"Una pareja al borde rozando todo el tiempo la caída: dos seres... casualmente, hombre y mujer que han vivido juntos y han tenido un hijo; creen saber uno del otro todo lo que necesitan para seguir". Sobre estos interrogantes trabajó el dramaturgo Jacobo Langsner en Locos de contento, obra que acaba de estrenar el actor y director local Raúl Marciani.

El nombre del autor está asociado directamente con la siempre vigente Esperando la carroza, propuesta teatral que en su versión cinematográfica, dirigida por Alejandro Doria, alcanzó una repercusión  que superó hasta las expectativas del propio Langsner.

Coherente con su búsqueda estética, basada en la fuerza de los textos teatrales y una rica cantera en la cual fue experimentando, Raúl Marciani volvió a la adaptación de materiales que le permiten interpelar al espectador a partir de la cuestión social.

"En los tiempos que corren me parece que se torna importante actualizar esta obra escrita en 1991, y que ofrece características muy especiales, donde se refleja eso que puede llamarse el 'medio pelo argento', una de las constantes en Langsner, cuyo punto más alto sigue siendo Esperando la carroza, clásico donde demuestra su capacidad para reflejar a la clase media en escena", dice Marciani a Rosario/12.

El creador del grupo La Catapulta y responsable por muchos años de la programación de la Asociación Amigos del Arte, se decide -‑según sus palabras-‑ por el primer texto que llega hasta sus manos, en un intento por reflejar algo de lo que está ocurriendo en la actualidad. En Locos de contento, estamos invitados a compartir algo de la historia de Román y Claudia, una pareja que busca una salida, la necesitan, pero esa salida tiene un precio. "¿Serán capaces de lo peor... para llegar?", dice el parte de prensa de esta obra que puede verse todos los domingos a las 20 en La Escalera ( 9 de Julio 324).

"Este nuevo estreno es el producto de varios meses de trabajo, la obra tiene mucho humor (bastante agudo) que traté de exacerbarlo al máximo porque creo que esa es la característica de la obra: ese humor que nos resuena y nos modifica", dice un director mucho más cercano a la cuerda del grotesco y el drama.

En su haber, Marciani cuenta con diversas propuestas que abrevan en esas fuentes: Los muertos, drama de Florencio Sánchez con el que se constituye el grupo La Catapulta, pasando por Potestad de Tato Pavlovsky, Sucede lo que pasa, El patio de atrás o La casita de los viejos, por citar algunos títulos que marcan una elección y definen un abordaje teatral de fuerte impronta ideológica.

- ¿Cómo incorporaste el tema del humor, herramienta que el autor maneja con estilo propio?

- ¿Humor bizarro? Puede ser, nos arriesgamos a eso, vos sabés que me gusta ser "trágico", en este caso salgo de esa mirada para adentrarme en el maravilloso mundo que conlleva esta clase de humor, se trata de mi primera dirección de una obra estrictamente humorística.

El elenco está integrado por Susana Cavalieri y Eugenio Tamburri; dos de los integrantes históricos de La Catapulta, que volvieron a compartir la escena tratando de rescatar la trayectoria del grupo creado por el director de Locos de contento.

"Implica una gran pelea hacer teatro independiente hoy en día, las políticas culturales dan mucho que desear, pero con 'la prepotencia de trabajo' seguimos adelante. Este año es bastante complicado para mí: dos estrenos y sostener un espacio en el imaginario 'popular' de lo teatral, es ya bastante complejo, pero creo que la pelea se tiene que dar porque sino ganan los poderosos", concluye Marciani.