Boca volvió a ganar y a jugar bien. Y esa es la gran noticia. Después de seis fechas sin victorias y tres derrotas consecutivas, el equipo alternativo que mandó a la cancha el técnico Jorge Almirón emitió varias señales positivas. Derrotó por 3 a 0 a Central Córdoba de Santiago del Estero con goles de Lucas Blondel, Lucas Janson y Darío Benedetto en el segundo tiempo porque tuvo, acaso bastante de lo que le venía faltando últimamente: fluidez en la circulación de la pelota y llegadas.

Cristian Medina y "Equi" Fernández, los únicos que repitieron respecto de la formación que perdió ante Defensa y Justicia en Florencio Varela, aportaron salida clara desde la mitad de la cancha. Y las dos parejas que cubrieron las bandas (Blondel y Zeballos por la derecha, el uruguayo Saracchi y Janson por la izquierda) abrieron la cancha. Boca encontró siempre a quién pasarle la pelota. Y por dónde hacerlo. Todo ante la impotencia llamativa de los santiagueños que se armaron sólo para contener y que durante casi toda la noche, lo vieron pasar de largo a Boca sin poderlo alcanzar.

En ese contexto, los goles y las situaciones cayeron siempre del mismo lado. En el primer tiempo, remates de Medina, Merentiel y Zeballos se fueron por arriba y, Janson se llevó la pelota por delante tras un buen centro de Merentiel desde la derecha. En el segundo, los goles decantaron por su propio peso: a los cuatro minutos, Zeballos recibió de Medina, juntó dos defensores e hizo la pausa hasta que Blondel llegara por adentro. El derechazo cruzado del lateral abrió el tanteador.

A los quince, combinaron por la izquierda "Equi" Fernández y Merentiel y Janson, con un derechazo bien calculado, dispuso el 2 a 0. El tercero llegó en la última jugada del partido y cuando hacía rato que todo el pescado se había vendido y el resultado no corría riesgo: Briasco (que había reemplazado a Zeballos) le mandó un centro a Benedetto (que había entrado por Merentiel) quien de cabeza volvió a marcar luego de diez partidos de sequía.

A nueve días de la primera semifinal copera ante Palmeiras, la victoria boquense despeja algunos interrogantes que la mala racha sin victorias había generado. El lado B del equipo le mandó un mensaje a los titulares que vieron el partido desde el banco: se puede y se debe jugar mucho mejor de lo que últimamente se lo venía haciendo. La pobreza extrema de los santiagueños pudo haber dado una medida falsa. y los brasileños demandaran una respuesta mucho más exigente. Pero Boca tiene con qué. Volvió de su amnesia. Y lo demostró con un triunfo y una actuación auspiciosa que dibujó sonrisas donde antes sólo había gestos de preocupación.