’, en la que también participaron los españoles El Ultimo de la Fila, los mexicanos Caifanes, y luego llegaron Los Enanitos Verdes y Miguel Mateos”. A pesar de que el baterista y cantante de G.I.T. vuelve la mirada hacia un pasado glorioso, el regreso del trío a los escenarios, a veintiún años de su separación original y siete de su primera reunión, no tiene ninguna intención nostálgica. Al menos, es lo que defiende el guitarrista Pablo Guyot: “Tuvimos ganas de tocar. Si bien trabajamos mucho, son como unas vacaciones. Estás afinado y te vas con los amigos a tocar. Y en vez de gastarte todo, volvés con plata”. De eso se trata, entonces, el concierto que hoy a las 21 darán en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125), en un regreso que tuvo mucho que ver con el azar. “Fue absolutamente inconsciente”, asegura el bajista y cantante Alfredo Toth. 

–Pero tuvo que haber algún disparador... 

Willy Iturri: –En febrero nos llamamos, almorzamos, y surgió la idea de volver a tocar. Estuve viviendo afuera y los chicos se dedicaron a la producción, así que ajustamos los tiempos de nuestros compromisos. Nos juntamos, probamos y la química está increíble, no se perdió, tiene una particularidad y un sonido especial.

–¿Y a qué suena la versión 2017 de G.I.T.?

Alfredo Toth: –Conceptualmente, seguimos sonando igual. Sólo un par de temas tienen modificaciones. 

Pablo Guyot: –Cuando terminemos esta gira, que dura seis meses, quizá nos metamos en el estudio para hacer canciones nuevas. Vamos a estar bien calentitos. Pero lo principal es divertirse. 

–¿Entonces sigue latente ese sonido a medio camino del pop y de la new wave?

P. G.: –Para nosotros era rock, pero ahora que lo veo a la distancia me parece que era más pop. Aunque no es igual al concepto de pop de esta época, el de Beyoncé, que no me gusta. Creo que hoy estamos más cerca del indie que del pop.

–Muchos músicos argentinos que alcanzaron el éxito en los ‘80 que iniciaron sus carreras en esa década también coinciden con que la actual escena indie les evoca la frescura y el riesgo de esa época. 

P. G.: –Hay buena música acá, pero es muy localista. Se armó un rock muy cerrado que es difícil que florezca en el exterior. Esa efervescencia de los ‘80 venía de los ‘60, con Los Gatos, que tenían 16 años cuando hicieron La balsa ¿O no, Alfredo?

A. T.: –También había mucha gente en Buenos Aires haciendo música de muy buen nivel. 

W. I.: –Apenas armamos la banda, hicimos dieciséis provincias llevando el disco y el afiche a cada radio. Las cosas se hacen en serio y con polenta, y eso ya no lo veo.

–Si bien con el tiempo fueron reinvindicados, mientras estuvieron en actividad fueron criticados y hasta llegaron a cargar la cruz de ser los “Police argentinos”. ¿Cómo lo ven a la distancia?

W. I.: –Nunca nos propusimos ser los “Police argentinos”. 

A. T.: –No componés un tema “pensando en”...

P. G.: –Si bien todos tienen una inspiración, cuando Police apareció, Alfredo había grabado veinte años antes La balsa. David Bowie absorbía lo que pasaba en el aire y eso mismo nos sucedió a nosotros. 

–De sus cinco álbumes de estudio, quizá el más importante fue G.I.T. Volumen 3 porque estableció un punto de inflexión en el sonido de la banda. ¿Coinciden con esa apreciación?

W. I.: –Ese disco, producido por Gustavo Santaolalla, incluye el tema “Solo un ser”, en el que participa Domingo Cura como invitado. Fue un gran placer tenerlo. Además, no sólo pasó eso. Ese trabajo pegó tan fuerte en América latina que en México hay un auto que se llama Chevy Es Por Amor (inspirado en la canción). Y eso es fantástico. 

–Hay quienes consideran que la mejor formación de Charly García, o al menos la más rockera, fue la que ustedes constituyeron junto a Fito Páez, para el disco Piano bar. ¿Por qué no continuaron? 

A. T.: –Nos costó un huevo dejar de tocar con él. Estaba tan buena la banda ésa... Nos matábamos ensayando, y Charly (fue el productor del primer disco de G.I.T.) estaba con todas las luces. Cuando empezamos a tocar con él, ya teníamos armado el proyecto, y queríamos seguir adelante. 

P. G.: –Nos sentimos afortunados de estar en discos importantes, pero también tuvieron suerte los que estuvieron con nosotros. 

–¿Cómo se sostiene hoy un grupo como G.I.T.?

P. G.: –Nos conocemos tanto que si yo soy un plomo, los otros lo saben y lo perdonan. Y viceversa. Nos reímos de nosotros mismos.

A.T.: –Son muchos años de conocernos... Somos más grandes y tolerantes, nos aceptamos como somos.